La obra de David Delfín en la Sala Canal de Isabel II.
Una nueva exposición en la Sala Canal de Isabel II de Madrid recuerda la figura de DAVID DELFÍN, desde sus inicios como artista conceptual a principios de 2000 hasta su coronación como diseñador de moda.
El sábado 3 de junio de 2017, el adiós de David Delfín conmocionó al mundo de la moda y de la cultura dejando huérfano un hueco de vanguardismo y riesgo para una industria que vivió su florecer como diseñador como un milagro de modernidad. Tres años han pasado de su fallecimiento, medio siglo desde su nacimiento en la pequeña ciudad de Ronda y casi dos décadas desde que, en septiembre 2002, debutara en la extinta Pasarela Cibeles con un desfile que puso contra las cuerdas a los propios directivos de la feria madrileña. Pero el legado de Delfín había comenzado años atrás, y esa es exactamente la premisa con la que la exposición David Delfín parte el próximo 19 de febrero (y hasta el 19 de mayo) en la Sala Canal de Isabel II (Santa Engracia, 127) de Madrid. Una muestra que rinde tributo a su actividad como creador de moda, pero también como artista conceptual. Amén de este maridaje, un recorrido que exhibe sus colecciones intercaladas con material gráfico, vídeos, escritos con su inconfundible caligrafía o fotografías que suman su vida laboral y personal en un poético homenaje, comisariado por Raúl Marina. A ratos atormentado y otras extrovertido y generoso, Delfín consiguió provocar emociones en cada uno de los asistentes que acudía a sus desfiles en busca de una sacudida artística y emocional. Lo hizo a partes iguales en ese debut bautizado Cour des miracles, con guiños al surrealismo y a la obra de Magritte y Luis Buñuel, y en la colección íntegra
mente blanca que dedicó a su perra Alice. O de igual forma en No one (febrero de 2014), firmada junto a su entonces pareja Pelayo Díaz, que en Catarsis, presentada en 2010 con una reflexión añadida sobre la difícil economía que le atañía. Todo ello relacionado con el arte, presente en propuestas cuyas referencias incluyeron a Louise Bourgeois, Joseph Beuys, Raymond Carver o su adorado Juan Gatti. La exposición ahonda en el recorrido, pero hace especial hincapié en la fase germinal de Delfín en Madrid, donde alquiló en la calle Doctor Fourquet de Lavapiés un primer estudio en el que sus aliados –una prometedora modelo llamada Eleonora Bosé y los hermanos Gorka, Diego y Deborah Postigo– le ayudaron a tejer la futura leyenda de su nombre, ya eterno