LOEWE FOUNDA TION CRAFT PRIZE
En España nos tocó la lotería en 2013 cuando el grupo LVMH nombró a Jonathan Anderson director creativo de Loewe. Era de esperar que quien fuese el elegido iba a tratar de aprovechar el legado de la firma, con una encomiable tradición de buen hacer, pero Anderson ha hecho un triple salto mortal nos solo poniendo en valor la artesanía española que está en el ADN de la firma sino de un modo mucho más amplio y ambicioso, dotándola además de toda una cultura que la relaciona tanto con lo hecho a mano como con el diseño y otras disciplinas afines al mundo de la creatividad contemporánea. El proyecto estrella de esa acertada visión de futuro, que además educa al consumidor y lo prepara para abrazar el pasado mientras lo lanza hacia la vanguardia, es el premio “Loewe Foundation Craft” que celebra el trabajo de artesanos de todo el mundo, tanto si su actividad está centrada en el mundo del arte como si se trata de piezas funcionales. La excelencia del trabajo del artesano es lo que cuenta, unido eso sí, a la curiosidad por innovar en técnicas ancestrales o a la incansable experimentación que aporta nuevos hallazgos.
Jonathan Anderson protege la artesanía porque ello implica proteger el planeta, la preocupación más latente de las mentes creativas en este momento, responsables en alguna medida de las cosas con las que vivimos. Emoción, humanidad, honestidad, son valores que transmiten las piezas hechas a mano, como él mismo dice: “La artesanía es la esencia de Loewe. Como casa nos consagramos a la artesanía en el sentido más puro de la palabra. En eso se basa nuestra modernidad, y por tanto siempre nos resultará relevante'. El premio, que se inauguró en 2016 y tiene una recompensa en metálico de 50,000 euros, presenta ahora su cuarta edición que por las restricciones de la pandemia se ha tenido que celebrar online y se puede visitar en la web www.loewecraftprize.com. Son treinta finalistas que han trabajado en multitud de materiales como vidrio, metal, laca, textil, papel, cerámica, madera, bambú, cobre o porcelana y que exponen su trabajo, además se desvelará el ganador el día 25 de Mayo. Como dice Anatxu Zabalbeascoa, secretaria ejecutiva del grupo de expertos del premio: ‘Este año el premio es más internacional que nunca: la lista de finalistas resulta de un diálogo entre continentes y generaciones, con creadores jóvenes y consagrados que abrazan la tradición en sorprendentes formas repletas de maestría. Estamos valorando obras imbuidas de una gran ambición estética y cultural, e inspiradas por temáticas que reflejan el estado actual del mundo. Por todas estas razones, el premio contiene un gran valor en el presente y promete mucho de cara al futuro”.
De entre las piezas presentadas en esta edición destacan los delicados tapices tejidos a mano que cuentan una historia de la iraní Afsaneh Modiramani con una base geométrica realizada en algodón y lana sobre la que se han cosido detalles figurativos en seda. Las finísimas hasta la transparencia porcelanas de la danesa Bodill Manz decorados con gráficos dibujos geométricos que decoran las piezas tanto por dentro como por fuera. La increíble escultura hecha en alambre de cobre y resina del chileno David Corvalán que es también una denuncia a los abusos de la industria minera en ese país. La extraordinaria pieza en algodón y madera de la artista china Fanglu Li que ha sido plegada, plisada, bordada, anudada de forma concienzuda y repetitiva siguiendo una técnica milenaria para formar una gran masa blanca de contorno informe que trae la técnica al lenguaje del siglo XXI. Las depuradas vasijas de madera del francés Marc Ricourt de formas orgánicas sencillas y esenciales. Los recipientes de aleación platas de distinta pureza y latón resultantes de verter los metales de forma simultánea en un molde de modo que se fusionen y oxiden para dar una piezas con inesperados dibujos que surgen de forma espontánea y sin planificación, obra del alemán Peter Bauhuis
El exquisito recipiente de madera tallada y laca ottchil que con solo tiene tres milímetros de espesor es una auténtica viguería, del coreano Sukkeun Kang. El sorprendente bol de laca ottchil del coreano Sungyoul Park realizado con un método por el que se colocan tiras de laca de colores sobre un recipiente de arcilla que más tarde se retira dejando que las lineas de laca sean el material protagonista de la pieza. El recipiente de gres de precisos bordes ondulados que parecen moverse, del japonés Takayuki Sakiyama. Los recipientes de vidrio soplado y madera del danés Tobias Mohl que utiliza una técnica tradicional veneciana para unas piezas que representan los valores del diseño danés. Las expresivas piezas de cerámica y esmalte del español Xavier Toubes, que parece jugar con el material de una forma directa y espontánea y el asiento realizado en bambú del chino Yang Gao realizado con un curioso método de creación propia que hace que la pieza parezca blanda y mullida. En resumen, todo un inventario de creativos que con mucho ingenio, enorme aplicación, destreza y sabiduría defienden ocupaciones ancestrales que son parte del patrimonio cultural de la humanidad y lo hacen con particular sensibilidad al mundo contemporáneo. Se les debe un aplauso tanto a ellos como a Jonathan Anderson que posibilita que ese trabajo que enriquece nuestras vidas sea reconocido y admirado por todos. ¡Olé!
Fanglu Lin, ganadora de Loewe Fundation Craft Prize
Cerrando estas páginas, nos llega el comunicado de la ganadora de este año y no podíamos no incluirla, con lo que hemos ampliado la información sobre la pieza y su autora. Puedes ver la exposición con las obras de los finalistas en www.loewecraftprize.com
Fanglu Lin (1989, China) ha sido seleccionada como la concursante ganadora gracias a su obra SHE (2016). Elaborada con tela, la obra aparece influenciada por los métodos de costura-con más de cien años de tradición-de las mujeres de la minoría Bai en la provincia de Yunnan, China.