CARA Y SUS MIL CARAS
Cara Delevingne amadrina lo nuevo de Volkswagen.
Se trata de encontrar la espontaneidad dentro de la organización». Así de rápido zanja Cara Delevingne (Londres, 1992) la dicotomía entre el orden y la improvisación vital que reclama un trabajo como el suyo. «Con mi profesión, tengo que planear mi agenda día a día y centrarme en lo que tengo que hacer en cada momento. Pero, aunque a veces es difícil, intento improvisar siempre que puedo», dice. Y no nos engañemos, llamándote Cara Delevingne, ser capaz de improvisar es un auténtico don, porque sus años como modelo han dejado paso hoy a una prolífica carrera en la que los flashes son solo una faceta más de muchas. «Acabo de terminar de rodar una serie para Amazon que se estrena el invierno que viene. Sigo escribiendo. Me encantaría terminar un álbum, campañas... No sé, muchos proyectos de los que no puedo hablar todavía», dice ella. Eso sí, de entre todas esas versiones de sí misma, la británica se niega a quedarse con una sola: «No me siento más cómoda en ningún trabajo concre- to. Creo que simplemente me siento bien con lo que estoy haciendo en cada momento porque me aseguro de ser yo misma. Obviamente cambio mucho en función de la situación, pero continúo siendo yo». Cara no es de escoger. Es muchas Caras en una. Y seguramente por eso no sorprende que, puestos a ser imagen de un coche, la modelo lo sea del nuevo T- Cross de Volkswagen. Un SUV con el que tampoco casan bien las etiquetas ni los convencionalismos y que, al igual que ocurre con la modelo, se niega a ser una sola cosa. ¿Por qué ser solo un coche de ciudad o solo un coche de montaña? Cara, por supuesto, lo ve claro: «¡Es que no entiendo por qué hay que elegir! Yo no podría vivir sin ambas». De ahí que insista en que, lejos de prestaciones como el asistente de mantenimiento de carril que incorpora el T-Cross, o su sistema de navegación Discover Media, ella se quede con la amplitud del maletero: «Puedo guardar todas mis bolsas, pero también lo necesario para las actividades al aire libre». ¿Cuáles? «Me encantan el senderismo, el fútbol, la bici...». Está claro: en la vida de Cara, escoger no entra en la ecuación