Kobarah, el calzado monomaterial con el que Camper culmina su compromiso sostenible.
Hace tres años que CAMPER decidió potenciar su carácter sostenible. Hoy, entre otras hazañas, brillan por la utilización de tejidos reciclados, la reducción de residuos y la creación de un zapato monomaterial.
Los orígenes de Camper, ligados a los zapatos que los campesinos fabricaban con retales de cuero y suelas usadas, dicen mucho del ADN sostenible de la firma mallorquina. Y, aunque hace siglo y medio el ingenio de los lugareños era una suerte de reciclaje inconsciente, lo cierto es que si algo caracteriza a la compañía en la actualidad es justamente lo contrario: la absoluta consciencia.
Aunque en la firma llevan décadas sumergidos en la causa medioambiental (a través de iniciativas que buscan la mejora de los materiales o la reducción de residuos), hace tres años, estimulados por el boom sostenible que bañaba y baña la industria, decidieron que había llegado el momento de ir un paso más allá. «Comenzamos ese proceso de ver cómo podíamos mejorar la colección. Primero, porque la sostenibilidad está muy ligada a nuestra esencia; y luego, por una cuestión de responsabilidad y de demanda, ya que cada vez más los consumidores buscan marcas con valores», cuenta Miguel Fluxá, director general de Camper.
Una mejora en la que el reciclaje sigue jugando un papel fundamental mediante proyectos como el de Camper ReCrafted, a través del cual los consumidores pueden retornar sus viejos zapatos cuando hayan llegado a su fin para que, desde su taller de Inca (Mallorca), el equipo aproveche los componentes para fabricar piezas únicas o, si así se desea, los reparen para continuar su andadura metafórica y literal. «Precisamente en la actualidad estamos volcados en estudiar cómo podemos incrementar los procesos de recirculación de alguna manera», subraya Fluxá, que sabedor del impacto medioambiental de la industria de la moda, incide además en que, en el caso de los zapatos, este reaprovechamiento resulta especialmente complicado. «El calzado tiene muchos componentes y esto hace que su reciclado sea especialmente difícil», lamenta. Una circunstancia que
lejos de desalentar al equipo, lleva tiempo siendo uno de los principales estímulos a la creatividad y a la innovación de la firma. «En la actualidad, hemos logrado que prácticamente toda la energía que usamos sea sostenible: en la fábrica tenemos paneles solares en los techos y, en la mayoría de nuestras tiendas en España y en Europa, la energía que usamos proviene de fuentes limpias y renovables. Pero además, en los últimos años hemos estado volcados en la eliminación de plásticos vírgenes de nuestros componentes y en la innovación vinculada a los materiales», defiende el director general.
De hecho, es justo en este último aspecto donde el compromiso de Camper se aprecia de forma más clara, a través de la implementación de tejidos reciclados ya populares como el Tencel Lyocell o el hilo de PET reciclado, pero también a través de la que sin duda es una de las técnicas más innovadoras y sorprendentes del mercado: la fabricación de calzado monomaterial. «Este tipo de zapatos ofrece dos ventajas clave. Por un lado, produce menos residuos a la hora de fabricar los diseños y, por otro, cuando el zapato termina su vida útil, es muy fácil reciclarlo y darle otra segunda oportunidad», desarrolla Fluxá.
En este sentido, su modelo Kobarah supone esta primavera/verano 2021 su apuesta más rompedora. Elaborado exclusivamente con goma EVA que se inyecta directamente en moldes, el equipo de diseño buscaba con su lanzamiento la ansiada sostenibilidad, pero también (y más importante si cabe) la usabilidad. «En la colección tenemos dos productos estrella fabricados a partir de este concepto monomaterial de goma aunque, en realidad, la idea no es nueva, sino que en el 2000 ya innovamos en este sentido con nuestro modelo Wabi (una zapatilla textil inspirada en el minimalismo japonés), que partía precisamente de este concepto ligado a la simplificación y a la sostenibilidad», explica Cecilia Llorens, directora de producto de Camper. «Con el Kobarah, una de las cosas que más nos obsesionaba era que se pudiese vestir. Es decir, que fuese un producto que causase un efecto wow, pero que por otro lado la consumidora pudiese probárselo y comprobar que no solo se lo puede calzar, sino que además puede caminar con él y estar cómoda en su día a día», continúa.
De ahí que, más allá de su diseño futurista, el Kobarah cuente además con dos plantillas intercambiables que se adaptan a las distintas formas del pie, garantizando el máximo confort. «Esta temporada la gran novedad pasa porque una vez que la gente ya los haya usado y los quiera devolver, nos encargamos de cerrar el ciclo con un proveedor, transformarlos y reconvertirlos», comenta Llorens. «Para nosotros esto supone el siguiente paso. Es ir más allá de la estética».
Sin embargo, aunque la obsesión por la circularidad es patente en Camper, su director reconoce que la sostenibilidad es a veces mucho más sencilla. «Para nosotros, la durabilidad es otra forma de ser responsables», defiende. «Hay zapatos, como nuestro modelo Pelotas, para los que damos garantía de por vida, ya que por el tipo de material que utilizan y el tipo de suela que tienen, te pueden durar 20 ó 50 años. La sostenibilidad también es eso: comprar poco y comprar bien», advierte Fluxá en relación a uno de los diseños más emblemáticos de la casa que, irónicamente, está confeccionado con un material mucho más mundano que el nailon o el hilo de PET: el cuero. «Seguimos defendiendo la piel. Lo importante es de dónde vienen las pieles y el proceso de curtido pero, evidentemente, mientras la gente consuma carne, el cuero no deja de ser un producto reciclado», reflexiona.
Aunque en Camper están convencidos de la viabilidad de los materiales tradicionales, también siguen en el camino de mejorar una política de innovación material que poco a poco los va definiendo. «Para 2025 queremos prescindir por completo de los plásticos vírgenes [ya lo hacen en todos los componentes a excepción de las suelas], y para 2030 ambicionamos ser neutros en carbono», afirman. Lo cierto es que, marketing aparte, nada resume mejor esa actitud que el propio eslogan de la firma: «Siempre un poco mejores. Nunca perfectos»