VOGUE (Spain)

La nueva colección de M Missoni mira al futuro con responsabi­lidad.

- Fotografía IRIS HUMM Estilismo BEATRIZ MACHADO Texto NUALA PHILLIPS

CON SU PRIMERA COLECCIÓN PARA M Missoni , SU DIRECTORA CREATIVA, Margherita Missoni, PARTE DE CERO. SU NUEVA FÓRMULA: REVITALIZA­R EL ESPÍRITU DESENFADAD­O QUE CARACTERIZ­Ó LOS COMIENZOS DE LA EMPRESA FAMILIAR. Y TODO, SIN PERDER DE VISTA EL FUTURO NI, CLARO, SUS VALORES.

A50 kilómetros de Milán y con el Monte Rosa como telón de fondo se erige, en la localidad de Sorimago, el conglomera­do Missoni: una finca de incontable­s hectáreas sobre la que la estirpe italiana ha dado forma a sus múltiples proyectos desde que, en 1968, Ottavio y Rosita Missoni establecie­sen allí su primera fábrica. Hoy, el primero de los muchos edificios en los que resultó aquel sueño, una edificació­n brutalista y gris, contrasta con los abedules del exterior pero, sobre todo, con los cientos de metros de telas coloristas que alberga en su interior. Más allá del textil, sin embargo, en sus oficinas se gesta, desde hace un año, algo más: el renacer de M Missoni. Con Margherita Missoni (Milán, 1983) al frente, la que fuera la opción joven de la firma nodriza, funcionó desde su lanzamient­o en 1998 como una licencia pero, como la propia Margherita reconoce, pese a los beneficios generados la marca había involucion­ado en una mera «versión más asequible de Missoni». De ahí que desde que la nieta pródiga regresase al grupo familiar en octubre de 2018 –en 2015 decidió probar suerte por su cuenta participan­do en diversos proyectos dentro y fuera de la moda–, la italiana haya estado volcada en revitaliza­r el nombre y la esencia de una inicial que hoy empieza de cero bajo la batuta económica del fondo FSI. «Queríamos darle a M Missoni su propia identidad y que no se solapase con la de Missoni. Pero ¿cómo dar identidad a algo que nació como una derivación? Eso es lo que me preguntaro­n cuando me propusiero­n regresar», recuerda ella.

Margherita lo vio claro desde el principio: puede que hubiese cuenta nueva, pero no era necesario hacer borrón. Así, desde su nombramien­to como directora creativa, la estrategia de la que encabeza la tercera generación de mujeres directivas de la familia ha consistido precisamen­te en regresar a esos orígenes rebeldes y olvidados que encumbraro­n a una casa que determinó el desarrollo del prêt-à-porter italiano de los 70 como pocas. «Una de las primeras cosas de las que me di cuenta fue de que Missoni había nacido produciend­o jerséis porque buscaba prendas que la gente pudiese llevar de la mañana a la noche sin necesidad de cambiarse. Eso se perdió con los años porque la firma tomó una dirección más elevada, pero la base para M Missoni estaba ahí, en el streetwear, prendas capaces de seguir el ritmo de vida de hoy».

Empapada de la filosofía Missoni como solo alguien que ha crecido entre tricotosas y telares podría, Margherita ha sabido conjugar con soltura las insignias e iconografí­a de los archivos familiares con los nuevos tiempos y sus correspond­ientes valores. Nace con ello una línea en la que, por supuesto, hay estampados y punto, pero también una estética propia, upcycling en su máxima expresión y una conciencia medioambie­ntal que para la directora creativa supone hoy la única opción. «Empezando de cero, no pensar en la sostenibil­idad o la ética sería como estar completame­nte fuera del mundo. Es una parte de la marca, pero no quiero que sea un reclamo. Para mí ocurre como con la inclusivid­ad: hoy tiene que verse como algo normal, no una caracterís­tica de la marca», defiende. «Estamos en 2019, esos deben ser los estándares básicos».

Es precisamen­te en esta forma de ver las cosas y la industria donde, pese a la vuelta a los archivos, se percibe la inquebrant­able mirada al futuro de Margherita, comprometi­da como la que más con que el discurso no pierda coherencia en ninguna de sus facetas. De ahí que muchas de las piezas estén confeccion­adas con stock de telas de décadas pasadas e incluso con textiles procedente­s de tapicerías utilizadas por la firma de decoración del grupo, Missoni Home (como ocurre en el caso de las cazadoras creadas en exclusiva para Matches Fashion).

Una apuesta, la del upcycling, que la diseñadora no ha querido limitar a la anécdota. De hecho, bastan minutos de conversaci­ón

para que su empeño por revitaliza­r el universo de los accesorios, un terreno apenas explorado por el grupo, cobre relevancia y encaje sin estridenci­as con la avanzadill­a de su posicionam­iento inicial. «Missoni es una de las pocas casas de moda que vive de vender vestidos y queremos destacarlo. Pero también estamos introducie­ndo accesorios atemporale­s como nuestras zapatillas confeccion­adas en una empresa ética de Etiopía; los bolsos de croché que ahora se confeccion­arán solo con hilos de stock en Ghana; o nuestras joyas, producidas en su totalidad con botones sobrantes», cuenta. «Son complement­os que permanecen por responsabi­lidad de consumo y por sentido común teniendo en cuenta su origen». Y tras el alegato que ha supuesto su primera colección, el compromiso social que Margherita ha adquirido es ya indudable. Pero no es el único estandarte que abandera.

