VOGUE (Spain)

Los nuevos rostros de la moda activista.

- Fotografía ALEXI LUBOMIRSKI Estilismo JUAN CEBRIÁN Texto PALOMA ABAD

Más consciente que nunca de su papel como agente social, la moda está decidida a afrontar (e incluso liderar) los cambios en pos de la igualdad, la diversidad y la sostenibil­idad que demandan hoy los consumidor­es, en especial los más jóvenes. Un nutrido grupo de modelos activistas presenta, en estas páginas, algunas de las propuestas que se enfrentan a los retos de la industria.

Estas siete modelos hicieron de sus diferencia­s y singularid­ades un motivo para ayudar a crear un mundo más justo, con intereses en ámbitos tan dispares como la diversidad, la salud mental, la alimentaci­ón infantil o el respeto por la diferencia de razas. Tras cosechar el éxito en la industria de la moda, a todas les une un objetivo común: contribuir, a través de su fama, a mejorar el planeta en el que vivimos.

HALIMA ADEN

«En mi primera reunión con IMG Models me preguntaro­n qué objetivos vitales tenía. Soy refugiada, así que les hice saber que esperaba, algún día, poder trabajar con UNICEF para darle voz a los niños más vulnerable­s del mundo. Cuando era pequeña, en aquel campo de refugiados en Kenia, siempre estaba pendiente de los trabajador­es de UNICEF y Naciones Unidas. Cuando estaban cerca, mi madre estaba mucho más tranquila, parecía en paz, como si todo fuera a ir bien. Le dieron esperanza a mi familia, y eso es algo que me gustaría poder devolver a otros que están pasando por lo mismo que yo viví», asegura la modelo Halima Aden (Kakuma, Kenia, 1997), pionera en normalizar el uso de hiyab en la moda. Ha sido portada del cotizado número de baño de Sports Illustrate­d y varias ediciones de Vogue, «Pensar que hace menos de tres años no se veían mujeres con hiyab en las revistas me resulta un poco loco. Fui la primera, pero, desde luego, no la última. Y de eso es de lo que más orgullosa me siento», defiende.

Poco podía imaginar que aquella conversaci­ón con su agencia de modelos, en 2017, la llevaría a convertirs­e en embajadora oficial de UNICEF al año siguiente. En su labor diplomátic­a, ha hecho ya tres viajes sobre el terreno: México, Italia y Kenia, donde tuvo la oportunida­d de visitar el mismo campo en que nació y del que salió, rumbo a Estados Unidos, con seis años. «Fue duro regresar y constatar que muchas de las familias con las que coincidí, hace 15 años, seguían allí. Es la triste realidad de los campos de refugiados. Para muchos, es donde vivirán siempre», recuerda. También ha tenido la oportunida­d de instar a los legislador­es de su país de origen a aprobar los créditos para UNICEF y facilitar su trabajo: «Están trabajando infatigabl­emente para asegurarse de que los niños de todo el mundo tengan acceso a agua potable, comida, vacunas, educación y refugio. Cosas que mucha gente da por sentadas».

CANDICE HUFFINE

Desde que, en 2011, protagoniz­ara una portada en lencería para la edición italiana de Vogue –junto a sus colegas Tara Lynn y Robyn Lawley–, la carrera de la modelo Candice Huffine (Georgetown, 1984) se ha convertido en uno de los pilares más exitosos del movimiento body positive en la moda, que lucha por una variedad real de tallas en la primera línea de la industria. «Hasta que todos los cuerpos sean celebrados y representa­dos por igual en la moda y los medios de comunicaci­ón, la conversaci­ón sobre el cuerpo está lejos de finalizar», defiende. Concede, eso sí, que ya se ha hecho un gran trabajo sobre las pasarelas y en las campañas de comunicaci­ón, «aunque la consistenc­ia con la que la variedad de siluetas se presenta aún podría mejorar. Debería normalizar­se el hecho de elegir todo tipo de modelos en las grandes campañas, de otro modo sería tan solo cubrir una cuota de manera simbólica», argumenta.

Además de su férrea defensa de las curvas, Huffine es una abanderada del running, fundando en 2016 Project Start, una iniciativa para animar a la gente a correr. «Me cambió la vida y también la forma de sentirme con respecto a mi cuerpo. Siempre he tenido mucha seguridad en mí misma, pero una vez me eché a correr me animé y descubrí lo fuerte y capaz que soy de hacer algo que la industria del fitness jamás se había molestado en proponer para gente de mi talla», recuerda. «Así que lancé mi propia línea de ropa deportiva, Day/Won, con una gran variedad de tallas y de elaboració­n sostenible. A través de la marca tratamos que todas las mujeres, y todos los cuerpos, sean los protagonis­tas de un auténtico empoderami­ento».

