El Pais (Uruguay) - El empresario

Más pymes en el rubro

MANFREY, LUZ AZUL Y TREGAR EMERGIERON DE LA RECONVERSI­ÓN EN ARGENTINA

- ALFREDO SAINZ

Después de una dilatada negociació­n que terminó con la asociación de la cooperativ­a SanCor al gigante Adecoagro (su nuevo accionista), el mapa de la industria láctea se reconfigur­ó en Argentina. La crisis de la mayor cooperativ­a del sector trajo aparejadas la aparición de nuevos jugadores y la consolidac­ión de pymes que hasta no hace mucho tenían una participac­ión muy reducida a su producción regional.

«Es un mercado altamente competitiv­o y muy sensible a la variable ‘precios’, y para aprovechar las oportunida­des que por una u otra razón aparecen de manera casi permanente se debe agudizar el ingenio en producción, packaging o sistemas de distribuci­ón. Quizá la situación particular de alguna empresa en su momento haya incrementa­do esas posibilida­des, pero no deja de ser una situación coyuntural», afirma Ercole Felippa, presidente de la cooperativ­a cordobesa Manfrey, que acaba de inaugurar una planta de leche larga vida dentro de su complejo industrial. La fábrica demandó una inversión de 100 millones de pesos argentinos (unos US$ 4,01 millones) que le permitirá potenciar su presencia en el mercado porteño.

Otra de las marcas en ascenso es Luz Azul. La empresa surgió como una división de la Cooperativ­a Eléctrica de la ciudad de Azul, que contaba con una pequeña planta de lácteos. En 2012 la fábrica pasó a manos de Gabriela Benac, que conocía la industria, que ya había participad­o de la gestión de una pyme láctea familiar en Olavarría. Bajo la nueva gestión, Luz Azul amplió su cartera de productos — hoy incluye más de 50 artículos, incluyendo quesos duros, semiduros y blandos, mozarella y dulce de leche— y puso en marcha una red de locales que hoy incluye 10 sucursales propias y 13 franquicia­s, repartidas en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, y que factura 30 millones de pesos argentinos mensuales (cerca de US$ 1,2 millones).

Por esa red está comerciali­zando «la mitad» de su producción y «el objetivo es llegar al 100% en el mediano plazo», asegura Benac.

En Buenos Aires otras empresas, como El Puente y Vacalín, están recorriend­o el mismo camino. «Vender en forma directa nos permite darle valor agregado a la venta y tener bajo control una variable clave en cualquier negocio, como es el precio», explica Benac.

En el pelotón de los ganadores del nuevo mapa lácteo sobresale el nombre de Tregar, la marca de yogur y dulce de leche de la firma García Hermanos Agroindust­rial, que hoy procesa más de 180 millones de litros anuales desde su base de operacione­s en Gobernador Crespo (Santa Fe).

Como ninguna otra firma del rubro, Tregar logró ocupar los huecos que dejó SanCor en las góndolas de los supermerca­dos y autoservic­ios chinos de Buenos Aires. De acuerdo con el relevamien­to que realiza la consultora internacio­nal Kantar Worldpanel, Tregar se ubica en el grupo de las 10 marcas que más aumentaron su penetració­n en los hogares en los últimos dos años, en una lista que también incluye a Natura, Marolio y Manaos.

Entre las lácteas emergentes también está Alimentos Refrigerad­os (ARSA), la firma del grupo Vicentín que nació en octubre de 2016 tras la adquisició­n del negocio de yogures y postrecito­s de SanCor, que incluye a las marcas SanCor Yogs, SanCor Vida, Shimy y Sublime.

Los problemas que tuvo la cooperativ­a SanCor tuvieron un impacto inicial en su negocio, aunque en el último tiempo lograron recuperar el volumen de ventas en productos refrigerad­os y la participac­ión histórica de SanCor en el mercado de yogures, dijo Alejandro Capdeviell­e, gerente comercial de ARSA.

RECONVERSI­ÓN

La pyme láctea clásica de hace 20 años que hacía muchos productos y todos de una calidad no muy buena ya no existe más y las empresas que pudieron crecer lo hicieron a través de una especializ­ación de su producción en uno o dos productos en los que ponen el foco, aseguran en el sector.

El mejor ejemplo de este proceso de especializ­ación del mercado es lo que pasó en la categoría de la mozarella .En los últimos años se consolidar­on empresas que se hicieron muy fuertes en un nicho: Pampa Cheese (la láctea de Mario Quintana y Lopetegui) se especializ­ó en la mozzarella de baja humedad para exportació­n; la pyme entrerrian­a Tonutti, en cambio, se volcó al mercado interno con la

mozzarella de alta humedad, mientras que Barraza (conocida popularmen­te por auspiciar la camiseta de All Boys) y Vidal se volcaron a abastecer de producto a las pizzerías.

Mientras SanCor sumó a Adecoagro el mapa del sector se reconfigur­ó

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