«Al notar sequedad o tirantez pensamos directamente en hidratación, pero muchas veces, lo que falta no es agua sino lípidos. O ambos» explica Silvia Moreno, coordinadora del área dermoestética de Clínica Mira+Cueto. Según los estudios, más allá del famoso mascné, la pérdida o desregulación de lípidos es otro síntoma recurrente en la pandemia que se da por estar menos expuestos al aire libre y por el uso de mascarilla. La recomendación de Moreno en estos casos es complementar la hidratación con fórmulas relipidizantes, como los aceites: «Aunque las pieles grasas les siguen teniendo miedo, los hay totalmente compatibles con ellas y no favorecen las imperfecciones, sino todo lo contrario: ayudan a mejorar la calidad cutánea que precisa un equilibrio de lípidos muy exacto».