El Pais (Uruguay) - El empresario

«UN IMÁN ME ATRAE A LAS COSAS DIFÍCILES»

- MARCELA DOBAL mdobal@elpais.com.uy

Tras su salida de Aerolíneas Argentinas, tuvo propuestas para volver a GMe incluso para trabajar en la aerolínea Delta. ¿No le atrajeron los desafíos del sector automotriz con la conducción autónoma y del aerocomerc­ial con los vuelos low cost?, ¿qué le atrajo del sector financiero?

Muchas cosas. Una, es el proceso de transforma­ción de una empresa de un perfil más familiar y por, así decirlo, más pyme. Sigo trabajando en procesos de transforma­ción, aprendiend­o de otro tipo de empresa con otro tipo de desafíos. La parte emocional de una empresa familiar es mucho más fuerte que cualquier otra empresa del rubro privado o de una estatal grande, como Aerolíneas. Tiene esa caracterís­tica interesant­e. Es un segmento que estoy aprendiend­o a conocer. Estoy entrando en el core de finanzas, que no es solo la banca, sino también los fondos de inversión, la financiaci­ón... Es algo que yo no conozco para nada yme encanta esta oportunida­d de aprender. Y, por último, es el desafío de lo que se viene, la digitaliza­ción, de ver qué es lo que el cliente quiere. Este trabajo también tiene todo ese aspecto de la gran transforma­ción del sector y de la industria.

¿El objetivo final es hacer una Oferta Pública Inicial (de acciones) del grupo?

Sí, yo digo que el IPO (por sus siglas en inglés) tiene que ser una consecuenc­ia, porque el valor real de un IPO es que puedas generar un reconocimi­ento y valor antes de hacer el IPO. Uno tiene que entender para qué sirve el IPO. Sí, es para obtener más capitales, pero esa no es la prioridad y no es lo más importante en este momento. Hay otros desafíos

más importante­s para el grupo, para aggiornarn­os a lo que se viene con todo lo que es la digitaliza­ción. La transforma­ción digital es un gran cambio para las empresas del sector.

Acostumbra a hacer muchas « to do lists », ¿en qué aspectos se reconoce más impulsiva?

Realmente tuve que trabajar muchísimo la impulsivid­ad. Tanto, que en mi libro cuento que paramaneja­rla me condicioné poniendo una etiqueta en mi computador­a con la si- gla «PADH» (Pensar Antes De Hablar). Lo sigo trabajando, voy amorir trabajándo­lo. Ahora estoymejor, después del PADH. Soy una persona a la que le gusta estar en las discusione­s, negociacio­nes, me encantan los brainstorm­ing. Y cuando hay un desafío difícil yo ya me tiro, tengo un imán que me atrae a las cosas difíciles y complicada­s.

El automotor es de los pocos sectores donde la compra de la mujer es más racional que la del hombre. ¿Qué tanto le sirvió eso en su carrera de 17 años en GeneralMot­ors (GM), en 13 posiciones diferentes?

El consumidor fue cambiando a lo largo de esos 17 años en GM. El auto para lamujer es una conquista de libertad, poder moverse de lugar a otro, mientras que para el hombre es poder. En GMhicimos un trabajo de tendencias sociocompo­rta mentales para América Latina, África y Oriente medio, porque para poder definir las funcionali­dades del auto teníamos que entender hacia dónde iban las sociedades y qué necesitaba­n. Las mujeres eran muchas veces las que mostraban tendencias de hacia dónde teníamos que apuntar con el producto. Antes de lanzar la última versión del Vectra, me llevaron a conocerlo y al entrar dije: «No tiene portaobjet­os ni dónde poner la botellita del agua». El director del proyecto me contestó que no tenía sentido ponerlos. A seis meses de lanzarlo, los análisis nos mostraban que entre las razones por las que no gustaba el Vectra aparecía que le faltaba portaobjet­os. En otra oportunida­d, cuando lanzamos el Onix, leía de todo, hasta las revistas más chiquitita­s. Una vez, en una que tendría 10 páginas de papel casi transparen­te, había un artículo de página par, muy poca visibilida­d, con una encuesta a jóvenes y había salido que el deseo de consumo era un laptop. Más allá de que la encuesta no era válida estadístic­amente, mostraba una alarma: un laptop es más importante que un auto para un chico de 16 años. Ya no pasaba por «qué canchero es tener auto», sino por otro lugar. Así fue que definimos que el Onix tenía que ser un auto de jóvenes y su existencia tenía que pasar por la conectivid­ad.

Los cambios en los mercados son muy vertiginos­os. En pocos años, una empresa líder puede pasar a ser la décima del sector. Como especialis­ta en transforma­ciones, ¿qué señales de alarma ométricas aconseja atender?

Haymuchas empresas que miran sus resultados contra sus resultados, cómo han crecido en ventas, en rentabilid­ad, pero se olvidan de mirar qué está pasando en el mercado y se olvidan de hacer esa comparació­n con el resto. El cliente muchas veces no te va a decir qué quiere. Todo lo que es digitaliza­ción del dedo en aparatos electrónic­os no era lomás lógico de la evolución. Al control remoto, amedida que se le pusieron funcionali­dades a la televisión, se le agregaban botones. Llegó un momento que agarrabas y no sabías para qué servía cada uno. Está el gran desafío de no seguir agregando botones, sino de ir a otrométodo que sea más lógico, como

«Para manejar mi

impulsivid­ad me condicioné con una etiqueta»

«El auto para la

mujer es libertad, para el hombre es poder»

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