LA OTRA ESPAÑA MODERNISTA
Después de Barcelona, Melilla es el punto nacional con más arte modernista en sus calles. Enrique Nieto, discípulo de Gaudí, trasladó hasta el sur esta excepcional arquitectura que se refleja en obras como la Casa de Manuel Buxedas Aupi, conocida como la confitería Gurugú, imprescindible parada de visita por la ciudad autónoma.