El vaquero que ama las ALTURAS
«La base de mi arte se compone de libertad, sinceridad y, por supuesto, música». La que habla es Nathy Peluso (Luján, Argentina, 1995), también conocida como La Sandunguera, que responde al nombre de su primer ál
bum de estudio. La artista, afincada en España desde los diez años, es todo coraje (o corashe, como reza su canción). «Me encanta ser mujer. Creo que me ha tocado ser parte de una época muy nutritiva donde las mujeres se sienten orgullosas de serlo y trabajan para construir lo que merecen. Me siento feliz y honrada por ello», dice. Y así lo expresa dentro y fuera del escenario. Le basta un golpe de cadera enfundada en unos vaqueros para validar su discurso. «Es una prenda infalible que, desde pequeña, me ha encantado», añade la artista. Si tuviera que escoger un modelo concreto, Nathy se queda con los Levi’s ® Ribcage de cintura alta –30 centímetros más arriba que los Levi’s ® 501– y factura noventera. «Sin duda, pertenezco a la época que representan. Entiendo la modernidad que caracteriza a su estética, pero también amo y conservo el sabor clásico de la moda. Además, el talle alto es favorecedor y muy femenino». Justo el cruce entre fondo y forma, tradición y vanguardia, que identifica a la «nena muy rica latinoamericana» ( La Sandunguera, 2018). Entre sus próximos pasos: los últimos conciertos de la gira La Sandunguera y su próximo disco, en el que ya está trabajando. «Estoy muy ocupada en cosas que me hacen crecer y aprender, y eso me hace sentir agradecida».
manera, yo utilizo momentos de mi vida que pueden considerarse malos y los presento de forma positiva».
Alejada desde 2016 para centrarse en su carrera, Kia ha vuelto al ballroom para descubrir que el movimiento vibra más que nunca, en especial entre lo que los más jóvenes denominan Kiki, subescena de fuerte carácter comunitario, centrada en adolescentes en riesgo de exclusión y en la que las categorías a concurso resultan más fluidas e inclusivas con el colectivo transexual. «El voguing es accesible a todo tipo de personas», concluye, haciendo ver la actual revolución de género. «Cada vez hay categorías más diversas a concurso, tanto que un ball puede durar toda la noche, con un centenar de voguers esperando para desfilar por la pista. Ahora, las oportunidades son mayores. Es el momento perfecto» �