Medicina estética: llega el momento del paciente empoderado
Cuidarse es un derecho. Quienes eligen la medicina estética para hacerlo, lo saben y, por eso, han dejado de esconderse. El movimiento Belleza dinámica, creado y desarrollado por Teoxane, apoya el empoderamiento de estos nuevos pacientes. Hasta hace poco tiempo era difícil encontrar a alguien que reconociera haberse sometido a un tratamiento médico estético. El miedo a ser juzgado, los estereotipos tradicionalmente vinculados a estas intervenciones (chicas Barbie, mujeres de plástico, los labios de silicona…) y una cierta autocensura contribuían a que el tabú siguiera en pie. Algo curioso, cuando según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME)1 la demanda de estos protocolos ha aumentado un 5,4% desde 2016, alcanzando casi al 36% de la población. Afortunadamente, la situación está cambiando. El nuevo paciente de medicina estética, en especial los de menos de 40 años, sabe lo que hace, por qué lo hace y no quiere ocultarlo. No solo está muy bien informado y es muy exigente a la hora de conseguir lo que busca; sino que, además, entiende esta disciplina como un medio para mejorar, para alcanzar la belleza que ha elegido. Este cambio de rumbo comparte espíritu con cualquier otra actitud que se alza contra el body shaming. Vivimos en la era del debate abierto sobre la gordofobia. En el momento de la diversidad: donde las redes se han llenado de fotos de estrías, axilas y piernas sin depilar compartiendo espacio virtual con sonrisas de cine, pómulos perfectos y pieles que no necesitan ni un solo filtro. Se trata de enseñar lo que tienes, tu belleza natural, con orgullo. Da igual que pases de la cuchilla o que visites a tu médico estético dos veces al año para infiltrarte ácido hialurónico. Es tu decisión y te apetece contarlo. Precisamente este es el objetivo de la campaña Belleza dinámica, creada por Teoxane, laboratorio especializado en el diseño y fabricación de ácido hialurónico. Un concepto revolucionario que tiene un claro objetivo: que nadie oculte que ha decidido cuidarse de la mano de su médico estético. Este movimiento apoya al paciente de medicina estética que se siente empoderado. Y persigue que los que no lo están también se empoderen. En este sentido, contar con tratamientos suaves y eficaces como el ácido hialurónico dinámico, perfecto para mejorar las ojeras, ganar volumen en los labios o aportar luminosidad e hidratación a la piel sea cual sea la edad, género o necesidad estética, ayudan a compartir la experiencia con los demás. Es decir, facilitan el empoderamiento del paciente. Además, para lograrlo, ha lanzado, entre otras acciones, el perfil @bellezadinamica_teoxane en Instagram, un punto de encuentro para quienes confían en el ácido hialurónico dinámico. Se trata de la plataforma ideal para encontrar los resultados del trabajo diario de las mejores clínicas de medicina estética, resolver dudas, descubrir las técnicas más punteras y, por supuesto, compartir experiencias. ¿Te unes?
de Ferly, otra plataforma en formato audioguía, que aporta una visión más holística: «La pornografía convencional es en su mayor parte performática, refuerza los estereotipos de género y retrata los cuerpos de manera irreal. Combinando el mindfulness con terapia de conducta cognitiva, esta aplicación busca construir un movimiento en el que el bienestar sexual se toma tan en serio como el mental o el físico».
«En lo que respecta al sexo, a menudo nos quedamos atrapadas en cómo hacerlo, en lugar de cómo nos sentimos al hacerlo. Ahí es donde entra el mindfulness, nos anima a conectar con nosotras mismas y nuestra pareja, y a apagar nuestro parloteo interior para sintonizar con el aquí y el ahora», apunta la creadora de Ferly sobre un detalle que no se debe olvidar: la ineludible relación entre nuestra percepción del sexo y un aspecto psicológico y social. En palabras de la doctora Katherine Hertlein, terapeuta sexual y consultora de Blueheart Therapy (una plataforma con vocación de desestigmatizar la disfunción sexual y ofrecer terapia accesible a todo el mundo), «hay esta visión en la sociedad de que las mujeres son asexuales y no deben tener deseos ni necesidades. No es verdad, pero creo que si te sientes incluida en ese guion, va a ser más complicado expresar tus deseos y placeres», por lo que un acercamiento desde un plano psicológico e incluso biológico también es clave.
Que estas iniciativas se produzcan en un espacio digital y en torno a una temática que podría suponerse tabú para generaciones más adultas, no parece ser un problema. Andrea Oliver señala que, a pesar de que un porcentaje importante de las más de 200.000 usuarias que suma Emjoy son «veinteañeras que buscan explorar sus cuerpos, incrementar su autoestima, confianza y excitación», ve un interés similar entre todo rango de edades. «Creo que no tiene que ver tanto con la generación, sino con abrirse culturalmente y las transiciones por las que pasamos en nuestras vidas», confirma Anna Hushlak. En el caso de Ferly, las usuarias van de los 18 a los 65 años, «lo cual tiene sentido, teniendo en cuenta que el sexo no está limitado a un cierto momento de nuestras vidas», apostilla. Las redes sociales, una vez más, también tienen mucho que ver a la hora de iniciar el diálogo. En palabras de Tara Fischer, «la gente tiene acceso a conversaciones sinceras, opiniones y actitudes cada vez más liberales que desafían la visión tradicional del sexo y las relaciones». Derribar la brecha orgásmica llevará su tiempo, pero está claro que el placer ya no es solo cosa de hombres