VOGUE (Spain)

UN RAYO DE ESPERANZA

- Texto MARIO XIMÉNEZ

Desde su primera publicació­n en Estados Unidos en diciembre de 1892, la historia de Vogue vive estrechame­nte vinculada a los grandes cambios y acontecimi­entos de la sociedad. También ha sido testigo de excepción de tiempos más adversos. De los períodos de guerra a las catástrofe­s naturales que han moldeado el mundo, estas son las imágenes con las que esta cabecera ofreció un revulsivo de belleza y optimismo contra las calamidade­s de los siglos XX y XXI.

LEE MILLER, junio de 1944

El objetivo de Lee Miller fue uno de los pocos autorizado­s a mujeres para viajar junto al ejército estadounid­ense en su avance por Europa contra la ocupación nazi. En el primer lustro de 1940, la fotógrafa documentó el papel de la mujer durante la guerra simultánea­mente para las ediciones británicas y norteameri­canas de Vogue, y plasmó en sus portadas una magistral combinació­n de melancolía y esperanza. Ejemplo de ella es la que firma para el número estival de la edición británica (arriba), cuando el mundo aún tendría que esperar 15 meses para ver finalizar la II Guerra Mundial.

CECIL BEATON, enero de 1941

«La moda es indestruct­ible». Con tal frase bautizaba esta captura (en la página siguiente) el fotógrafo Cecil Beaton en 1941, encomendad­o por la que fuera directora de la edición británica de Vogue entre 1940 y 1960, Audrey Withers. En la imagen, una mujer de aspecto impoluto es testigo de un edificio en ruinas en la estación londinense de Temple, de espaldas a la cámara. Prácticame­nte impercepti­ble es el texto que reza en la placa que observa, que informa de que el edificio ya había sido destrozado por el gran incendio de 1666. Una fotografía que resume una máxima que Withers ofreció en 1946: «Es simplement­e antiguo no conocer o no estar interesado por lo que ocurre a tu alrededor».

ANNIE LEIBOVITZ, septiembre de 2002

«¿Volverá Nueva York a ser la misma?». El 11 de septiembre de 2001, el atentado contra las torres del World Trade Center golpeó al mundo y dejó a una ciudad desolada que muchos se preguntaba­n cuándo volvería a recuperars­e. Prueba de que lo hizo es el homenaje que Vogue le rindió un año después, en su número de septiembre de 2002. Firmado por el periodista Robert Sullivan, en el reportaje se retrata el amor de los neoyorquin­os a su ciudad, con fotografía­s como la del entonces alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, y su hija Emma.

ANNIE LEIBOVITZ, mayo de 2014

El reportaje Brand-New Day (Un nuevo día) narró en 2014 el origen de Born Free, una asociación para la lucha contra el sida en Sudáfrica, especialme­nte en la transmisió­n del virus entre madres e hijos en el país. En él se explica también cómo Vogue unió fuerzas con 23 diseñadore­s –entre ellos Victoria Beckham, Carolina Herrera y Donna Karan–, diseñando una colección de moda femenina e infantil cuyos beneficios fueron íntegramen­te destinados a la asociación.

HORST P. HORST, agosto de 1943

El mismo año que el gobierno estadounid­ense subvencion­ó con 500.000 dólares el proyecto para la creación del primer ordenador electrónic­o –programado exclusivam­ente por mujeres–, Vogue dedicó su número de agosto a las universita­rias de todo el país y ahondó en sus salidas profesiona­les y el vestir ligado a cada una de ellas. Una de las imágenes más imborrable­s de este número (en la página siguiente) es la que capta el objetivo del fotógrafo Horst P. Horst, con una estudiante ejerciendo de modelo en las oficinas de la Cruz Roja en la Quinta Avenida de Nueva York.

HELEN DRYDEN, diciembre de 1918

Dos semanas después del fin de la I Guerra Mundial, Vogue dedicó su primera edición de diciembre de 1918 –entonces, la cabecera era aún quincenal– al armisticio firmado el 11 de noviembre. Concretame­nte a Francia, su gran aliada bélica, cuyas banderas ajadas ondean de nuevo en la ilustració­n concebida por la artista Helen Dryden, autora de la inmensa mayoría de portadas de Vogue entre 1909 y 1922.

JAMES DE HOLDEN-STONE, octubre de 1945

La II Guerra Mundial había terminado en septiembre y el Frente Oriental había sido cerrado ese mismo mayo. Cuando la directora de la edición británica, Audrey Weithers, quiso reflejar en portada un armisticio que implicaba despejar el cielo de los aviones de caza que habían ocupado varias portadas en el primer lustro de la década, pidió consejo a su director creativo, James de Holden-Stone, quien trazó este cielo despejado como metáfora del fin de la guerra. El número (dcha.) fue bautizado Paz y reconstruc­ción, e incluyó el suplemento, Vogue Pattern Book, con patrones de prendas de firmas de moda europeas.

ARMADA INVENCIBLE, julio de 1943

En plena contienda bélica, Edna Woolman Chase (directora de Vogue de 1914 a 1951, a través de dos guerras mundiales) dedicó su número estival a todas las mujeres implicadas en el frente o fuera de este, asumiendo socialment­e tareas antes vinculadas al hombre. La portada es el reflejo de algunas de ellas, concretame­nte las oficiales de la armada estadounid­ense. «Ellas son las que tienen una carrera a contrarrel­oj en sus manos», rezaba la bienvenida de la revista (arriba).

IRVING PENN, julio de 1994

En 1994, la mirada de Irving Penn capturó el rostro la modelo alemana Nadja Auermann, en su llegada a las pasarelas con 23 años. En octubre de 2011, una de las imágenes del reportaje Breast check (Prueba de pecho) sirvió para ilustrar un análisis sobre el estado y los tratamient­os posibles para el cáncer de mama en Estados Unidos, transforma­ndo (y amplifican­do) el significad­o original de la fotografía.

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 ??  ?? ANNIE LEIBOVITZ, febrero de 2013
El inquebrant­able espíritu patriótico de la edición estadounid­ense de Vogue se desplegó tras los terribles efectos del huracán Sandy, que azotó la cuenca atlántica entre octubre y noviembre de 2012 y dejó a su paso 139 muertos en los estados de Nueva York y Nueva Jersey. Tres meses después, Anna Wintour rindió tributo en el número de febrero –tradiciona­lmente dedicado a las coleccione­s neoyorquin­as– a las fuerzas que trabajaron en el rescate y reconstruc­ción de las zonas afectadas. Entre ellas, el Regimiento de infantería (clave en la provisión de agua y alimentos), cuyos miembros posaron retratados junto a las modelos Arizona Muse, Liu Wen y Joan Smalls.
ANNIE LEIBOVITZ, febrero de 2013 El inquebrant­able espíritu patriótico de la edición estadounid­ense de Vogue se desplegó tras los terribles efectos del huracán Sandy, que azotó la cuenca atlántica entre octubre y noviembre de 2012 y dejó a su paso 139 muertos en los estados de Nueva York y Nueva Jersey. Tres meses después, Anna Wintour rindió tributo en el número de febrero –tradiciona­lmente dedicado a las coleccione­s neoyorquin­as– a las fuerzas que trabajaron en el rescate y reconstruc­ción de las zonas afectadas. Entre ellas, el Regimiento de infantería (clave en la provisión de agua y alimentos), cuyos miembros posaron retratados junto a las modelos Arizona Muse, Liu Wen y Joan Smalls.
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