Las series televisivas de los 80 marcan las tendencias de peluquería.
La peluquería imagina unas Navidades que viajan a los años ochenta a través de señoriales melenas, cargadas de volumen y vigor capilar. Para ello, toma como referencia éxitos catódicos como ‘Falcon Crest’, ‘Dinastía’ y ‘Dallas’. Acaban de completar este o
Flequillos cuyo volumen se perfila con el secador, labios con efecto lacado y joyas cargadas de destellos de nobleza. La exuberancia de la alta burguesía que muchas veces reflejaban las series de televisión en los ochenta (piensa más en Falcon Crest que en Las chicas de oro) se traslada a la estética festiva de una Navidad singular. ¿El principal requisito? Ser capaces de construir una gran melena. En la página de apertura, volumen garantizado gracias al champú Neogenic y al serum Densi-Solutions, especializados en la redensificación capilar, de la línea Dercos de VICHY. Vestido de CHANEL; collar (usado como brazalete), de AREA; y pendientes de ANA KHOURI.
En la página anterior, además de proporcionar un moldeado instantáneo, hay cepillos, como el Regenerador capilar de REDENHAIR, que contribuyen a frenar la caída del cabello y estimulan su crecimiento mediante luces infrarrojas. Blusa y chaqueta, ambas de ST. JOHN. En esta página, la melena se ha pulido con la laca de fijación fuerte Elnett, de L’ORÉAL PARIS, en un gesto de exageración contraria también muy ochentero: el de la ausencia total del volumen capilar, peinando el pelo a ras de sien. Vestido de ALEXANDRE VAUTHIER; y collar y pendientes vintage, cortesía de NEW YORK VINTAGE.
Personajes como Chrystel (Linda Evans), Amanda (Catherine Oxenberg al principio y, posteriormente, Karen Cellini), Sammy Jo Dean (Heather Locklear) y Alexis (Joan Collins) configuraron las expectativas capilares de toda una generación de televidentes: cortes muy definidos, generalmente rematados en medias melenas, alisados con secador y sin nada de miedo a obligarlos crecer en volumen. La salud capilar era fundamental. El uso de buenas herramientas de peinado también.
En la página anterior,
el pelo se ha elevado con el espray ghd root lift. El cepillo ghd rise se ha encargado de mantener la forma del volumen. Ambos de GHD. Esmalte de uñas en tono Pomegranate, de HANDMADE BEAUTY. Vestido de PETAR PETROV; pendientes de ANNA KHOURI; collar de BEAUFILLE; y gafas de sol de BURBERRY. En esta página,
volumen y ondas al mismo tiempo. Ningún problema para la plancha 9000, de BABYLISS, que funciona de forma inalámbrica para una mayor ergonomía. Pintalabios Altea, de SAIGU COSMETICS. Vestido de CHRISTOPHER JOHN ROGERS; y pendientes de ANA KHOURI.
En un universo festivo
dinastizante, la joyería cuajada de diamantes (o similares) se convierte en accesorio imprescindible. Resulta fundamental, así, adaptar los peinados a la opulenta exuberancia de pendientes, collares y anillos. ¿Un plus? Labios y uñas en un encendido rojo, para añadir más dramatismo al brillo.
En esta página, el pelo se ha trabajado con el cepillo Silver Spa, de BALMAIN HAIR, que previene el encrespamiento y añade brillo. Vestido vintage, cortesía de NEW YORK VINTAGE; y pendientes de ANA KHOURI.
En esta página, el volumen y las ondas son obra de la styler Airwrap, de DYSON. Vestido de A.W.A.K.E.; collar de PROENZA SCHOULER; y pendientes de ANA KHOURI.
Estilismo: Dianna Lunt. Maquillaje: Ai Yokomizo (Bridge Artists). Manicura: Gina Edwards (See Management).
Directora de ‘casting’: Megan McCluskie. Localización: Dot Studios NY. Modelos: Rose Daniels (DNA Models) y Sylke Golding (Muse Management).