pero me ha traído problemas decir lo que pienso, ¿a quién no? . María nos cuenta que –según dicen sus amigos– Mario sigue siendo el mismo, un joven casero al que le gusta desconectar paseando por el campo, montando en bici, apoyándose en su gente. De hecho, aún vive con sus padres –Heidi y Ramón– y sus tres hermanos –Sheila, Christian y Óscar–, junto a El Escorial. Mi casa, siempre llena de gente, es lo que me oxigena. Estoy un poco enmadrado, pero nada problemático, ¿eh? (risas) , confiesa.
La química entre ellos se ha relajado algo: antes, saltaban chispas; ahora, hay una complicidad más madura. Se entienden sin palabras: A Mario le respeto, le admiro, aprendo a través de sus ojos. Funciona como yo, a base de impulsos, dejándose llevar, arriesgándose, apasionándose y equivocándose, por eso nos llevamos tan bien. En la vida, hay que hacer lo que uno siente, lo que te dictan tus tripas, lo que te ilusiona... así sí que merece la pena vivirla , explica María. Ella se define como una ‘buena tía’: Soy sencilla, organizada, diurna, simpática, muy de barrio, con una parte gamberra y un humor bastante negro que no todo el mundo conoce , confiesa la madrileña. Precisamente es su parte más traviesa la que la lleva a enamorarse de los castigadores: Los que van de buenos, suelen ser los peores... los corderitos acaban mordiendo (risas). Me gustan los hombres con un punto de maldad, el suficiente para hacerme reír. Exactamente lo mismo que le pasa a Babi, su personaje en ‘3MSC’ y ‘Tengo ganas de ti’: Ella se parece bastante a una parte de mí; es tierna, romántica, inocente... pero yo soy mucho más, engaño. Mario también se siente muy cercano a Hache, su personaje, sobre todo en esta segunda parte, donde lo descubrimos más maduro, contenido... Durante el rodaje, llegué a sentir lo que sentía Hache. El director me pedía que me tranquilizara porque me estaba convirtiendo en él.» Y es que Fernando les ha escrito un papel a medida: María siempre quiso ser actriz, aunque si los focos se apagaran, tiene claro que se dedicaría a la restauración de muebles; Mario, que también soñó desde niño con las tablas, optaría por apagar fuegos como bombero. La noche y el día. Los opuestos, está visto, se acaban atrayendo. Y viviendo en el campo rodeados de perros.