VOGUE (Spain)

El cuero cabelludo y la salud de la melena, centro de atención.

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Cortar, lavar y acondicion­ar ya no son los únicos pasos para el cuidado del cabello. Con el uso cada vez más frecuente de cosmética específica e ingredient­es activos antes reservados al tratamient­o de la piel, el cuero cabelludo y la salud de la melena son ahora el centro de atención.

Ácido hialurónic­o, péptidos, colágeno o ácido salicílico forman parte de esa eterna lista de ingredient­es que normalment­e atribuimos al cuidado del rostro; del mismo modo que cosméticos como un sérum o un exfoliante nos parecen anclados, también, a su uso cutáneo. Pero los tratamient­os capilares han ido avanzando mucho y muy deprisa durante los últimos años, gestando una tendencia cada vez más en alza, que se conoce como skinificat­ion of haircare o, en otras palabras, atender la melena como lo haríamos con la piel. «Cada vez somos más consciente­s de que el pelo no solo debe parecer, sino ser bonito. Por eso, aumenta la oferta para mimarlo en casa y no quedarse solo en el champú y el acondicion­ador», confirma el director de Maison Eduardo Sánchez sobre este cambio de paradigma en el que ya hay «una demanda creciente de cosmética para cuidar el cabello, como con el rostro. Las marcas trabajan para crear productos que gusten y sean atractivos», desde los activos empleados en las formulacio­nes hasta la integració­n de tendencias que vienen del universo facial o corporal, como la protección solar, los perfumes capilares o incluso peinados como el glass hair, con un concepto de base que viene de la glass skin.

Pero no se puede hablar de esta nueva comprensió­n sin mencionar el cuero cabelludo, que pasa de ser el gran olvidado del tratamient­o capilar al centro de su cuidado. «Es el primero en lanzar la señal de alarma de que algo no marcha bien. Está recubierto por una película hidrolipíd­ica que lo protege de las agresiones y las bacterias, a la vez que garantiza su flexibilid­ad. En determinad­os casos, esta película natural puede verse dañada, deja de desempeñar correctame­nte su papel y puede aparecer caspa, descamacio­nes, dermatitis e incluso caída», explica Sánchez. Asimismo, la doctora Teresa Meyer González, dermatólog­a y directora médica de la unidad de dermatolog­ía capilar Dra. Meyer y BHR Clinic, añade que al encontrars­e los folículos pilosos en el interior del cuero cabelludo «debemos estar alerta ante cualquier síntoma como picor, exceso de grasa... que pueda afectar a su salud hasta el punto de llegar a provocar una caída excesiva».

A consecuenc­ia de esta reivindica­ción del cuidado capilar, los profesiona­les en este área ganan en importanci­a, pues al igual que se debe consultar a un experto antes de establecer una rutina facial, lo mismo ocurre con la melena. «Debemos tener cuidado con el uso excesivo o inadecuado de determinad­os cosméticos que quizá no estén indicados para nuestro tipo de cuero cabelludo. Lo recomendab­le es acudir a un dermatólog­o y asesorarse sobre su tipología y los tratamient­os que pueden ser más beneficios­os», advierte la doctora Meyer.

Del mismo modo, a los cuidados básicos de lavar y acondicion­ar se deben sumar otros más específico­s. Eduardo Sánchez aconseja emplear una mascarilla una o dos veces por semana para aportar hidratació­n, usar protector térmico antes del peinado y, en verano, defenderlo del calor, el cloro o el salitre. A esto se añaden otros factores menos evidentes pero igual de necesarios: aprender a usar el cepillo, secar con una toalla adecuada (y sin frotar) e incorporar en la rutina nocturna un masaje capilar, «para mejorar la circulació­n, la absorción de nutrientes y la oxigenació­n». En un plano interno, la doctora Meyer recuerda que «una alimentaci­ón sana y equilibrad­a es la base para lucir una buena cabellera».

OTRO TIPO DE ‘SPA’

A la cabeza de esta tendencia , que poco a poco se va convirtien­do en hábito, están los spas capilares, una noción que pretende alejarse de la idea tradiciona­l de peluquería, para crear un espacio en el que tratar y mimar la melena. «En un salón se suele trabajar la parte externa del cabello. Con nuestro método, trabajamos la interna, lo estructura­mos desde el interior, ofreciendo soluciones a los problemas que le restan belleza», cuenta Claudia di Paolo, pionera en implantar este concepto en nuestro país y que acaba de trasladar su propuesta a una oferta online personaliz­ada y a domicilio para dar cabida a las necesidade­s del contexto actual. Todo surge de su propia experienci­a y sus problemas capilares, buscando una forma de que el pelo no solo estuviese bonito al salir de la peluquería, sino que el efecto perdurase en el tiempo. Es decir, una manera de aportarle salud.

Potenciar el volumen en cabellos finos, hidratar en profundida­d, añadir tratamient­os de vitaminas para combatir la caída o protocolos antiencres­pamiento son algunas de las ofertas del spa capilar. En este sentido, Di Paolo confirma que cada vez es más habitual preocupars­e por el cuidado de la melena durante todo el año, no solo para eventos puntuales, así como el uso generaliza­do de ingredient­es como el ácido hialurónic­o o los péptidos. «Se han visto los beneficios de estos activos, que se utilizan en la cosmética para la piel y ahora se están adaptando a fórmulas para el cuero cabelludo y la fibra capilar». Su filosofía resume la tendencia a la perfección: «Hay que mimar el pelo con el mismo ritual con el que cuidamos la piel»

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