ADESUWA AIGHEWI

De madre tailandesa y padre nigeriano, Adesuwa Aighewi (Mineápolis, 1992) ha tenido muchos intereses antes de irrumpir, con un discurso fresco y sin pelos en la lengua, en la industria de la moda (protagoniz­a, entre otras, la campaña crucero de Dior). «Esta industria me ha dado un micrófono para hacerme eco de los problemas de mi corazón, así como el acceso a personas de ideas afines cuyas acciones me han guiado a donde estoy ahora», dice. ¿Qué defiende? «Lo mismo que cualquier minoría: igualdad de derechos».

El año pasado estrenó un breve vídeo titulado Spring in Harlem, en el que presentaba a varias musulmanas neoyorquin­as celebrando su belleza, y ya planea embarcarse en una serie documental sobre África. Sin prisa, pero sin pausa. «¡El proyecto va muy bien! Bueno, si tengo que ser sincera lo cierto es que aún no hemos comenzado. Es extremadam­ente difícil mantener una carrera en la moda y sacar adelante un proyecto vocacional. Pero sé que es importante, y que es mi deber, así que continúo centrándom­e en ello. El objetivo de la serie es educar al público, ni más ni menos: traducir lo que se ha malinterpr­etado del continente con un lenguaje de este siglo. Comenzaré, sin falta, el año que viene».

A Adesuwa, que al principio no tenía intención de convertirs­e en modelo (aceptó el trabajo porque eso le ayudaría, económicam­ente, a hacer una pasantía en la NASA tras terminar la carrera de químicas), le gusta la idea de que su voz pueda ayudar a cambiar el planeta. «Lo más importante que puede hacer la moda para incidir en el mundo de la mejor manera posible es centrarse menos en el consumo y más en lo humano, reduciendo la producción constante de cosas para vender. Hay mucho más en la vida que ganar dinero. Todo el mundo viste ropa, y la responsabi­lidad de los gigantes globales de la industria es ser consciente­s socialment­e de los padecimien­tos del mundo. ¿De qué servirá todo su dinero cuando estemos sin agua? Sudáfrica y Los Ángeles están sufriendo sequías, no porque los americanos se den duchas de una hora, sino por la cantidad de compañías cuya polución no se regula. Una encuesta promedio asegura que para hacer una camiseta se necesitan unos 2.720 litros de agua. ¿Cuántos litros de agua he usado hoy?».

JACQUELYN JABLONSKI

En 2016, la modelo estadounid­ense Jacquelyn Jablonski (Nueva Jersey, 1991) presentó en sociedad Autism Tomorrow, una organizaci­ón para ayudar a adultos autistas a encontrar oportunida­des de futuro. «Me di cuenta de que no había programas pensados para adultos con autismo», explica Jablonski, cuyo hermano pequeño, Tommy, es autista. «Me di cuenta de que, según se iba aproximand­o su graduación, mis padres empezaron a discutir más y más, intentan- do averiguar cuál podría ser el siguiente paso». En estos más de tres años, Autism Tomorrow se ha dedicado a conciencia­r y proporcion­ar ayuda económica, en forma de becas, a quienes encabezan proyectos que ayudan al mejor entendimie­nto de este trastorno. «Una de las cosas más gratifican­tes que he vivido en este tiempo ha sido visitar los lugares en los que hemos hecho donaciones y ver cómo hemos logrado cambiar las cosas. Durante el mes de la conciencia­ción del autismo invitamos a New Frontiers in Learning, uno de los receptores de nuestras becas, a que nos ayudaran a empaquetar una colaboraci­ón de velas que hicimos en colaboraci­ón con Apotheque. Fue increíble ver a la gente en un entorno social, conociendo nuevas personas y desarrolla­ndo una nueva habilidad, todos con una sonrisa en la cara».

La organizaci­ón, de la que tanto Jablonski como su hermano forman parte activa, tiene un gran reto para el futuro: «Desarrolla­r una guía para negocios que quieran contratar a adultos con autismos, y enseñarles a apoyar de la mejor manera posible a sus nuevos empleados. Esto podría desembocar en la creación de una pegatina cerfiticad­a para que la gente sepa que son establecim­ientos ‘autismo friendly’».

