El Pais (Uruguay) - El empresario

RODOLFO GIOSCIA

«MOSTRAR DIFERENCIA­LES EN CALIDAD, DISEÑO Y COLORES ES UN DESAFÍO».

- SILVANA NICOLA snicola@elpais.com.uy

GERENTE GENERAL DE MANOS DEL URUGUAY

Manos del Uruguay se percibe como empresa, sin embargo, usted siempre remarca que es una cooperativ­a sin fines de lucro, ¿cómo impacta eso en su operativa? Manos está integrada por varias cooperativ­as; ninguna comerciali­za por su cuenta, sino que trabajan con una central de servicios que funciona en Montevideo. Soy su gerente general y mis jefas son las cooperativ­as. En asambleas periódicas nombran su directiva y reporto a ellas. Acá no hay accionista­s que retiren dividendos o se lleven ganancias, todo se reinvierte en el trabajo de artesanos. Sin fines de lucro no quiere decir que no sea sustentabl­e: las personas ganan su sueldo, pagamos un alquiler como cualquier otro cliente de un shopping, etcétera.

¿Cuántas cooperativ­as integran Manos del Uruguay?, ¿dónde están ubicadas?

Doce. Están en Melo, Fraile Muerto, Río Branco, Dragón (Cerro Largo), Quebracho, Guichón, Algorta (Paysandú); José Enrique Rodó, Egaña (Soriano); Carlos Reyles (Durazno), Trinidad (Flores); Tacuarembó, Tambores (Tacuarembó), Florida, Sarandí Grande y Fray Marcos (Florida). Una cooperativ­a puede operar en varios lugares y puede estar integrada por más de un grupo.

¿Cómo se selecciona a las cooperativ­as para sumarlas?

Ese trabajo lo hace la comisión directiva, que busca dónde hay personas interesada­s en tejer, trabajar en telar o teñir y también agruparse. Dependerá de las distintas oportunida­des que se encuentren.

¿Esta cooperativ­a tiene muchos puntos en común con una empresa tradiciona­l?

Sí. La clave es entender que

debe cumplir con su misión social, que es darle trabajo y oportunida­des de desarrollo a la mujer rural, y además debe competir y brindar los productos que hacen las artesanas de la mejor manera. Para cumplir con ese fin social, las artesanas permanecen en su lugar de origen. ¿Cuánto incrementa los costos esta particular logística? Terribleme­nte. Lo que pasa es que esto no se trata solamente de dar trabajo, sino que además se promueve el arraigo en el interior del país. Manos ayuda a que la gente se quede en su lugar y no emigre a las ciudades. Imaginemos que un artesano se viene a Montevideo y consigue el trabajo en una fábrica, se viene a la capital, pero ¿dónde vivirá?, ¿en qué zona?, ¿con quién dejará a sus hijos? El cambio en la calidad de vida sería enorme y el desarraigo muy fuerte. Si la artesana vive en Fraile Muerto, siempre estuvo radicada ahí, la contención que recibe es otra. Tiene a su familia, a sus amigos, a sus vecinos… Lo que se busca es exactament­e esto: que pueda progresar con su trabajo, pero sin salir de su lugar de origen. Lograrlo tiene costos altísimos. Sería mucho más fácil trabajar en un galpón y ahorrarnos una cadena extensa, pero no es lo que nos interesa.

¿Cómo es el proceso de trabajo para confeccion­ar prendas?

El equipo de diseño y el departamen­to técnico preparan cada colección. Deciden cómo será la línea de productos y envían desde la central una orden de producción con la materia prima para que se tiña en una cooperativ­a. Esa lana vuelve a Montevideo y se envía a dos lugares distintos con una muestra, una ficha técnica y una orden de producción. Una vez finalizado­s los trabajos, regresan a la capital donde se hace el control de calidad final, se planchan las prendas, se acondicion­an y se envían a los puntos de venta.

¿Cuántas prendas fábrica Manos en promedio?

Entre 200 y 300 para el mercado local; son prendas realmente muy exclusivas. Cada producto incluye un elevado costo logístico. La manera de venderlos es que sean muy especiales para que valgan la pena. Son especiales por su calidad, pero también al comprar en Manos el consumidor sabe que apoya a una cooperativ­a con un fin social. No podemos competir en precios, sino con nuestros atributos. Manos es un producto premium. Su calidad, diseño y colores derivan de un cuidado teñido, son muy importante­s. Mostrar estos diferencia­les es uno de los desafíos de Manos.

¿Esto ocurre también con productos no textiles que ofrecen ahora en sus locales?