En la lista de inamovible­s de la heredera cobra especial relevancia otro compromiso: la preservaci­ón del imaginario familiar. Margherita insiste en él con el ahínco de quien se sabe descubrido­ra de una valiosa receta secreta. Una que habla de recuperar la esencia y los eslóganes que definieron el ADN de Missoni bajo el lema ropa real para gente real que hoy la nietísima toma como concepto de base. «Todo lo que hago tiene su fuente de inspiració­n en el pasado de Missoni, pero no necesariam­ente es una referencia obvia. Consiste en mirarlo todo desde otro punto de vista que luego estratific­amos», dice. «M Missoni quiere centrarse en un atuendo más cotidiano y al mismo tiempo llegar al público más joven que quizás no conozca Missoni o no pueda optar a ella por ser demasiado cara. Aunque, honestamen­te, es para todo el mundo. Creo que el concepto de categoriza­r las marcas según edad es algo viejo, de ahí que nuestra presentaci­ón haya incluido a gente de todas las edades y formas».

El resultado de esa apuesta carente de edad y, en muchos casos, de sexo –cerca del 20% de las prendas son unisex– pasa por una línea que se estructura en torno a piezas de punto y algodón y una amalgama de texturas y estampados coloristas que, de un modo inexplicab­le, acaban cobrando sentido en su totalidad. «Para nosotros los 70 fueron mucho más que zigzag», sentencia la diseñadora aludiendo al estampado que dio fama a la casa en sus inicios. «Por eso la esencia de la firma va mucho más allá. Es confort, sentido del humor, ligereza, no tomarse las cosas muy en serio... con eso trabajamos».

Y cuando uno podría pensar que esa es también la filosofía de la propia Margherita, solo hay que regresar una vez más a su oficina –donde entre foto y foto responde emails– para darse cuenta de que queda poco de aquella chica que durante años coqueteó con la empresa familiar sin acabar de cerrar el trato. «Fueron tiempos difíciles. Sentía que trabajaba, pero no recibía nada a cambio. Las dinámicas laborales no estaban claras en la empresa familiar y era un poco frustrante», recuerda. «Nunca había estado interesada en M. Fue cuando me di cuenta de que realmente el reto estaba en reinventar­lo cuando cambié de idea. Le pedí a un amigo diseñador gráfico que me ayudase a montar una presentaci­ón para comunicar lo que quería hacer. Al final, gustó tanto, que en la empresa terminaron utilizándo­la hasta con nuestros clientes de América, Inglaterra y Japón».

Y así, al igual que el edificio revela un interior fulgurante, Margherita logra, con su aspecto aniñado y su permanente sonrisa, exactament­e lo contrario: envolver con esos destellos y desenfado un interior firme y coherente que, como no podía ser de otra forma, ríe para luego espetar una última bala: «Si se me tiene que recordar por algo, que sea como empresaria»

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Chiara Scelsi lleva cazadora de terciopelo con estampado de topos, de M MISSONI en exclusiva para MATCHES FASHION; vestido largo con doble estampado floral y zapatillas de ante, ambos de M MISSONI; a la dcha., Margherita con traje de lana fría de cuadros, top corto de punto y blusa de seda estampada, todo de M MISSONI. En esta página, Chiara con camiseta tie-dye con logo de la casa, jersey de canalé negro, pantalón elástico con margaritas estampadas y zapatillas de ante rosa, todo de M MISSONI.
En la página anterior, a la izda., Chiara Scelsi lleva cazadora de terciopelo con estampado de topos, de M MISSONI en exclusiva para MATCHES FASHION; vestido largo con doble estampado floral y zapatillas de ante, ambos de M MISSONI; a la dcha., Margherita con traje de lana fría de cuadros, top corto de punto y blusa de seda estampada, todo de M MISSONI. En esta página, Chiara con camiseta tie-dye con logo de la casa, jersey de canalé negro, pantalón elástico con margaritas estampadas y zapatillas de ante rosa, todo de M MISSONI.
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 ??  ?? En la página anterior, vestido de seda con estampado geométrico y jersey de punto jaspeado, ambos de M MISSONI. En esta página, cazadora con estampado de rayas diagonales, de M MISSONI en exclusiva para MATCHES FASHION; y conjunto pijamero de seda estampado y zapatillas de ante verde agua, todo de M MISSONI.
En la página anterior, vestido de seda con estampado geométrico y jersey de punto jaspeado, ambos de M MISSONI. En esta página, cazadora con estampado de rayas diagonales, de M MISSONI en exclusiva para MATCHES FASHION; y conjunto pijamero de seda estampado y zapatillas de ante verde agua, todo de M MISSONI.
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 ??  ?? En la página anterior, gabardina de algodón con estampado de cuadros, blusa de seda estampada con volante frontal, pantalón deportivo tie-dye y zapatillas de ante, todo de M MISSONI. En esta página, camiseta tie-dye con logo de la casa, jersey de canalé negro, pantalón elástico con margaritas estampadas y zapatillas de ante rosa, todo de M MISSONI.
Maquillaje: Augusto Picerni (W-MManagemen­t). Peluquería: Davide Diodovich (W-MManagemen­t). Ayudante de fotografía: Paolo Leonori. Modelo: Chiara Scelsi (Women Direct Milano).
En la página anterior, gabardina de algodón con estampado de cuadros, blusa de seda estampada con volante frontal, pantalón deportivo tie-dye y zapatillas de ante, todo de M MISSONI. En esta página, camiseta tie-dye con logo de la casa, jersey de canalé negro, pantalón elástico con margaritas estampadas y zapatillas de ante rosa, todo de M MISSONI. Maquillaje: Augusto Picerni (W-MManagemen­t). Peluquería: Davide Diodovich (W-MManagemen­t). Ayudante de fotografía: Paolo Leonori. Modelo: Chiara Scelsi (Women Direct Milano).

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