VANESA LORENZO «ME PARECE UN EJERCICIO PRECIOSO REEDUCAR EL OJO PARA QUE EN LA CRUDEZA Y VERDAD SE PERCIBA BELLEZA, QUE NO ES SOLO SINÓNIMO DE JUVENTUD».
Tiene unos ojos azules llenos de vida capaces de detener el tiempo con solo una mirada que, junto a una belleza grácil y etérea, le sirvieron a Vanesa Lorenzo (Barcelona, 1977) para cautivar no solo a Helmut Newton, sino para ser la imagen de firmas tan prestigiosas como Giorgio Armani o Christian Dior. Tras tres décadas en activo, Vanesa tiene claro que es necesaria una reevaluación: «La belleza está en la imperfección. Son ya muchos años en los que el Photoshop ha distorsionado la realidad y nos aleja de ella. Hay una forma mucho más profunda de mirar las cosas». Que nadie escapa al paso del tiempo es un hecho que Vanesa tiene muy presente y, «aunque me sentí muy cómoda en mi piel, pienso ‘¡ostras!, cómo he cambiado’. Eso es cumplir años y que las experiencias vividas dibujen tu rostro. Uno tiene que aprender a convivir con cómo va cambiando tu cuerpo, no queda otra. Si no abrazamos los años de madurez y vejez desde el empoderamiento, no estaremos encaminados en la dirección correcta». Clara y concisa, la barcelonesa propone todo un reto aún a sabiendas de que todavía hay mucho por recorrer. «Espero que la industria abra el abanico de opciones progresivamente y acoja diferentes físicos, edades… Será mucho más saludable para la sociedad y motivador a nivel creativo. Tenemos que hacer un ejercicio de descodificación y desaprender las creencias que tenemos grabadas, es algo cultural. Yo estoy dispuesta a llevarlo a cabo».