Ser Madre
«Me dijeron que no iba a poder tener hijos.
En el despacho desde el que ejerce como alcaldesa del séptimo distrito
de París, Rachida Dati confesó sin reparos sus ambiciones políticas, entre las que figura ser la próxima alcaldesa de la
capital gala.
Fue la primera persona de origen magrebí que dirigió un ministerio del gobierno francés. Durante dos años (2007-2009), esta elegante mujer –de padre marroquí y madre argelina– llevó las riendas del departamento de justicia del país galo. Actualmente, es eurodiputada y alcaldesa del distrito VII de París. Pero no es solo la ‘cosa pública’ lo que la ha llevado a las portadas de los periódicos. Madre soltera –tuvo que sortear muchos rumores en torno a la paternidad de su hija–, se reincorporó a su trabajo a los tres días del parto; en la actualidad, se la relaciona con el ex de Carolina de Mónaco, el actor Vincent Lindon... Y hasta parece incorporar elementos de culebrón a sus disputas políticas, como la que ha mantenido, y sigue manteniendo, con el primer ministro francés, François Fillon, quien manifestó su deseo de presentarse a las elecciones legislativas del próximo mes de junio como paso previo a su candidatura a la alcaldía de París, en 2014, por la circunscripción parisina que ella controla, pero... «debería ser yo la candidata, porque soy alcaldesa. Además, si esto se confirma, no habrá ninguna candidata de la derecha a las elecciones legislativas por la circunscripción de París. Ninguna, cuando la mitad de la población de París son mujeres. No podemos tener como modelo la capital de Francia sin ninguna mujer representante», sentencia con la visceralidad y franqueza que siempre la han caracterizado. En su despacho parisino, y en una entrevista exclusiva para WOMAN MADAME FIGARO, quien fuera mano derecha de Sarkozy no elude ninguno de los temas espinosos.
Y en esta sociedad, cuando no tienes niños, te miran de manera diferente y hasta hay que pedir perdón. De alguna forma sientes no ser como las demás mujeres. Pero por tenerlos no te conviertes en otra mujer o en una mejor. Y tienen que saberlo todas las que sienten que no se han desarrollado completamente porque no han tenido hijos. No es justo», asegura Rachida, quien, con 43 años y por cesárea, tuvo hace tres años una niña, Zohra. «La gente dice que un hijo lo cambia todo, pero no te cambia en lo fundamental, aunque sí despierta sentimientos, comportamientos... Por ejemplo, desde que nació mi pequeña no me obsesiono tanto. Ella despertó en mí ternura y dulzura, incluso en mis relaciones íntimas. Cuando llego a casa y estoy contrariada por los problemas, me conduce a otra realidad, me aporta perspectiva.»