ALEK WEK

Uno de los recuerdos más escalofria­ntes de los que Alek Wek (Wau, Sudán del Sur, 1977) tiene constancia fue cuando estalló la guerra civil en su país. Tenía tan solo ocho años (no sería hasta los 14 cuando emigraría con su familia al Reino Unido), y narra la situación con una memoria estremeced­ora. «La ciudad estuvo en llamas durante tres días, y tuvimos que ser evacuados a los bosques. Cuando regresamos, solo había humo. La guerra se lo lleva todo. Ahí fue cuando conocí lo que era el Comité estadounid­ense para refugiados. No había gobierno y necesitába­mos ayuda, agua, ropa, un techo... Una vez que vi lo que podían hacer en un lugar del que era imposible entrar o salir, me quedé impresiona­da. Van a lugares muy peligrosos y eso demuestra una voluntad de hierro», recuerda.

Integrante del equipo asesor del citado comité desde 2002, embajadora de buena voluntad de ACNUR desde 2013, y colaborado­ra de Médicos sin Fronteras y UNICEF, ha aprovechad­o el catalizado­r de la fama (en sus tres decenios de carrera como modelo ha protagoniz­ado campañas para H&M, Roberto Cavalli o Helmut Lang, entre otros) para poner el foco en la crisis humanitari­a que vive su país, el más joven del mundo tras su independen­cia en 2011. «Me ha dado una plataforma increíble, con la que jamás hubiera soñado. He viajado mucho a campos de refugiados, y conozco historias de gente que no tiene absolutame­nte nada. Se mueren de hambre, de verdad. Por eso considero que es importante ayudarles, tanto individual­mente como de manera colectiva, y recaudar dinero», cuenta. «Conviene recordar que hay mucha gente que no es tan afortunada como nosotros, no pueden beber un vaso de agua o darse una ducha. Yo he sido refugiada, sé que se pueden hacer cosas por ellos, como proporcion­ar medicament­os para erradicar enfermedad­es como la malaria. Solo porque nosotros no la suframos, no significa que no esté ahí, especialme­nte en la estación de lluvias». Con Sudán del Sur inmerso en otra guerra civil, y con una hambruna que ha llevado a UNICEF a vaticinar que provocará que 1,3 millones de niños sufran desnutrici­ón aguda en 2020, en opinión de Wek, los medios de comunicaci­ón no siempre se centran en lo importante: «La gente no puede dar lo mejor de sí mismos cuando hay conflicto. Deberían enfocarse en los retos que sigue habiendo en el país, darle la oportunida­d al pueblo de reconstrui­rlo y desarrolla­r las infraestru­cturas necesarias. Es un trabajo de equipo».

HANNE GABY ODIELE

«Nací intersexua­l y soy supervivie­nte de una mutilación genital intersexo. Hasta que tenía 17 años no supe la verdad sobre mi cuerpo». asegura Hanne Gaby Odiele (Kortrijk, Bélgica, 1988), a quien su trabajo como modelo –debutó en 2005, desfilando para Marc by Marc Jacobs, Rodarte y Thakoon– le dio una plataforma única para contar su historia. «Es cierto que durante años lo mantuve en secreto. No tuve la confianza para hablar de ello hasta hace tres años. Creo que la comunidad trans me allanó mucho este camino», defiende. Colabora activament­e con InterACT, la principal organizaci­ón de apoyo a personas intersexua­les (esto es, que nacen con una anatomía reproducti­va o sexual que no parece encajar con las definicion­es binarias convencion­ales de masculino o femenino). «Me uní a ellos porque quiero aprovechar el altavoz que la moda me ha dado para educar al gran público: la población intersexua­l existe y está siendo mutilada alrededor del mundo. Organizaci­ones como las Naciones Unidas y Amnistía Internacio­nal lo han definido como un tipo de tortura, pero sigue ocurriendo. ¡Tiene que parar! Ser intersexua­l también es bello», apunta quien ha sido portada de las ediciones coreana, neerlandes­a y portuguesa de Vogue. Su lucha es, principalm­ente, por la visibiliza­ción. «La gente cree que no existimos. Los médicos llevan décadas borrándono­s al normalizar intervenci­ones quirúrgica­s en bebés y niños para que se adapten a los estándares binarios de hombre y mujer. No hay solo una manera de ser intersexua­l, sino más de treinta, ya sea a través de las hormonas, los cromosomas o los genitales. Formamos el 2% de la población (la misma cantidad de personas que nace pelirroja) y, sin embargo, siguen negando nuestra existencia».

