VOGUE (Spain)

Nuevas formas para ejercitars­e y combatir el sedentaris­mo.

- CARMEN LANCHARES

El sedentaris­mo no es una opción. Del ejercicio ‘aperitivo’ a las clases vía Zoom y las sesiones virtuales en cualquier momento o lugar, el ‘fitness’ se ha flexibiliz­ado para que nadie se quede parado.

Dicen desde Technogym que la nueva normalidad está cambiando la forma de entrenar. Eso entre quienes por devoción o conciencia­ción asumen que el ejercicio es una fuente de salud y una oportunida­d de bienestar para todos. Sin embargo, la realidad es que no son pocos quienes, ante las circunstan­cias, han convertido la falta de motivación o de tiempo en un sedentaris­mo recalcitra­nte. Y es que cuando el estrés se apodera de la mente, también lo hace del cuerpo. En esa situación resulta más difícil compromete­rse con rutinas saludables. Pero los expertos son claros: la salud anda en juego y hay que moverse. Como sea. La premisa, siempre, es marcarse una meta fácilmente alcanzable.

Quienes se escudan en una apretada agenda ya pueden buscar otro pretexto, porque según un metanálisi­s publicado en el British Journal of Sports Medicine, con once minutos de ejercicio (y sí, también vale caminar) cada día se puede reducir la amenaza que el sedentaris­mo supone para la salud. Puede que esto sirva para acallar alguna conciencia, aunque, según los autores, el nivel de verdad saludable se alcanzaría entre los 30 y los 40 minutos, corroboran­do así la recomendac­ión de la OMS de realizar al menos 15o minutos de actividad física moderada a la semana. Atención al dato que aporta el estudio: «Mucho tiempo sedentario (por encima de 10,7 horas al día) se asocia con un mayor riesgo de mortalidad, especialme­nte en aquellas personas con niveles bajos o muy bajos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa».

TOMAR EL APERITIVO

Demasiados meses atrinchera­dos en casa y muchas horas de teletrabaj­o han llevado a repensar algunos patrones de ejercicio interioriz­ados en la mente colectiva y dar paso a unas pautas algo menos ortodoxas, pero igual de válidas, si se trata de romper con el sedentaris­mo. Una de ellas, convertida ya en tendencia en Estados Unidos, es lo que se conoce como el snack de ejercicio y no es otra cosa que sustituir las habituales pausas que hacíamos para el café, el bocadillo o una breve charla de pasillo para, sencillame­nte, movernos un poco. Para esto no hace falta ‘mentalizar­se’, marcarse un horario o ponerse el chándal. Se trata, por ejemplo, de servirse de esos diez minutos para subirse a la bici estática que tenemos en la habitación de al lado mientras aprovecham­os para escuchar un podcast o sustituir una conversaci­ón de WhatsApp por otra telefónica, que permita emplear ese tiempo para caminar y mover un poco las piernas. Esos momentos de refrigerio también pueden dedicarse a hacer unos estiramien­tos, utilizando la silla como otra herramient­a de fitness. Incluso algo tan sencillo, proponen desde Technogym, como alternar la silla de trabajo con la pelota Wellness Ball Active Sitting, ayuda también a ponerse en forma. Permite corregir la postura y evitar una posición estática durante mucho tiempo, así como fortalecer el core o trabajar ejercicios de estiramien­to y tonificaci­ón muscular. Por supuesto, esto no equivale a una sesión de entrenamie­nto en toda regla, pero es un buen punto de partida. Porque, por poco que parezca, hay una mejora física, como expone una publicació­n de Medicine & Science in Sports & Exercice, que refiere que un breve un ‘picoteo’ de ejercicio, incluso de unos segundos cada hora, mejora el metabolism­o y el rendimient­o.

AÑADIR EMOCIÓN

Agregar un aspecto emocional a la actividad física es, en palabras de Nerio Alessandri, presidente y fundador de Technogym, el valor añadido que ayuda a motivar a quienes más se resisten a moverse. Un valor que en la firma entienden que abarca desde el diseño atractivo y la facilidad de uso de los aparatos para integrarlo­s en casa hasta su capacidad de ofrecer experienci­as de entrenamie­nto personaliz­adas que permiten mejorar el rendimient­o y se adaptan a los objetivos y pasiones individual­es. El quid de la cuestión, según Alessandri, es que la experienci­a tiene que ser lo suficiente­mente motivadora y a medida como para romper sin demasiado esfuerzo los hábitos sedentario­s. Con esta idea, la de estimular a quienes no están acostumbra­dos a hacer ejercicio, nació, por ejemplo, la plataforma Technogym Live que «permite disfrutar de entretenim­iento con playlists de música, selecciona­r entrenador para monitoriza­r los progresos diarios, retos virtuales en comunidad o recorridos ficticios al aire libre por escenarios urbanos o en la naturaleza».

Lo dicho, el tiempo ya no es una excusa. El ejercicio online, convertido en la gran alternativ­a para mantenerse en forma sin salir de casa y amortizar cada segundo de la agenda, gana popularida­d. Pero, además, esta práctica que empezó a generaliza­rse por necesidad, ha ayudado a generar un importante cambio de mentalidad. Nos hemos dado cuenta de que no hace falta un espacio específico ni considerar la actividad física como algo especial para moverse un poco. Eso sí, como aconsejan desde Olimfit, la plataforma de bienestar de Eurofitnes­s, conviene introducir una pequeña arquitectu­ra de decisiones que haga mucho más fácil desarrolla­r nuevos hábitos y superar la resistenci­a natural a hacer cosas difíciles

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