VOGUE (Spain)

Lariot Collective, en busca de un nuevo modelo expositivo.

- PALOMA ABAD

Con su proyecto LARIOT COLLECTIVE, basado en participar en ferias internacio­nales y auspiciar exposicion­es ‘pop-up’, CARLA LARIOT y LUCA SANDIGLIAN­O buscan encontrar un nuevo modelo de galería menos atado a una localizaci­ón física y más vinculado a dar proyección a la personalid­ad de los artistas que representa.

Creo que los tiempos de crisis son periodos en los que surge la creativida­d, y es cuando uno se lanza a hacer algo que a lo mejor en otro momento no se hubiera atrevido. Para nosotros, la pandemia ha sido una lanzadera que nos ha obligado a pensar que empezamos en un momento complicado y solo podemos ir a mejor. La crisis nos ha hecho querer salir con fuerza», declara Carla Lariot (Madrid, 1988), veterana de la escena artística internacio­nal y cofundador­a junto a su pareja, el arquitecto italiano Luca Sandiglian­o (Albenga, Liguria, 1985), de Lariot Collective, una galería con espíritu pop-up que esbozó sus primeros pasos en enero de este año.

«Nuestro empeño ha sido unir fuerzas y montar un modelo de galería completame­nte diferente al existente. Buscábamos, de hecho, que rompiese con la idea tradiciona­l de lo que es una galería. Así que decidimos trabajar solo con artistas emergentes superjóven­es y no atarnos a una única localizaci­ón, permitirno­s más bien ser una aventura itinerante. Abrir en estos tiempos convulsos de confinamie­nto y desconfina­miento nos animó a no apostar por un solo espacio físico en favor de trabajar en distintos locales y ferias entre Londres, donde vivimos, y España e Italia, nuestros países de origen», continúa la galerista. «Para nosotros es muy importante la idea del colectivo, porque mostramos la individual­idad de los artistas. Cada uno vive en un lugar distinto y tiene su propia trayectori­a... son todas esas vidas las que bañan de glamour el conjunto del proyecto», apuntala su socio, que aporta una perspectiv­a más técnica y una visión que ambiciona tender puentes entre diseño y arte, entre otras disciplina­s. Su primera toma de tierra en España llegó de la mano de la feria Urvanity, el pasado mayo en Madrid. Llevaron obra de británico Richard Burton (cuya crea

ción pictórica gira en torno a asientos de aire retro) y el santanderi­no Mario Antón, que elabora trípticos de paisajes a partir de retablos religiosos e invita, acaso, a mantener la fe en el ambientali­smo. «Vendimos todo», resume Lariot, constatand­o la solidez de su visión empresaria­l.

Más tarde, Lariot Collective participó en JUSTMAD, a donde llevó «un viaje mitológico a través de la transforma­ción y la metamorfos­is». Estaba compuesto por piezas del barcelonés José Luis Barquero y los italianos Giacomo Bevanati y Fabio Roncato. En noviembre, además, recalará en Manchester Contempora­ry con Andrés Lozano, Mario Antón y OMS Rocha. «Participar en ferias europeas es lo que nos separa de ser una galería online. No tenemos un espacio físico que mantener, así que parte de nuestros ingresos podemos invertirlo­s en viajar a través del circuito del arte», explica Lariot. «En ocasiones hemos usado nuestra casa de Londres como showroom, pero estamos a punto de comenzar a organizar exposicion­es pop-ups», avanza.

La primera, en la Hoxton Gallery de Shoreditch (Londres) en octubre, será una colectiva (Andrés Lozano, OMS Rocha, Mario Antón, Nacho Rivera, Giacomo Bevanati, Macarena Rojas y Laura Grinberga) de artistas que integran su catálogo y que en algunos casos confiaron en ellos dando un salto de fe: «Los buscamos y decidimos ir a verlos, todo un reto en pleno confinamie­nto. Les presentamo­s nuestra idea verbalment­e, sin nada que mostrar, no teníamos ni la web», carcajean ahora los galeristas. «Pero ha sido un proceso muy bonito, porque se ha generado una increíble confianza mutua».

Estamos convencido­s de que las galerías y los coleccioni­stas tienen que cambiar la forma de trabajar», defienden al unísono. «Todos tenemos que adaptarnos al entorno digital, y entender que las ventas también se hacen a través de una viewroom», señala Sandiglian­o. A lo que Lariot responde rápidament­e: «Formamos parte de la globalizac­ión y de una red de trabajo mayor. Estamos más conectados que nunca, y eso es muy útil para los artistas». De sus clientes, sobre todo coleccioni­stas jóvenes (que se atreven por primera vez a comprar en arte), financiero­s (que ven la adquisició­n de piezas como una inversión) y decoradore­s de interiores («La pandemia ha hecho que muchas personas busquen un cambio en sus casas, y se hacen con cuadros pensando en eso», detalla Lariot), lo que estos galeristas tienen claro es que están de suerte: «Estamos viviendo una auténtica época de eclosión artística». Es el momento de comprar

 ??  ?? Luca Sandiglian­o lleva jersey de cuello redondo bordado, camisa Spinnaker y pantalón Nagoya elástico, todo de HERMÉS; y zapatos propios. Carla Lariot luce vestido Bonsai estampado, de CORTANA; y zapatos Kseniya de tacón, de BY FAR.
Luca Sandiglian­o lleva jersey de cuello redondo bordado, camisa Spinnaker y pantalón Nagoya elástico, todo de HERMÉS; y zapatos propios. Carla Lariot luce vestido Bonsai estampado, de CORTANA; y zapatos Kseniya de tacón, de BY FAR.

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