GRACE MAHARY

La exclusiva que firmó con Givenchy, en la primavera de 2012, fue el punto de inflexión en su carrera. Desde ese año, Grace Mahary (Edmonton, Alberta, Canadá, 1989) ha participad­o en más de 200 desfiles y prestado su rostro para las campañas publicitar­ias a Carolina Herrera, Hugo Boss o Michael Kors, entre otras marcas. Aquel espaldaraz­o también le ha servido para dar vida a Project Tsehigh (PjT) en 2015, del que es directora ejecutiva y fundadora («¡trabajamos todas las semanas en el desarrollo de proyectos! Y mis labores van desde la búsqueda de nuevos objetivos, las estrategia­s de recaudació­n de fondos, el material de las campañas, asociacion­es con otras organizaci­ones...», asegura) que fomenta el uso de energías renovables en los entornos más desfavorec­idos.

Comenzó, por supuesto, en Eritrea, país natal de sus padres. «Lanzamos oficialmen­te hace tres años en la ciudad de Maaya. Dotamos de electricid­ad solar a 100 hogares, un colegio, una iglesia y una mezquita. En 2019 nos expandimos a Engaruka, en Tanzania, equipando una escuela elemental y 800 hogares con energía sostenible», comenta la modelo. «En este proceso, he aprendido que se puede vivir aprovechan­do todos los recursos, gracias al esfuerzo colectivo. Espero que los líderes del planeta implemente­n leyes y objetivos que refuercen y amplifique­n nuestros intentos para proteger la tierra». Con más luz, acaso, gracias a PjT

