Campo a TRAVÉS
Prendas de montaña y colaboraciones con firmas vinculadas a la naturaleza dejan constancia del auge del ‘gorpcore’. Un fenómeno que busca la comodidad y, sobre todo, la funcionalidad en nuestro día a día.
Dice el refrán que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, pero a veces también puede ocurrir a la inversa. Y si no, que se lo digan a las firmas de moda, que han visto cómo ha sido necesario un confinamiento y el cierre de las pistas de esquí, para que el estilo de montaña o gorpcore haya arraigado definitivamente en nuestro armario.
La estampa de los madrileños desplegando todo su arsenal de ropa técnica y material de montaña durante la tormenta Filomena probablemente sea la imagen reciente más gráfica del auge de este estilo, pero el calado de la tendencia va más allá de la anécdota de la capital. No en vano, según el agregador de artículos de moda Lyst, las búsquedas de palabras como plumífero, forro polar o botas de trekking han aumentado hasta un 367% durante el primer trimestre de 2021 con respecto al mismo período del año anterior; mientras que las entradas de firmas tradicionalmente vinculadas a la montaña y la naturaleza como The North Face, Columbia o Patagonia lo han hecho un 449%, un 504% y un 184% respectivamente. «De hecho, la chaqueta 1996 Retro Nuptse, de The North Face, se convirtió en el artículo más popular del mundo en el último trimestre de 2020», cuentan desde la plataforma. Y no son los únicos que han detectado este auge.
«La tendencia gorpcore ha prevalecido en la escena de la moda masculina durante los últimos años y en la sección femenina ha experimentado un crecimiento significativo durante 2020. La pandemia ha tenido parte de culpa en la aceleración de su implantación ya que, aunque pasamos más tiempo en casa, hemos disfrutado más de la naturaleza», explica por su parte Heather Gramston, jefa de compras de la sección femenina del gigante multimarca Browns. Aunque, si bien nadie duda de nuestro anhelo de naturaleza, los paseos por el parque y los fines de semana en la sierra no han sido los únicos culpables de este aumento de popularidad. «La tendencia imperante en este sentido gira en torno a las colaboraciones entre marcas», apunta Celenie Seidel, editora sénior de moda femenina de la web de moda Farfetch. «Estas uniones son particularmente interesantes, ya que combinan dos marcas con públicos muy diferentes promoviendo un nuevo interés en lo desconocido para los fieles a cada una de las empresas involucradas», dice Seidel.
Una simbiosis que sintetizan a la perfección desde la casa italiana Vibram, donde pese a estar especializados en suelas de goma para exploradores y aventureros, las últimas temporadas han abastecido a firmas de la talla de Stella McCartney o Jil Sander, confeccionando desde las suelas de sus botas track, hasta las de sus chunky sneakers: «Por un lado, el confort, la calidad,
el rendimiento y la practicidad son características cada vez más apreciadas por el usuario final incluso en un producto ready to wear y, por otro lado, el sector del outdoors viene haciendo un guiño a la estética y el diseño para un uso más urbano».
Quizás por ello, las colaboraciones entre ambos mundos han dejado de ser, especialmente durante el último año, una excepción. Entre las más sonadas, mezclas tan rompedoras como la propiciada por los vestidos de tul de la colección otoño/invierno 20-21 de Off-White con anoraks de la firma Arc’teryx; la de Y/Project con Canada Goose, en la que los plumíferos deconstruidos de la firma de lujo se conjugaron con los materiales técnicos propios de la casa especializada en climas extremos; y, por supuesto, la sonadísima alianza entre Gucci y The North Face, de la que surgieron prendas tan imposibles como faldas o monos acolchados, y hasta mochilas que infusionaban el logo de la primera con el estampado logomanía de la segunda. «Cada vez que nos asociamos con una marca o un nombre, existe la posibilidad de ver nuestra firma a través de una lente diferente, donde el significado mismo de la exploración y el concepto outdoors se amplía», explica Tim Hamilton, director creativo de The North Face, que en los últimos tiempos también ha expandido su mensaje de la mano de firmas como Brain Dead o Supreme. «Más allá de la necesidad de protección y escapismo, de este año cargado de ansiedad ha surgido un anhelo de comodidad y funcionalidad. Creo que eso prevalecerá», sentencia. Y si no, siempre nos quedará la próxima tormenta de nieve