ANTES, DURANTE, DESPUÉS
Porque no hay que renunciar a la salud y al bienestar mental que produce hacer el deporte que nos gusta, la estrategia para evitar, minimizar o tratar sus posibles consecuencias en la piel pasa por adaptar la rutina cosmética a esas circunstancias. Con la práctica de ejercicio, la piel suda y la temperatura corporal se eleva. Este hecho, como confirma la facialista Carmen Navarro, provoca una mayor deshidratación cutánea. «Es importante usar cosmética específica antes y después de la actividad deportiva. Necesitamos proteger las células del daño oxidativo, hidratar, retener el agua y prevenir la aparición de manchas. Antes, la piel debe estar limpia y con los poros liberados para poder respirar. Tampoco debemos olvidar que la piel no deja de segregar y eliminar toxinas a través del folículo pilosebáceo por lo que una buena limpieza después también es imprescindible», explica. A la aplicación de fotoprotección y antioxidantes, hay que sumar el uso de lociones hidratantes ligeras durante la práctica deportiva e hidratación extra con cremas de ácido hialurónico al acabar.