DIARIO DE UNA BIOTIFUL GIRL
Es pionera de una tendencia en alza: la vida eco, como garantía de salud y belleza. La modelo Verónica Blume, embajadora de la firma Kiehl’s, nos llevó de ruta por sus direcciones secretas. Su opción gana adeptas.
Es la más dulce y espiritual de las modelos españolas. ¡Pero si hasta se ha hecho profesora de yoga! A sus 34 años, Verónica es el mejor ejemplo de que seguir unos hábitos saludables también –o sobre todo– te hace estar más guapa. Su actual vida en Sant Cugat, una localidad residencial en las afueras de Barcelona, tiene mucho que ver con el descubrimiento que hizo a los quince años, cuando se trasladó a Nueva York para trabajar de modelo. La alimentación orgánica, el yoga y la meditación y la cosmética natural cambiaron su forma de entender el mundo. «Allí me interesé por el mundo de la alimentación biológica, y dejé de comer carne, yo, que la consumía cada día (su madre es uruguaya, su padre, alemán). Estuve hasta los veinte años en Estados Unidos, y esa libertad me dio la posibilidad de elegir, aprendí a escoger lo que me iba bien y lo que no. Soy vegetariana, pero no obsesiva, en un momento dado me apunto a todo... ¡El otro día descubrí un restaurante senegalés y me encantó! Durante mi embarazo, volví a comer carne porque me lo pedía mi cuerpo, igual que dormir mucho. Es sabio conocer y escuchar lo que te pide el cuerpo, en todos los aspectos. A mi hijo, Liam, le permito escoger, y disfruta tanto con el tofu con germinados como con una súper hamburguesa.» Sus principios son sólidos, lo prueba el hecho de que el niño acude a un colegio en el que se fomentan valores como la creatividad, la expresión corporal y la ecología antes que los exámenes o los deberes diarios. Lleva tres años impartiendo clases de yoga, una disciplina que practica cada día. «Ahora que tengo la experiencia, estoy preparada y muy ilusionada ante mi proyecto más inminente: abrir mi propio centro, una escuela con mi nombre. También voy en bicicleta y me apasiona caminar a diario, descubriendo calles y ciudades o haciendo senderismo, siempre tomando conciencia de la respiración y de cómo se mueve el cuerpo.»
Es sabio conocer y escuchar lo que te pide el cuerpo. La comida biológica y el ejercicio consciente te ayudan a sentirte mejor. ¡El cuerpo se acostumbra a lo bueno!»