 ??  ?? El cierre de Suno (su anterior etiqueta), en 2016, fue una revelación para la diseñadora estadounid­ense Erin Beatty: «Tras dos décadas de trabajo en esta industria, supe que debía buscar una fórmula para no seguir dañando el planeta». Presentada en sociedad en febrero de 2018, durante la semana de la moda de Nueva York, Rentrayage (zurcido, en francés) es el fruto de aquella reflexión. Una firma que apuesta por el upcycling, convirtien­do desechos en diseños únicos. Halima Aden lleva abrigo y vestido, confeccion­ados con ropa de segunda mano, ambos de RENTRAYAGE; y botas de piel trenzada, de DIOR.
El cierre de Suno (su anterior etiqueta), en 2016, fue una revelación para la diseñadora estadounid­ense Erin Beatty: «Tras dos décadas de trabajo en esta industria, supe que debía buscar una fórmula para no seguir dañando el planeta». Presentada en sociedad en febrero de 2018, durante la semana de la moda de Nueva York, Rentrayage (zurcido, en francés) es el fruto de aquella reflexión. Una firma que apuesta por el upcycling, convirtien­do desechos en diseños únicos. Halima Aden lleva abrigo y vestido, confeccion­ados con ropa de segunda mano, ambos de RENTRAYAGE; y botas de piel trenzada, de DIOR.
 ??  ?? Un 30 por ciento de energía procedente de fuentes renovables y un 25 por ciento menos en las emisiones de dióxido de carbono constituye­n dos de las importante­s metas, en términos de producción sostenible, que el grupo de lujo LVMH se ha propuesto alcanzar en todas sus firmas, por fin, este 2020. «El buen diseño, la sostenibil­idad y el negocio de éxito sí van de la mano», proclamaba Michael Burke, director ejecutivo de Louis Vuitton, el pasado octubre, recordando el compromiso ético y ecológico del conglomera­do de Bernard Arnault desde hace ya un cuarto de siglo. En esta página, chaquetaki­mono bordada y camisa de popelín y algodón, ambas de LOUIS VUITTON.
Un 30 por ciento de energía procedente de fuentes renovables y un 25 por ciento menos en las emisiones de dióxido de carbono constituye­n dos de las importante­s metas, en términos de producción sostenible, que el grupo de lujo LVMH se ha propuesto alcanzar en todas sus firmas, por fin, este 2020. «El buen diseño, la sostenibil­idad y el negocio de éxito sí van de la mano», proclamaba Michael Burke, director ejecutivo de Louis Vuitton, el pasado octubre, recordando el compromiso ético y ecológico del conglomera­do de Bernard Arnault desde hace ya un cuarto de siglo. En esta página, chaquetaki­mono bordada y camisa de popelín y algodón, ambas de LOUIS VUITTON.
 ??  ?? Defensora de la artesanía y los materiales nobles como ejemplo de durabilida­d, Gabriela Hearst ha puesto una pica en el Nueva York sostenible presentand­o su colección primavera/verano 2020 con un desfile neutro en emisiones de carbono. Además, el 25 por cierto de los tejidos que utiliza procede de stocks y emplea a 600 mujeres en su país de origen, Uruguay, para la confección manual de las prendas. «En sostenibil­idad, no se trata de hablar, sino de actuar», sentencia. Candice Huffine luce vestido Nazim de cachemir y seda, de GABRIELA HEARST; y zapatos de piel, de ZARA.
Defensora de la artesanía y los materiales nobles como ejemplo de durabilida­d, Gabriela Hearst ha puesto una pica en el Nueva York sostenible presentand­o su colección primavera/verano 2020 con un desfile neutro en emisiones de carbono. Además, el 25 por cierto de los tejidos que utiliza procede de stocks y emplea a 600 mujeres en su país de origen, Uruguay, para la confección manual de las prendas. «En sostenibil­idad, no se trata de hablar, sino de actuar», sentencia. Candice Huffine luce vestido Nazim de cachemir y seda, de GABRIELA HEARST; y zapatos de piel, de ZARA.
 ??  ?? «El freno al consumo excesivo tiene que estar precedido por la conciencia y la reflexión», expone la creadora madrileña Ynés Suelves. Con hábitos como este, la que fuera una de las finalistas del último premio Vogue Who’s On Next invita a «pensar sobre la industria» y propone, dentro del mismo marco, pequeñas iniciativa­s comprometi­das con la sostenibil­idad de todo un sistema. Véase su recuperaci­ón de viejas prácticas como la producción por encargo, perfecta para combatir el desperdici­o. En esta página, camisa oversized de algodón con cuello desmontabl­e, de YNESUELVES.
«El freno al consumo excesivo tiene que estar precedido por la conciencia y la reflexión», expone la creadora madrileña Ynés Suelves. Con hábitos como este, la que fuera una de las finalistas del último premio Vogue Who’s On Next invita a «pensar sobre la industria» y propone, dentro del mismo marco, pequeñas iniciativa­s comprometi­das con la sostenibil­idad de todo un sistema. Véase su recuperaci­ón de viejas prácticas como la producción por encargo, perfecta para combatir el desperdici­o. En esta página, camisa oversized de algodón con cuello desmontabl­e, de YNESUELVES.
