El Pais (Uruguay) - El empresario
Los negocios tienen su «penca» mundialista
EMPRESAS APUESTAN AL DESEMPEÑO DE URUGUAY EN RUSIA 2018 PARA MOVER MÁS VENTAS Y POSICIONAR SU IMAGEN
Suena el pitazo inicial para el debut de la selección uruguaya en la Copa del Mundo de Rusia. Y, mientras corre la pelota en los estadios, empresas e industrias juegan en paralelo su «Mundial» con la expectativa de generar ventas y negocios al ritmo de los goles de Suárez, Cavani y compañía.
El fútbol, además del deporte más popular del país, es una industria en sí misma y un motor para la economía doméstica. Un reciente estudio realizado por las Facultades de Psicología y Ciencias Sociales en conjunto con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) estableció que mueve al año en el mercado local unos US$ 330 millones, es decir, un 0,62% del Producto Interno Bruto (PIB). A otra escala, el Mundial aporta US$ 15.000 millones a la economía rusa, según la consultora McKinsey.
Si como reza el dicho «goles son amores», también podría decirse que, por añadidura, además significan ventas.
El ánimo después de una victoria predispone a los consumidores a gastar, en cambio una derrota los lleva a suspennio. der o postergar la decisión para otro momento.
Este axioma se cumple en las tiendas de electrodomésticos, más allá de que el Mundial sea la zafra de venta de televisores. La motivación por ver al equipo nacional se conjuga con la aparición cada cuatro años de una nueva generación de televisores. Esta combinación explica que, cuando hay Mundial, las ventas crezcan entre un 50% y un 70% en relación a un año cualquiera.
Sin embargo, para Rusia 2018 la colocación de televisores ha crecido en dólares pero no en unidades respecto a Brasil 2014, comentó Marcelo Zador, gerente comercial de Barraca Europa. «La gente está comprando pantallas más sofisticadas, más grandes y costosas», analizó.
El rubro electrodomésticos vio hace cuatro años una caída en ventas en las tiendas especializadas de 4,2%, y registró un aumento de 18,1% en supermercados (en el segundo trimestre del año), según la Encuesta de Actividad Económica de la Cámara de Comercio.
«Hay que tener en cuenta que la celebración del Mundial de fútbol permitió un repunte en las ventas en el mes de ju- Sin embargo, su incidencia fue notoriamente menor a la registrada en 2010 cuando el boom de consumo de electrodomésticos fue muy significativo», distinguió el reporte.
Para mover la aguja, las marcas lanzan una batería de promociones para captar el bolsillo de los consumidores en plena euforia mundialista.
Barraca Euro pa repite la promoción que estrenó para Sudáfrica 2010 donde se compromete a devolver la mitad del importe si Uruguay llega a semifinales. En aquella ocasión, «varios miles» de clientes recibieron el beneficio, comentó Zador.
«Estamos muy pendientes de lo que pueda pasar en este Mundial porque de eso depende el consumo en un mes que es de baja temporada», definió Wilfredo Camacho, director de la cervecería artesanal Mastra. «Tenemos la percepción de que según cómo le vaya a Uruguay es lo que se va a vender en las próximas semanas, porque eso ya nos ha pasado en la Copa América y otros eventos: si la selección tiene éxito aumenta la venta, si no la gente no sale», se explayó.
Camacho tiene fresco el recuerdo del furor que despertó el Mundial de Brasil y su impacto directo en la demanda. «En 2014 fue notorio, en nuestras choperías, principalmente en la del Mercado Agrícola, la gente se juntaba a ver los partidos y el consumo ahí se duplicaba a lo normal».
El sorteo de los grupos puede haber sido benévolo con la selección uruguaya —en lo
El consumo se ve afectado por el horario matutino de los partidos
previo y en la teoría—, pero algunos empresarios no opinan lo mismo respecto a los horarios de los partidos. Mientras los encuentros de Brasil 2014 se disputaron principalmente por la tarde, el Mundial de Rusia concentra su actividad en la mañana, lo que baja el consumo en rubros como las cervecerías. Camacho estimó que si los resultados deportivos acompañan a Uruguay «seguramente repercuta en la noche, que la gente esté más alegre y salga a consumir».
