Sobre PICAR SIN pecar
Bebidas vitaminadas, refrigerios funcionales o aperitivos que ayudan al sistema inmune son algunas de las alternativas que prometen revolucionar también los momentos de ocio o de descanso de la jornada. Los ‘snacks’ abrazan los valores de innovación y bie
La corriente de la alimentación saludable ha saltado del menú diario a los tentempiés, bocadillos, aperitivos y snacks, ese tipo de productos con los que a veces se suele bajar la guardia y con los que tendemos a la indulgencia. Una condescencia nutricional que, en ocasiones, se disfruta con fruición y otras veces sirve para apagar esos ataques de hambre o ansiedad que con frecuencia nos hostigan a mitad de la jornada o en momentos de agobio. Unos bocados de consuelo o una forma de escapismo que también suelen ocultar (hasta ahora) una bonita suma de calorías vacías o ingredientes poco convenientes desde una perspectiva nutricional.
«La aparición de estos snacks saludables es una buena noticia, aunque no deberían sustituir a los naturales (frutas y frutos secos); pero, en la medida que son alimentos más atractivos y versátiles, pueden ayudar a mucha gente a mejorar su alimentación a partir de estas nuevas elecciones», defiende la nutricionista Julia Jiménez, fundadora y directora de la consulta de psiconutrición No Sé Qué Cenar y autora de Otra nutrición es posible (Zenith). No obstante, la experta no cree que este tipo de productos funcionales desplace a corto plazo esa costumbre tan nuestra de tomar el aperitivo o picar algo en bares y terrazas, «más bien están enfocados a esos refrigerios de media mañana y las meriendas que llevamos a la oficina, la universidad, el gimnasio, el colegio, etc. De esta forma, dejamos de visitar la máquina expendedora para empezar a asumir una mayor responsabilidad sobre nuestra alimentación».
Por otro lado, según un informe de Glanbia Nutritional, últimamente se está produciendo una snackificación de las comidas. «Con múltiples ocasiones de picoteo por día y un aumento de bocadillos para reemplazar las comidas, las expectativas de los consumidores se han expandido más allá de la indulgencia y la saciedad». Lo mismo que con el resto de la alimentación, la transparencia de las etiquetas, la sostenibilidad y los ingredientes funcionales están impulsando las ventas de esta nueva generación de refrigerios. Pero, ¿qué los hace saludables? Básicamente, un alto contenido de macronutrientes –proteínas y fibra–, un mínimo (o ausencia) de grasa y azúcar y un plus de ingredientes funcionales, según refiere el citado informe, que afirma que las legumbres empiezan a despegar como aperitivo y las bolitas o bocados de proteína se presentan como una divertida alternativa a las barras tradicionales, «unas miniversiones que permiten un mejor control de las porciones y resultan más aptas para picar». Para Jiménez estas opciones se asentarán, «porque no solo son cada vez más completos nutricionalmente (más nutrientes y menos azúcares, sales y grasas trans e hidrogenadas), también están cada vez más deliciosos». Y es que, efectivamente, la industria no pierde de vista que también tienen que ser apetecibles. El reclamo visual, un sabor adictivo y la sensación de indulgencia han estado tradicionalmente detrás del impulso de compra de estos productos; pero, como señala la compañía de análisis de mercado Euromonitor en su estudio Experiential Snacking, Elevating the Sensory Experience, el cambio de prioridades está llevando a los consumidores a demandar, incluso para sus refrigerios, «una experiencia holística y libre de culpa», tentadores pero saludables. La pandemia no ha hecho más que alimentarlo. Según el estudio State of Snacking, del fabricante Mondelez, más del 60% de los consumidores son más conscientes ahora de lo que pican entre horas, y más de la mitad buscan, además, mejorar las defensas. En cualquier caso, según Julia Jiménez, está bien que esta metamorfosis contribuya a hacer desaparecer los ultraprocesados poco saludables para ir transformándose en procesados con un perfil nutricional más interesante. «No obstante, lo más importante no es incluir gran cantidad de procesados funcionales de última generación, sino basar la alimentación en materia prima de origen vegetal. Ahí está el verdadero elixir de salud, la belleza y la longevidad»