SEGÚN ELLA
“Tener vida propia”
¿Qué se puede hacer para que una pasión que nace no muera con el tiempo? Esa se ha convertido en la eterna pregunta para la que no existe respuesta. Sinceramente, yo no la tengo. Cada pareja comparte un mundo único, misterioso y singular y, por lo tanto, cada una funciona con códigos diferentes. ¿Qué hago yo para que la mía marche sobre ruedas? Trabajar todos los días para que mi historia con Iñaki se mantenga viva. Aun sabiendo que no existen fórmulas universales, creo firmemente que las dos individualidades que forman una pareja deben disfrutar de vidas propias, llenas de otras personas y con actividades ajenas a las de tu compañero. La buena salud de una unión comparte muchos puntos en común con la de mantener un cuerpo en forma, por eso hay que practicar un régimen equilibrado y variado. Este consistirá en cinco raciones diarias de comprensión, generosidad, diálogo, humor, amor, tiempo y ternura. Todo ello lo enriquecería, ¡esto no debe faltar!, con altas dosis de constancia y paciencia. Hay muchos enamorados que temen a la rutina, al día a día. Para mí, lo más inteligente, y lo más placentero, es crear una cotidianidad confortable, variada y enriquecedora, y saber valorarla y disfrutarla. El factor sorpresa resulta también muy importante y debo reconocer que me sigue impactando que Iñaki me encuentre –inexplicablemente– cada día mejor. Si le tuviera que demandar algún detalle en el que no ha reparado y con el cual me haría muy feliz, sería que me llevase a cenar fuera de casa con más frecuencia y, sobre todo, ¡que no se perdiera por el camino! Es muy despistando y anda siempre en su mundo. A veces, me pregunto si existe algo que yo pueda hacer para que él se sienta aún más a gusto en mi compañía. Pero debo reconocer que Iñaki asegura que su bienestar pasa por verme a mí feliz.