Aplicaciones para explorar el erotismo y el placer sexual.

Derribados los tabúes alrededor del deseo femenino, cada vez son más las aplicaciones y plataformas creadas por y para mujeres que buscan explorar el erotismo y el bienestar sexual con libertad y fantasía desde el formato audio.

La sexualidad femenina no es un problema que resolver, es un fuego que hay que avivar», sentencia Gina Gutierrez, CEO y cofundadora de Dipsea, una aplicación que, mediante audioguías de temática erótica pensadas por y para mujeres, trata de aportar un nuevo enfoque a la búsqueda del placer femenino. Como esta, son cada vez más las iniciativas que surgen para dar respuesta a la brecha orgásmica. «El 40% de féminas sufre algún tipo de disfunción sexual, siendo las más comunes un bajo deseo sexual y dificultad para tener orgasmos», apunta Andrea Oliver, cocreadora de la aplicación española Emjoy.

Estos dos proyectos coinciden no solo en objetivos, también en un enfoque centrado en la escucha, como una versión sexual de la famosa aplicación de meditación guiada Headspace. «Una de las herramientas principales para que incrementemos nuestro deseo sexual son las fantasías y la imaginación, y nos pareció que el formato audio ayudaría a potenciarlas», continúa la responsable de Emjoy. Es más, tal como confirma Gina Gutierrez «las mujeres son más proclives a usar esta vía para excitarse (es el caso del 90%, según un estudio de OMGYes y el Instituto Kinsey). El audio erótico es altamente íntimo e hiperpersonal para las oyentes». A través de un variado catálogo de historias cargadas de erotismo, se busca despertar el deseo sexual y fomentar la autoexploración. Además, tal como cuenta, «ayudamos a cultivar la autoestima y la confianza, a entender y comunicar mejor los intereses y deseos propios, y a alcanzar nuevas clases de intimidad con la pareja».

También se trata de cubrir una necesidad que no se había tenido en cuenta anteriormente: la de crear material erótico desde un prisma femenino. Así nacen otras iniciativas como Lickerish Library, un espacio de literatura erótica que supone, en palabras de su fundadora Tara Fischer, «una alternativa real a la pornografía, que normalmente relaciona la sexualidad con la agresión y el dominio, tergiversando lo que las mujeres quieren o necesitan». Coincide con esta idea la doctora Anna Hushlak, cofundadora y directora científica