Tono SOBRE TONO
Las pasarelas han ofrecido una nueva mirada sobre el maquillaje. El color justifica los medios. Y el fin ha sido hacer un ejercicio de creatividad y demostrar que maquillarse de una forma diferente, hoy, es posible.
Probablemente estemos ante una de las temporadas más coloristas de los últimos tiempos. Era lo esperado. Tras un invierno subido de tono, la primavera ha recogido el testigo. Mucho ha tenido que ver en este despliegue cromático la serie Euphoria. Pero los maquilladores no han titubeado en subirse al carro de una estética que se salta todos los límites de los cánones tradicionales en cuestiones de maquillaje. Combinaciones y aplicaciones que en otro tiempo habrían sido proscritas –más de cuatro colores en el rostro, o labios en azul egipcio– incluso en el territorio más underground, ahora se llevan, dentro y fuera de las pasarelas, con gran desparpajo, un poco de insolencia y mucho poderío. Y de
eso se trata porque el color se utiliza, más que nunca, para reafirmar la individualidad. Desde los matices apastelados hasta los tonos más ácidos, los maquilladores han recurrido a toda la riqueza del Pantone para dar rienda suelta a su creatividad.
Cierto que en los ochenta, y antes, en los sesenta, el color tuvo sus días de gloria. Pero nada que ver con el actual frenesí cromático que se suma a una forma absolutamente irreverente de realizar trazos o jugar con aplicaciones y brillos. Como ansiosos por ese nuevo y refrescante soplo de libertad, los maquilladores entregan su particular réplica a unas prendas flúor y unos estampados que albergan todo el color del trópico. Sí, el maquillaje se ha puesto al servicio de la moda, pero con mucha actitud y marcando su territorio, aportando un aire fresco e iluminando unos tiempos oscuros.
«Llevar color en la cara se percibe como algo enérgico y divertido», decía Diane Kendall en el backstage de Self Portrait y se saltaba la regla no escrita de armonizar el rostro con el tono de las prendas: «No hay que combinarlo necesariamente, si una modelo llevaba un vestido rosa, se ha maquillado el labio en un naranja melocotón». Por su parte, Fatima Thomas, que pintó de azul los labios en el desfile de Chromat, aseguraba: «Se trata de empoderamiento, de usar colores vivos y dinámicos, como otra forma autoexpresión»