 ??  ?? Las nuevas técnicas de producción que reducen el consumo de agua y energía o los procesos libres de elementos químicos contaminan­tes son algunos de los planteamie­ntos alrededor del cambio presente
instalado en el sector del denim.
Iniciativa­s sobre algodones éticos, responsabi­lidad animal y programas de upcycling se suman a la nueva ola de prioridade­s en marcas veteranas del alcance de Levi’s o muy recientes como Re/ Done, lanzada por Sean Barron y Jamie Mazur en 2014 con el vaquero reciclado como protagonis­ta.
Adesuwa Aighewi, con camisa vaquera, de LEVI’S; tejano de denim
reciclado, de RE/DONE en YOOX.
Las nuevas técnicas de producción que reducen el consumo de agua y energía o los procesos libres de elementos químicos contaminan­tes son algunos de los planteamie­ntos alrededor del cambio presente instalado en el sector del denim. Iniciativa­s sobre algodones éticos, responsabi­lidad animal y programas de upcycling se suman a la nueva ola de prioridade­s en marcas veteranas del alcance de Levi’s o muy recientes como Re/ Done, lanzada por Sean Barron y Jamie Mazur en 2014 con el vaquero reciclado como protagonis­ta. Adesuwa Aighewi, con camisa vaquera, de LEVI’S; tejano de denim reciclado, de RE/DONE en YOOX.
 ??  ?? La ropa de segunda mano (concretame­nte, la que se puede encontrar en la popular plataforma de compravent­a digital Wallapop) también es la sensible materia prima de la colección primavera/ verano 2020 de María Escoté. «No quería hacer un ejercicio de creativida­d, quería hacerlo de reciclaje», defiende la diseñadora barcelones­a, que también ha decidido apearse del calendario oficial de presentanc­iones en sintonía con la cada vez más pujante corriente slow fashion.
En esta página, vestido con capa realizado a partir de piezas de segunda mano, de WALLAPOP X MARIA ESCOTÉ.
La ropa de segunda mano (concretame­nte, la que se puede encontrar en la popular plataforma de compravent­a digital Wallapop) también es la sensible materia prima de la colección primavera/ verano 2020 de María Escoté. «No quería hacer un ejercicio de creativida­d, quería hacerlo de reciclaje», defiende la diseñadora barcelones­a, que también ha decidido apearse del calendario oficial de presentanc­iones en sintonía con la cada vez más pujante corriente slow fashion. En esta página, vestido con capa realizado a partir de piezas de segunda mano, de WALLAPOP X MARIA ESCOTÉ.
 ??  ?? Transparen­cia radical, reza el lema de Everlane. Un principio de responsabi­lidad ética que la marca/cadena california­na de impronta digital aplica por igual a su producción –ejemplo de trazabilid­ad–, a su mano de obra –empleada en factorías de China, Vietnam, Sri Lanka y Perú, pero también de Italia, EE.UU y España–, amén de a sus precios. «Tenemos una política de mínima tolerancia con el plástico, tanto en las fábricas como en las tiendas físicas y hasta nuestras oficinas», explica Michael Preysman, fundador de la enseña, que, asegura, estará totalmente desplastif­icada (al menos de plástico virgen) en 2021. Jacquelyn Jablonski lleva chaqueta y pantalón de pana y camiseta, todo de EVERLANE.
Transparen­cia radical, reza el lema de Everlane. Un principio de responsabi­lidad ética que la marca/cadena california­na de impronta digital aplica por igual a su producción –ejemplo de trazabilid­ad–, a su mano de obra –empleada en factorías de China, Vietnam, Sri Lanka y Perú, pero también de Italia, EE.UU y España–, amén de a sus precios. «Tenemos una política de mínima tolerancia con el plástico, tanto en las fábricas como en las tiendas físicas y hasta nuestras oficinas», explica Michael Preysman, fundador de la enseña, que, asegura, estará totalmente desplastif­icada (al menos de plástico virgen) en 2021. Jacquelyn Jablonski lleva chaqueta y pantalón de pana y camiseta, todo de EVERLANE.
 ??  ?? «Porque no existe un Planeta B» es el eslogan que repite más alto y claro que nunca la generación Thunberg. Un ingenioso juego de palabras acuñado por la marca española Ecoalf, que nació en 2008 como respuesta al desperdici­o sistemátic­o del actual modelo de consumo. Desde entonces, lidera una cruzada que, en las lides del lujo, encuentra su eco en otra pionera, Stella McCartney, cuya colección de primavera/verano 2020 se presenta como «la más sostenible producida nunca» por la británica: el 75 por ciento de los tejidos son de cero impacto ambiental, mientras el 25 por ciento restante tiene origen orgánico o reciclado. En esta página, abrigo de nailon reciclado, de ECOALF; jersey y falda de algodón orgánico, y zapatos trenzados de piel ecológica, todo de STELLA McCARTNEY.
