EL ‘BALLET’ DE SU VIDA
Kayoko Everhart
En septiembre del año pasado Kayoko Everhart (Tokio, 1983) se reincorporaba como bailarina principal a la Compañía Nacional de Danza tras 17 meses de baja. Coincidía con la llegada de Joaquín de Luz como nuevo director del ballet y, aunque trabajó para ponerse en forma rápidamente, poco podía imaginar que pronto sus compañeros también tendrían que redoblar esfuerzos para mantener su físico, confinados en sus casas durante la primavera de 2020. «Hacer ejercicios de ballet en tu salón no es lo mismo que tener toda la sala para bailar», recuerda. Volvieron a ensayar juntos antes de verano, con decenas de medidas de seguridad (distancias, mascarillas, tests serológicos y pcrs...), y a Everhart le hizo especial ilusión el regreso por la posibilidad de estrenar White Darkness, una obra original de Nacho Duato («trabajar con él es la principal razón por la que me mudé a España», sentencia) que, dice, siempre había querido bailar antes de retirarse, porque es «una obra maestra». Lo logró el 3 de octubre, en Albacete. En los meses de julio y agosto, había ‘girado’ con Arriaga por Granada y Madrid. «Estamos en medio de una pandemia, y hay muchísimas compañías en el mundo completamente cerradas, esperando a que las cosas vuelvan a su cauce. Que nosotros hayamos encontrado la manera de regresar al escenario tan rápidamente nos hace sentir muy afortunados», explica sobre una de las primeras compañías de danza en todo el mundo que ha retomado ensayos y funciones tras la llegada de la COVID-19