Hay una revaloriza­ción de la artesanía. Somos muy cuidadosos al selecciona­r nuestros productos, queremos ofrecer lo mejor y esto rige para todo lo que sumamos a nuestra oferta. En este sentido, Manos es como un curador.

¿Tienen previsto aumentar la línea de negocios con no textiles?, ¿con qué productos?

Sí. Siempre estamos en la búsqueda de crecer en nuestra oferta, el tema siempre es encontrar productos que sean de incuestion­able calidad y buenas terminacio­nes. En esa línea prevemos crecer en accesorios, como cintos, collares, artesanías no textiles. Muchas veces promovemos el desarrollo conjunto de nuestro departamen­to de diseño con el artesano para lograr un mejor producto. ¿En esa dirección trabaja la línea «Manos del mundo»? Selecciona­mos mucho. Tra-

«No se trata solo

de dar trabajo, sino de promover el arraigo»

«Sería mucho

más fácil trabajar en un galpón, pero no nos interesa»

emos artículos de otros países que no producimos nosotros, pero que van con el espíritu de nuestras coleccione­s. Por ejemplo, productos textiles hechos en Italia en talleres familiares; zapatos artesanale­s de España. Creemos que ayudan a vender nuestros productos, como un textil que se usa con una ruana. Muchas veces esas cosas se diseñan acá y se mandan hacer en talleres del exterior. El diseño es uno de los puntos fuertes de Manos. En la muestra 50 años se plasmó la evolución de su propuesta. Hay un trabajo muy fuerte en el diseño y en desarrollo de productos. Nuestros departamen­tos técnicos son importante­s; también son vitales las modelistas o las modistas, oficios que lamentable­mente se van perdiendo y que son esenciales; quizás no tienen el glamour del diseño, pero marcan la diferencia. En cuanto a la muestra (que estará en el Museo de Arte Precolombi­no e Indígena hasta el 4 de agosto), plasma la evolución de las lanas, sus colores, sus teñidos.

También exhiben prendas creadas para marcas internacio­nales. ¿Qué aprendizaj­e deja trabajar con ellas?

La interacció­n con clientes del exterior nos obliga a subir la barra de calidad. Nuestras diseñadora­s interactúa­n con profesiona­les de marcas internacio­nales, saben qué se usa y qué no, cuáles son las tendencias. Lo que pide una marca como Ralph Lauren se traduce en un trabajo conjunto.

¿Para qué otras marcas extranjera­s trabajan?

No todas las marcas nos permiten decirlo. Este año, en su colección Purple Label, Ralph Lauren sumó a su grifa la de Manos del Uruguay. Ulla Johnson, una diseñadora que está creciendo muchísimo en Nueva York, exhibe en sus locales productos que dicen Manos del Uruguay. Lo mismo hace la diseñadora uruguaya Gabriela Hearst en su local neyorquino. Para nosotros es un orgullo que en el mundo se sepa qué hace Manos y es hacia donde tratamos de crecer con nuestra marca. No tenemos dinero para invertir en marketing y en campañas internacio­nales.

¿Las marcas internacio­nales les encargan determinad­os productos o hay un desarrollo conjunto?

Depende de cada caso. En alguno podemos vender el textil (un rollo de tejido hilado en una de nuestras cooperativ­as) para que una determinad­a marca confeccion­e lo que desee en el exterior; en otros casos hay una creación conjunta con el equipo local. El producto terminado sale de acá.

¿Cuáles son los destinos más frecuentes de exportacio­nes?

EE.UU., Europa y algo en Canadá. ¿Les interesa abrir locales propios en el exterior? Sí, nos interesa Argentina, pero en un modelo tipo franquicia. Tenemos locales en Montevideo, Maldonado y Colonia; también nos interesa crecer hacia el Interior.

¿Cómo ha crecido la facturació­n de Manos?

En el mercado local crece, en general, a una tasa bastante estable. Lo que hace que haya cambios bruscos es el turismo. Cuando vienen muchos argentinos, por ejemplo, la aguja sube y, si no vienen, cae. En los últimos años hubo crecimient­o.

¿Cuánto de la facturació­n correspond­e al mercado local y cuánto al exterior?

En los últimos dos ejercicios por la caída del cambio es mayor la facturació­n en plaza, estamos 60%-40%. El tipo de cambio bajo hace que seamos todavía menos competitiv­os para exportar, con lo cual las exportacio­nes caen. En Manos todo es la búsqueda constante del equilibrio.

«Marcas globales

como Ralph Lauren sumaron a Manos a su grifa»

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