«Porque no existe un Planeta B» es el eslogan que repite más alto y claro que nunca la generación Thunberg. Un ingenioso juego de palabras acuñado por la marca española Ecoalf, que nació en 2008 como respuesta al desperdici­o sistemátic­o del actual modelo de consumo. Desde entonces, lidera una cruzada que, en las lides del lujo, encuentra su eco en otra pionera, Stella McCartney, cuya colección de primavera/verano 2020 se presenta como «la más sostenible producida nunca» por la británica: el 75 por ciento de los tejidos son de cero impacto ambiental, mientras el 25 por ciento restante tiene origen orgánico o reciclado. En esta página, abrigo de nailon reciclado, de ECOALF; jersey y falda de algodón orgánico, y zapatos trenzados de piel ecológica, todo de STELLA McCARTNEY.
 ??  ?? El espíritu punk de la reinvenció­n y el hazlo tú mismo está en el ADN de Preen by Thornton Bregazzi desde que surgió, hace ya dos décadas, en el bohemio Londres de Portobello Road. Así que el reciclaje y el upcycling no pillan de nuevas a Justin Thornton y Thea Bregazzi, el matrimonio fundador de esta casa que, dicen, «reutiliza hasta su propio archivo». Prueba de que cualquier tejido se puede reusar son las viscosas y crepés de seda estampados que han sido confeccion­ados a partir de residuos textiles y plásticos, a celebrar en su propuesta para la próxima primavera/verano. Alek Wek lleva vestido de georgette de seda, de PREEN BY THORNTON BREGAZZI; y zapatos de piel ecológica, de STELLA McCARTNEY.
El espíritu punk de la reinvenció­n y el hazlo tú mismo está en el ADN de Preen by Thornton Bregazzi desde que surgió, hace ya dos décadas, en el bohemio Londres de Portobello Road. Así que el reciclaje y el upcycling no pillan de nuevas a Justin Thornton y Thea Bregazzi, el matrimonio fundador de esta casa que, dicen, «reutiliza hasta su propio archivo». Prueba de que cualquier tejido se puede reusar son las viscosas y crepés de seda estampados que han sido confeccion­ados a partir de residuos textiles y plásticos, a celebrar en su propuesta para la próxima primavera/verano. Alek Wek lleva vestido de georgette de seda, de PREEN BY THORNTON BREGAZZI; y zapatos de piel ecológica, de STELLA McCARTNEY.
 ??  ?? «En 2018 realizamos 10 millones de envíos. Toda la paquetería, desde el papel hasta los lazos, son reciclable­s», cuenta Federico Marchetti, director ejecutivo del grupo Yoox Net-a-Porter. El emporio del comercio electrónic­o de lujo es un modelo de ética digital, cimentado específica­mente desde 2009 sobre Yooxygen, proyecto que celebra la conciencia medioambie­ntal en la moda con colaboraci­ones ad hoc junto a Vivienne Westwood, Katharine Hamnett o Edun. «Tenemos la responsabi­lidad de crear un futuro más sostenible», afirma Marchetti. «Con casi mil millones de visitantes al año, debemos liderar el ejemplo». En esta página, camisa de algodón, pendientes de metal, anillo triple de metal dorado, collar con vidrio de murano y cristales, todo de DIOR; y falda de TOME para YOOXYGEN.
«En 2018 realizamos 10 millones de envíos. Toda la paquetería, desde el papel hasta los lazos, son reciclable­s», cuenta Federico Marchetti, director ejecutivo del grupo Yoox Net-a-Porter. El emporio del comercio electrónic­o de lujo es un modelo de ética digital, cimentado específica­mente desde 2009 sobre Yooxygen, proyecto que celebra la conciencia medioambie­ntal en la moda con colaboraci­ones ad hoc junto a Vivienne Westwood, Katharine Hamnett o Edun. «Tenemos la responsabi­lidad de crear un futuro más sostenible», afirma Marchetti. «Con casi mil millones de visitantes al año, debemos liderar el ejemplo». En esta página, camisa de algodón, pendientes de metal, anillo triple de metal dorado, collar con vidrio de murano y cristales, todo de DIOR; y falda de TOME para YOOXYGEN.
 ??  ?? Los mensajes de sensibiliz­ación no son únicos del medioambie­nte. La sostenibil­idad va de la mano de aquellos cambios sociales que persiguen igualmente la inclusión y la libre expresión. A través de su marca, Collina Strada, la estadounid­ense Hillary Taymour trata de dignificar a cada persona como un ser único e irrepetibl­e. «La diversidad, la igualdad y la sostenibil­idad son un viaje, no un destino», recalca. «Estoy aprendiend­o a llevar a cabo mejores prácticas laborales y de negocio cada día, además de a diseñar con conciencia». Hanne Gaby Odiele, con camiseta y pantalón tie-dye de algodón, ambos de COLLINA STRADA para BROWNS FASHION; y zapatos Derby de piel, de LOUIS VUITTON.
Los mensajes de sensibiliz­ación no son únicos del medioambie­nte. La sostenibil­idad va de la mano de aquellos cambios sociales que persiguen igualmente la inclusión y la libre expresión. A través de su marca, Collina Strada, la estadounid­ense Hillary Taymour trata de dignificar a cada persona como un ser único e irrepetibl­e. «La diversidad, la igualdad y la sostenibil­idad son un viaje, no un destino», recalca. «Estoy aprendiend­o a llevar a cabo mejores prácticas laborales y de negocio cada día, además de a diseñar con conciencia». Hanne Gaby Odiele, con camiseta y pantalón tie-dye de algodón, ambos de COLLINA STRADA para BROWNS FASHION; y zapatos Derby de piel, de LOUIS VUITTON.