En PedidosYa esperan «buenos resultados» —comerciales— de la mano del Mundial. «Acompañar los encuentros compartiendo la comida es una tradición en el país», valoró Álvaro García, cofundador de la compañía. No obstante, coincidió en que la diferencia horaria entre Rusia y Uruguay (de al menos seis horas) obligará a los usuarios de la plataforma de
delivery a variar el menú.
«Tenemos claro que la mayoría de los partidos van a tener lugar en horarios que no son centrales para el servicio de delivery. En este sentido, un partido a las 20 horas invita a cenar. En otra franja horaria, la alternativa es otra», apuntó García. Entonces, la «apuesta grande» serán los desayunos. La plataforma, junto a los restaurantes asociados, reforzará su propuesta gastronómica para las mañanas. Para atender la demanda, la empresa también acaba de ampliar la zona de entrega de TiendaYa —el servicio de delivery de Tienda Inglesa, que ofrece picadas, bebidas y otros productos— a Parque Batlle, Buceo, Malvín y Malvín Nuevo, amplió García.
«QUE DE LA MANO...»
Uruguay no es el máximo candidato a ganar el Mundial, pero no faltan quienes entre el pe-
riodismo y la afición ubiquen al equipo de Óscar Tabárez como un aspirante al título. Una buena actuación de la selección en Rusia elevaría más que su puntaje en el ranking de la FIFA; traería un efecto multiplicador en la economía.
El banco Goldman Sachs publicó en 2014 un artículo en donde concluye que, con excepción de Brasil en 2002, todos los campeones del mundo desde 1974 vieron una expansión de su economía —del 3,5% en promedio— en el mes posterior a su victoria. El eco desaparece «significativamente después de tres meses», matiza la nota.
La euforia del mercado interno por el éxito deportivo desató en esos casos un alto consumo y fuerte gasto.
Tanto Zador, como García y Camacho concordaron en que los buenos resultados de la celeste propiciarían una mayor demanda de sus clientes.
«En vez de tener una semana o 10 días de buena venta por jugar la primera ronda nada más, poder continuar durante un mes con la gente con buena onda, con más salidas a festejar» impactaría en el movimiento, ejemplificó el director de Mastra.
Incluso, proyectó que el interés por Uruguay crecería desde fuera de fronteras. «Hoy en día llegan solicitudes de Nueva Zelanda, Australia, México, de varios lugares para comprar productos nacionales, imaginate que si sucede eso (ganar el Mundial) sería un boom».
EMBAJADORES
A diferencia de las empresas abocadas al consumo, en la industria del software marcan que lo deportivo no guarda una relación directa con las ventas. De hecho, el principal destino de exportación para las tecnológicas uruguayas es EE.UU. (donde se coloca un 40% de la producción), un país que además de tener aún poca tradición futbolera, no clasificó al Mundial de Rusia.
Una campaña exitosa de la selección ayudaría a potenciar a empresas de este sector que se dedican al negocio del fútbol desarrollando soluciones tecnológicas para el análisis de los partidos, dijo Leonardo Loureiro, presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).
Pero, sobre todo en esa hipótesis, el fútbol contribuiría a fortalecer la «marca país».
El cuarto puesto obtenido en Sudáfrica fue una vidriera para la industria del software, recordó Loureiro. «En 2011 fui a un evento en EE.UU. y teníamos un stand espectacular de Uruguay pero nadie paraba... Pusimos las camisetas de Suárez y Forlán y fue increíble. Nos decían: ‘¡Ah, Suárez, Forlán! ¡Uruguay! ¡Fútbol! No sabíamos que hacían tecnología», relató.
En la industria turística creen que «no hay mejor promoción para Uruguay que el deporte y el fútbol en particular», aseguró el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo (Camtur), Juan Martínez. «Tal vez no pegue tanto en nuestros vecinos inmediatos —no creo que vengan más argentinos si nos va bien en el Mundial— pero sí fuera de la región: Norteamérica, Europa y el Lejano Oriente», estimó.
La proyección contrasta con la coyuntura: alojamiento y gastronomía han bajado su actividad por una menor llegada de argentinos y brasileros. «Los que pudieron se han ido al Mundial y no están pensando en hacer turismo por estos lados», evaluó Martínez. El público local, además, acompaña la tendencia a la baja: «la gente se retrae y se concentra en los partidos más allá de los de Uruguay». En definitiva, la cancha manda.