TOMA Y DACA
Javier Bardem.
Se descubrió a este país en 1989, cuando Bigas Luna le dio la oportunidad de encarnar al macho alfa ibérico de Jamón, jamón. En tres decenios, ha hecho lo propio con el poeta homosexual Reinaldo Arenas o el escritor Ramón Sampedro, hasta cruzar su camino con el del director iraní Asghar Farhadi.
1 ¿A quiénes consideras ídolos de
infancia? Crecí con el rock de los últimos años sesenta y principios de los setenta. Me sé de memoria la discografía de Deep Purple, Led Zeppelin, Black Sabbath, los Eagles… mi grupo favorito siempre fue AC/DC, pero escuchaba todo lo que fuera rock duro. Nunca practiqué la idolatría, creo que el fanatismo no es bueno. Pero si tuviera que elegir, me quedo con mi madre, mis hermanos y mis amigos. 2 ¿Qué determina que aceptes o
descartes un papel? Un director, un guion o un personaje. Suele tener que ver con qué quiere contar el autor y cuál es su fin. Eso hace que sienta que mi aportación tiene sentido, o no. Aunque el buen trabajo a veces se puede elegir y en otras ocasiones, porque has de ganar dinero, no. Desde que empecé a actuar, en 1990, siempre he intentado que haya una motivación creativa, por muy pequeña que fuera, detrás de mis papeles. 3 ¿Cuál ha sido el reto más complejo de dar vida a Paco en Todos lo saben? Como las de cualquier papel, aquello que no me es familiar o cercano. Si Ramón Sampedro llevaba implícita una dificultad física en Mar adentro, me pasó lo contrario con No es país para viejos, donde había mayor complejidad psicológica. En Todos lo saben, Paco debía tener una inocencia inteligente, de alguien que siempre piensa en los demás y prescinde de su propio interés. Eso, cómo no, también acarrea un conflicto. 4 ¿Cuál es la película que más veces has visto en una sala de cine? E.T., 24 veces en total. Curioso que acabara conociendo a Steven Spielberg en 2001, y que vayamos a trabajar en la serie sobre Hernán Cortés que prepara Amazon. 5 ¿Cómo describirías el método de dirección de Ashgar Farhadi? No es solo un método, es una personalidad arrolladora. Llega al rodaje con una
extraordinaria preparación en cuanto a guion, diálogos y situaciones que son una joya para cualquier actor. Sensibilidad, crecimiento y creatividad serían los sustantivos que mejor le describen. 6 ¿Cuál ha sido el papel más complicado
para quitarte de la cabeza? Ninguno. Hay que dejar que vaya mitigando poco a poco, porque es una situación de simbiosis en la que un actor se transmuta de energía y fisicidad. Desengancharte lleva tiempo, pero de la ficción es tan importante entrar como salir. 7 ¿Qué aprendiste en la embarcación que te llevó a la Antártida, junto a tu hermano Carlos, y la colaboración de Greenpeace? Que la mano del ser humano puede ser demoledora, y que las personas pueden vivir para salvar el mundo que les rodea. Fue un viaje iniciático hacia lo desconocido, que resultó maravilloso. 8 ¿Un colega de profesión que te genere
respeto y admiración? Muchos, pero no me parece elegante dar nombres propios. Subirse al escenario o ponerse frente a una cámara ya es un acto de entrega y valentía, y en casi todos los casos una necesidad de expresión y de reacción. En sí, eso ya es hermoso. 9 ¿Qué te sorprende, pese al paso de los
años? La falta de humildad. Tras dar el poder a los mismos (y por las razones equivocadas), quienes lo adquieren suelen olvidarse de ella