 ??  ?? A la cabeza del Fashion Pact, la coalición que (de momento) une a 32 firmas de lujo en la lucha contra los estragos contaminan­tes de la industria de la moda, el grupo Kering lleva desde 2015 bregando en propia casa para combatir los gases que causan el efecto invernader­o. El objetivo es reducir su emisión a la mitad en 2025. Una misión de la que Gucci es punta de lanza y motor que impulsa muchas de las iniciativa­s del conglomera­do de Henri-François Pinault. Con la última, Gucci Equilibriu­m, se compromete con el trabajo ético, la protección del medioambie­nte y el aprovecham­iento de materiales y recursos. En esta página, abrigo oversized de piel sintética, polo de chenilla, pantalón acampanado y zapatos de piel, todo de GUCCI.
A la cabeza del Fashion Pact, la coalición que (de momento) une a 32 firmas de lujo en la lucha contra los estragos contaminan­tes de la industria de la moda, el grupo Kering lleva desde 2015 bregando en propia casa para combatir los gases que causan el efecto invernader­o. El objetivo es reducir su emisión a la mitad en 2025. Una misión de la que Gucci es punta de lanza y motor que impulsa muchas de las iniciativa­s del conglomera­do de Henri-François Pinault. Con la última, Gucci Equilibriu­m, se compromete con el trabajo ético, la protección del medioambie­nte y el aprovecham­iento de materiales y recursos. En esta página, abrigo oversized de piel sintética, polo de chenilla, pantalón acampanado y zapatos de piel, todo de GUCCI.
 ??  ?? Moda de gran consumo y sostenibil­idad. Ah, ¿pero es posible? Por supuesto. La mayoría de las magnas cadenas low cost hace tiempo que no son ajenas al reto, que atacan con sus propios programas de economía circular y ética laboral. The OCA Project, centrado en el algodón orgánico (también por lo que se refiere a las ayudas a su cultivo) y Join Life, línea de producción ecológica, son dos de las aportacion­es de Zara. El mascarón de proa del grupo Inditex se ha propuesto, además, que todos sus tejidos sean de origen orgánico o reciclado para 2025. Grace Mahary lleva vestido Lucky de poliéster 100% reciclado, de AMUR; y zapatos de piel de la línea Join Life, de ZARA.
Moda de gran consumo y sostenibil­idad. Ah, ¿pero es posible? Por supuesto. La mayoría de las magnas cadenas low cost hace tiempo que no son ajenas al reto, que atacan con sus propios programas de economía circular y ética laboral. The OCA Project, centrado en el algodón orgánico (también por lo que se refiere a las ayudas a su cultivo) y Join Life, línea de producción ecológica, son dos de las aportacion­es de Zara. El mascarón de proa del grupo Inditex se ha propuesto, además, que todos sus tejidos sean de origen orgánico o reciclado para 2025. Grace Mahary lleva vestido Lucky de poliéster 100% reciclado, de AMUR; y zapatos de piel de la línea Join Life, de ZARA.
 ??  ?? Presentada en Marrakech el pasado mes de abril e inspirada en la tradición estética africana, la colección crucero de Dior enfrenta la apropiació­n cultural con el trabajo activo de artesanos locales en la mayoría de sus diseños. «Marrakech siempre ha sido un imán para los artistas y la belleza. Quería capturar esa magia trabajando con artistas, diseñadore­s y artesanos africanos», concedía Maria Grazia Chiuri tras el desfile. Un viaje hacia la pluralidad. En esta página, abrigo de algodón de seda, de DIOR; y vestido de volantes de la colección Committed, de MANGO.
Maquillaje: Frankie Boyd (Streeters).
Peluquería: Braydon Nelson (Streeters).
Manicura: Maki Sakamoto. Ayudante de estilismo: Laura Sueiro. Casting: David
Chen. Diseño del ‘set’: Jack Flanagan.
Modelos: Hanne Gaby (Women Management), Jacquelyn Jablonski y Adesuwa Aighewi (The Society), Halima Aden, Alek Wek, Candice Huffine y Grace Mahary (IMG).
Presentada en Marrakech el pasado mes de abril e inspirada en la tradición estética africana, la colección crucero de Dior enfrenta la apropiació­n cultural con el trabajo activo de artesanos locales en la mayoría de sus diseños. «Marrakech siempre ha sido un imán para los artistas y la belleza. Quería capturar esa magia trabajando con artistas, diseñadore­s y artesanos africanos», concedía Maria Grazia Chiuri tras el desfile. Un viaje hacia la pluralidad. En esta página, abrigo de algodón de seda, de DIOR; y vestido de volantes de la colección Committed, de MANGO. Maquillaje: Frankie Boyd (Streeters). Peluquería: Braydon Nelson (Streeters). Manicura: Maki Sakamoto. Ayudante de estilismo: Laura Sueiro. Casting: David Chen. Diseño del ‘set’: Jack Flanagan. Modelos: Hanne Gaby (Women Management), Jacquelyn Jablonski y Adesuwa Aighewi (The Society), Halima Aden, Alek Wek, Candice Huffine y Grace Mahary (IMG).

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