Cinco minutos con KASIA NIEMIROWICZ
Es directora general para España y Portugal del gigante sueco textil H&M desde hace un año.
¿Cómo fue romper el techo de cristal y llegar a la dirección? Absolutamente motivante. Tengo la suerte de formar parte de una compañía que cree en las personas, ofrece grandes oportunidades y mira hacia el progreso. Mi experiencia como líder es emocionante, muy divertida y un aprendizaje constante.
En H&M siete de cada diez líderes son mujeres, ¿cómo logran estas cifras? Hemos trabajado sobre la igualdad de género durante mucho tiempo y la justicia y la igualdad están integradas en todos nuestros procesos y políticas empresariales. Además, internamente estamos implementando un taller especializado sobre inclusión, diversidad y sesgos inconscientes. El objetivo es aumentar la conciencia interna, desafiar nuestras perspectivas y señalar dónde podemos mejorar para ser más inclusivos. La colaboración externa es crucial, por ello consultamos continuamente con expertos.
¿Se puede decir que el sector textil es menos hostil para las mujeres que otros? Es cierto que es una industria que contribuye a generar muchas oportunidades de trabajo para las mujeres, pero según el Banco Mundial, al ritmo actual, se necesitarán 200 años para lograr la igualdad de género. Por eso el Grupo H&M está decidido a intensificar cuanto antes sus esfuerzos.
¿Qué cree que tiene que cambiar en la cultura empresarial para que más mujeres se sitúen en puestos de responsabilidad? Existen desigualdades estructurales, así como normas jurídicas, culturales y sociales restrictivas, que deben ser cuestionadas para que todas podamos alcanzar nuestro pleno potencial.
¿Cuáles son sus referentes empresariales en cuestiones de diversidad y sostenibilidad? Más que referentes empresariales, mi mayor inspiración son las personas. En H&M tengo la suerte de estar rodeada de grandes expertos en estas áreas, que me enseñan e inspiran cada día a desarrollar nuestro negocio. También hay muchas otras marcas que están trabajando en estos ámbitos y la colaboración entre todas es clave. IKEA es un buen ejemplo, por su estrategia de sostenibilidad, sus productos adaptados a personas con discapacidad y su plan de empleabilidad para refugiados. Estas acciones son las que marcan la diferencia.