Katja Angeli trae sus ‘collages’ a la galería F2 de Madrid.
Entre lo que el ojo ve y lo que intuye puede existir un abismo. En la obra de KATJA ANGELI, esa distancia es la fantasía.
Si una imagen vale más que mil palabras, yuxtaponerlas puede equivaler a un millón. Esto es exactamente lo que se puede pensar al observar los collages surrealistas, carnavalescos y dúctiles de la artista danesa Katja Angeli, que se sirve de formas abstractas para armar su particular visión del mundo. Su obra –que aterriza en la galería F2 de Madrid el 17 de abril, hasta el 5 de junio– ensambla colores, texturas y formas dispares combinando técnicas tradicionales y digitales de edición. No es la primera vez que el trabajo de Angeli pisa suelo madrileño –ya lo hizo en esta misma galería, en la muestra colectiva Cosmic Morsel–, pero sí la más extensa, tras exhibir sus piezas en pinacotecas de la talla del museo Guggenheim de Nueva York o las colecciones de Clifford Chance o la Royal Art College de Londres. El nexo en común en todas ellas es el cóctel, colorido y reflexivo, de una artista para el futuro