La costura de Toni Maticevski en tiempos del streetwear.
A MEDIO CAMINO ENTRE LA ALTA COSTURA Y EL ‘PRÊT-À-PORTER’, LAS CREACIONES DE TONI MATICEVSKI HAN CONQUISTADO EL CORAZÓN DE MUJERES EN TODO EL MUNDO. SU LENGUAJE ESTÉTICO DEFIENDE EL OFICIO DE COSTURERO EN TIEMPOS DEL ‘STREETWEAR’.
Recuerdo ir de niño a una exposición sobre Cristóbal Balenciaga en la National Gallery of Victoria, en Melbourne. Me quedé impactado por la oscuridad y belleza de aquellas creaciones, la ligereza del corte y esa forma tan inteligente de acercarse a la moda. De algún modo, marcó mi trabajo como diseñador», afirma Toni Maticevski (Melbourne, 1976). De origen macedonio, este creador australiano se ha hecho un hueco en la industria global de la moda gracias a unos cuidados diseños, de formas voluminosas y cortes precisos que huyen de la actual tendencia athleisure.
«Siempre hay gente que salta al vagón porque ve que algo funciona a nivel comercial. Pero creo que, sinceramente, hay algo erróneo cuando intentas ser algo que al final no eres», concede.
Graduado cum laude por el Royal Melbourne Institute of Technology, Maticeveski pronto se mudó a Nueva York, donde trabajó en Donna Karan, aunque la experiencia, revela, no fue del todo satisfactoria: «No era el lugar adecuado para crecer y aprender. Pero aquella etapa me enseñó la lección más importante de mi carrera: lucha por lo que quieres y asegúrate de que la gente ve lo que haces». Tras una breve etapa en París, en la firma Cerruti –«Era mi sueño; trabajar en la capital de la moda»–, regresó a Australia donde, en 1999, fundó su firma homónima.
Con más de un centenar de puntos de venta, y el apoyo de personajes como Penélope Cruz, que lució uno de sus diseños en pasado mes de noviembre en Berlín, Maticevski trabaja duro para afianzar su forma de entender este negocio: «Es importante conocer cómo funciona la industria, pero no te puedes considerar un diseñador de moda si lo único que haces es referenciar a otros. Aunque así, el camino sea más duro» �