La nueva colección de Simone Rocha para H&M.
Coincidiendo con el décimo aniversario de su firma homónima, la creadora irlandesa SIMONE ROCHA incorpora su nombre a la exclusiva lista de diseñadores con los que H&M colabora desde 2004. La nueva colección, que sale a la venta el próximo 11 de marzo, supone un resumen de su filosofía estética, modelada a través de delicados tules, bordados, perlas y volantes.
Lo he disfrutado muchísimo. Ha sido como estar en una tienda de chucherías y poder escoger las que más te gustan», explica Simone Rocha (Dublín, 1986) sobre su nueva colaboración con H&M. A la venta desde el próximo 11 de marzo, la colección condensa las filias y obsesiones que han marcado los diez años de carrera de la diseñadora irlandesa, desde su particular concepto de feminidad a su pasión por los materiales y el trabajo manual. «He buceado en mis archivos, en mi historia, para resumirlo todo en unas prendas que considero que ofrecen una imagen bastante fiel de lo que soy». Rocha entra así a formar parte de la exclusiva lista de creadores que desde 2004 colaboran con el gigante sueco, desde Karl Lagerfeld hasta Stella McCartney o Donatella Versace, en lo que constituye un saludable ejercicio de democratización del prêt-à-porter. «Cuando me contactaron me sentí completamente abrumada y feliz. Yo tengo una firma que, aunque internacional, es independiente, y esta colaboración supone un capítulo brillante en nuestra historia. Somos un equipo muy humilde, por lo que para nosotros es un gran honor poder estar al lado de gente a la que admiramos mucho, como por ejemplo Karl Lagerfeld», confiesa.
La nueva colección supone además la primera incursión de la creadora en el universo masculino e infantil, dos líneas capitales, e innegociables, para la firma sueca. «Diseñar las prendas para niños fue puro goce. Tuve que tener en cuenta cosas como la necesidad de poder meterlas en la lavadora. Y también resignarme a no añadir muchos adornos, ya que se les pueden caer o, incluso, llegar a tragárselos. Pero me divertí terriblemente haciendo versiones mini de mis prendas de mujer. Con la parte de hombre el ejercicio consistió en equilibrar la masculinidad y la feminidad que, en realidad, y aunque a veces no lo parezca, siempre ha sido una parte esencial de mi trabajo», concede. Tanto disfrutó que incluso ha considerado seriamente introducir estas dos nuevas categorías en su propia marca: «En Simone Rocha siempre ha sido muy importante la idea de familia y de comunidad. Mi estudio está en De Beauvoir, al este de Londres, y toda la gente de la zona nos reconoce. ‘¿Pelo largo, falda voluminosa y zapatos planos? Debe trabajar para Simone’. Así que la idea de ampliar ese universo a hombres y niños es sin duda muy tentadora». Son estas señas de identidad –una paleta de color limpia, la experimentación con tejidos y la profusión de adornos– fácilmente reconocibles para el gran público, las que ha querido trasladar a la nueva colección para H&M. «Es fabuloso que todo el mundo vaya a poder acceder a mis diseños. Recopilar todo fue difícil pero también muy emocionante. Cuando recorrí los archivos junto a mi equipo parecía como si nos estuviésemos reuniendo con un viejo amigo. Obviamente había prendas que quería en la colección, pero desafortunadamente no podíamos tenerlo todo. Además, era importante que hubiese un equilibrio entre piezas de archivo y otras más actuales, como las joyas, que ahora conforman una gran parte de mi negocio y de mi estética», expone.
Ajena a temporadas y tendencias, Simone Rocha ha construido un universo propio que hunde sus raíces en una feminidad contemporánea y subversiva: «Siempre me he considerado femenina, pero no en el sentido que a veces se le da a este concepto de dulce o blando. La feminidad es algo que está presente en todo el mundo, no importa si eres alto, o bajo, gordo o delgado, gay o hetero. Si respiras, hay algo femenino en ti, y es eso lo que me gusta traducir a mis creaciones». Diplomada en diseño de moda por el Colegio Nacional de Arte y Diseño de Dublín, Rocha fundó su firma homónima en 2010, justo después de finalizar el prestigioso máster de moda de Central Saint Martins de Londres. Su debut en la semana de la moda de Londres, en septiembre de 2010, se produjo precisamente con su colección de graduación, convirtiéndose desde entonces en uno de los desfiles más esperados de la cita londinense. «Han pasado muchas cosas desde entonces. Sobre todo en este último año. Se está produciendo un profundo cambio de valores, en lo que compete a la diversidad y a la inclusión. Realmente me emociona porque esto ha sido una constante en mi trabajo. Yo soy inmigrante. Mi padre es de Hong Kong, mi madre irlandesa y vivo en Inglaterra. Siempre ha sido muy importante para mí introducir varias nacionalidades en mis castings. Y también en cuanto a tallas y edades. En mi idea de feminidad caben todas las mujeres», afirma.
Fue su padre, el diseñador hongkonés John Rocha –formó parte de la semana de la moda de Londres hasta que su firma homónima echó el cierre en 2015: «Me di cuenta que mi hija me había superado», se sinceraba en las páginas de la edición británica
de Vogue el pasado año– quien despertó el gusanillo del diseño de moda en la creadora, acostumbrada desde pequeña a desenvolverse entre patrones y tejidos. «El taller era un espacio creativo fascinante. Adoraba trabajar con las manos. Allí nació mi amor por las texturas y los materiales». Estos constituyen sin duda una de las piedras angulares de su trabajo, con especial enfoque en las técnicas artesanales que se elaboran en su país natal, Irlanda, y en Hong Kong, y que ha querido trasladar a su nueva colección junto a H&M. «Los textiles y adornos son parte esencial de mi vocabulario. Así que cuando empezamos las conversaciones les expliqué la importancia que tenían para mí. Hemos logrado una calidad de la que me siento muy orgullosa. Además, la gran mayoría son respetuosos con el medioambiente». Algodón orgánico, poliéster reciclado y otras fibras sostenibles se intercalan con estampados marca de la casa como el tartán y las flores, y con detalles ineludibles para Rocha como perlas y volantes. Las siluetas, en las que priman los volúmenes y los abullonados, también son inmediatamente reconocibles, así como la referencia histórica a la corte de los Tudor.
Esta particular manera de entender el oficio no se reduce solamente a la estética, sino que va más allá. «Considero que es una suerte ser una marca independiente. Ahora más que nunca. Tenemos el control para hacer las cosas de una manera en la que nos sentimos cómodos. Y eso lo aplicamos a todo. A la sostenibilidad, al casting, al calendario. Yo siempre he hecho dos temporadas al año, por ejemplo. Considero que seis meses es el tiempo mínimo para poder crear algo interesante y bello. Me alegra ver que la pandemia ha traído cosas positivas como el debate sobre el actual calendario de la industria», afirma. También celebra el cambio que se ha producido en los consumidores, más informados y con exigencias como la durabilidad de las prendas y la significación de las mismas: «La tendencia de la moda rápida como tal va a desaparecer. Somos mucho más conscientes de lo que compramos. La gente busca seguridad en las prendas, y esto solo se consigue a través de la belleza y de la calidad, ambas presentes en esta colección. Este es sin duda un elemento muy saludable y esperanzador para una industria que avanza demasiado rápido»