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En un año que arrancaba trufado de incertidumbres para el sector gastronómico, una certeza se ha mantenido firme contra viento y marea: las estrellas anuales de la GUÍA MICHELIN. Estos son los descubrimientos que se han colado entre sus galardones por toda la geografía española.
El cierre del emblemático restaurante Zalacaín, el primero en lograr tres estrellas Michelin en España, no apuntaba a las quinielas más favorables para la gastronomía de lujo en 2021. Pero, con todo, la guía más ambiciosa en cuanto a restauración internacional publicaba, una vez más, a finales de año su prestigiosa lista con las valoraciones a los mejores restaurantes de 23 países alrededor del globo. En territorio nacional, la consolidación de nuestros mejores templos no albergó gran sorpresa: el Cenador de Amós, en Cantabria, el barcelonés AbAC, el madrileño DiverXO y los vascos Lasarte y Martín Berasategui mantenían su triple estrellato, sin admitir nuevos colegas en este podio. Pero lo realmente interesante viene justo un peldaño por debajo: el joven chef Albert Sastregener conseguía la doble estrella para su gerundense Bo.TiC, una antigua fábrica de carruajes en la pequeña localidad de Corçà desde la que defiende un estilo técnico y sencillo para aproximarse a la cocina tradicional catalana. A su logro se suman el barcelonés Cinc Sentits, del chef Jordi Artal, y el lerense Culler de Pau, que entrega en O Grove su propia versión del mundo vegetal y marino bajo la batuta de Javier Olleros. Los debuts astrales se multiplican hasta 19 y señalan hacia la periferia como nuevo epicentro (el soriano La Lobita, la Hospedería El Batán, en la Sierra de Albarracín...). El Silabario de Alberto González Prelcic (en Vigo), el madrileño y coqueto Saddle u Odiseo (a lomos de un centro comercial en Murcia) cierran la ristra de proyectos que siguen ilusionando el paladar de todo un país