Las firmas españolas que lideran la innovación textil se centran en la impresión 3D y la investigación en nuevos materiales para dar vida al futuro del sector.
La impresión 3D y la investigación de nuevos materiales son dos de los focos de nuevas firmas españolas que abanderan una innovación textil respetuosa con el medioambiente.
Hemos empezado a mirar la composición de los tejidos con el mismo ojo crítico con el que repasamos la etiqueta de un yogur. No solo eso, también queremos (exigimos, casi) saber qué hay detrás de lo que vestimos, y a nuestro armario le pedimos altas dosis de durabilidad y, sobre todo, que sea respetuoso con el medioambiente. En esta tendencia global y, en una apuesta absoluta por la sostenibilidad, varias compañías españolas buscan hacer realidad una ambición, esforzándose por cumplir punto por punto con la eterna asignatura pendiente de la industria textil. Un nuevo escenario que aúna a firmas de moda y start-ups que ejercen como proveedoras de otras marcas del sector. La trazabilidad de sus tejidos y diseños, así como la posibilidad de darles una nueva vida, es una de las máximas que persiguen Biga Avant Wear. Creado por Aiala y Ania Lucero, este proyecto vasco se sirve de la nanotecnología para idear prendas éticas de tejidos reciclados que duren más y tengan menos impacto medioambiental. Eso sí, evitando el uso de químicos nocivos. «Comprometemos ligeramente el rendimiento anteponiendo la ausencia de estos compuestos», comentan.
Tanto para ellas como para otras compañías afines, el material es uno de los ejes de su modus operandi. Más allá del plástico biodegradable o de los textiles reciclados, pueden encontrarse puntos de partida tan curiosos como, por ejemplo, la patata o el maíz. De ellos obtiene su material más usado Commes des Machines, un estudio bilbaíno experto en impresión 3D: «La revolución de los materiales está en su prólogo. No es el destino, es el origen. Equipos de todo el mundo estamos trabajando en la investigación y desarrollo de nuevos materiales, más sostenibles y eficientes», apunta su consejera delegada, Aran Azkarate. «Estamos probando uno hecho a partir de cáscara de mejillón», menciona en un ejemplo que parece casi de ciencia ficción.
Con sede en Madrid, Pyrates parte de fibras de vegetales como el alga o el bambú para crear tejidos funcionales. Entre tres meses y tres años de investigación tardan en desarrollar sus materiales, declinados después en prendas de todo tipo. Aspectos
como la proximidad o la escalabilidad son factores decisivos a la hora de decantarse por una fibra o por otra. Según su fundadora, Regina Polanco, los sentidos (como que un tejido sea suave al tacto y bonito a la vista) resultan esenciales para conquistar al consumidor y a las firmas. «La mayoría de nuestros clientes han repetido con nosotros porque son colecciones que venden bien», señala convencida.
No se trata solo de que el material sea sostenible, sino de que lo sea también el proceso de producción. «En la mayoría de prendas que llevamos, hasta un 30% del tejido se desperdicia durante el proceso de corte», comentan desde Zer Collection, un proyecto catalán que ha hecho de la impresión 3D una forma de luchar contra el exceso. «Nuestra idea es digitalizar todos los patrones de las prendas y producir solamente el tejido necesario en cada caso», explican. Esta iniciativa comparte premisa con Comme des Machines: imprimir solo lo justo, sin generar residuos ni stocks innecesarios. Mencionan la personalización como otra de sus ventajas: «Le puedes meter un algoritmo que vaya modificando en base a la información de cada individuo, obteniendo prendas que pueden ser más funcionales y hechas a medida», declara Ane Castro, una de sus cofundadoras. En este sector la investigación resulta un pilar fundamental. Por eso, ambas empresas cuentan con dos proyectos dedicados al desarrollo de tejidos para el futuro. Zer Collection lidera Zer Lab, una iniciativa más experimental que quieren hibridar a largo plazo con Zer Era, su línea de ropa más comercial. Bajo el nombre de Nora, en Comme des Machines arrancaron hace cinco años un nuevo proyecto: «Pretendemos explorar las posibilidades que las tecnologías digitales ofrecen a la fabricación de tejidos sostenibles», sostiene Azkarate. Por sus resultados ya se han interesado firmas como Burberry.
La sostenibilidad en materia textil hace hincapié en diseños atemporales y colecciones limitadas. También en una producción de proximidad, como los talleres vascos y catalanes con los que trabaja Biga Avant Wear. Un gesto que busca reducir la huella de carbono y para el que surgen ideas como la de Zer Collection: concebir una prenda como un archivo que se podría imprimir en la propia tienda. Así, «no habría ningún consumo de viaje, ni por el material ni por la prenda en sí».
Por utópicas que parezcan sus iniciativas, estas emprendedoras no pasan desapercibidas. Zer Collection ha sido la primera empresa española en ser premiada en términos de innovación por H&M. Mientras, Pyrates sumará Camper a un largo listado de colaboraciones entre las que se encuentran Es Fascinante, 3.1 Philip Lim y Asics, partícipe de su accionariado desde 2019. Comme des Machines ha trabajado con Nike, Moisés Nieto y Palomo Spain. Además de la colección que tiene con Mango, todo un desafío: «Trabajar junto a ellos era hacer realidad lo que venimos defendiendo desde el principio: escalar la artesanía. Ser capaces de ofrecer productos sostenibles, artesanales, hechos con amor para todos y no solo para unos pocos».
Además, la rentabilidad no se escapa como objetivo. En Comme des Machines afirman tener beneficios, pero no les llueven precisamente las ayudas en España: «Les gustamos, pero no saben qué hacer con nosotros», afirma Azkarate. Pyrates depende principalmente de financiación privada. Zer Collection, que se mantiene gracias a los concursos y plataformas en los que ha participado, opina parecido: «Te piden un montón de requisitos. Necesitas una trayectoria para que confíen en ti». Otro de los problemas para Biga Wear radica en el reto de encontrar talleres: «Aquí todo ha estado enfocado a la moda rápida», comentan las hermanas Lucero. Reeducar al cliente sobre los precios que están dispuestos a pagar –y los hábitos de consumo– es otra clave para todos ellos: «No es ‘no tengo’, sino también ‘cuánto necesito’», dicen desde Zer Collection. Una labor de introspección pendiente, por parte de todos