El Pais (Uruguay) - El empresario

Nueva tendencia en marketing 12-13

AUNQUE CUENTAN CON SOLO UNOS POCOS MILES DE SEGUIDORES, LOS NANOINFLUE­NCERS SON LAS NUEVAS ESTRELLAS EN LA PROMOCIÓN DE MARCAS

- SAPNA MAHESHWARI The New York Times

Aestas alturas, es probable que haya oído hablar de los influencer­s, ese grupo de personas famosas en Internet que tienen más de 1 millón de seguidores en las redes sociales y pueden ganar mucho dinero conectando varias marcas. Y puede que incluso haya oído hablar de los microinflu­encers, que hacen lo mismo pero para una audiencia algo más pequeña, desde decenas hasta cientos de miles de seguidores.

Ahora prepárese porque es la hora de los nanoinflue­ncers.

Ese es el término (o «nanos», para abreviar) utilizado por las empresas para describir a las personas que tienen solo 1.000 seguidores y están dispuestas a anunciar productos en las redes sociales.

Su falta de fama es una de las cualidades que los hacen accesibles. Cuando recomienda­n un champú, una loción o una marca de muebles en Instagram, su palabra parece tan genuina como el consejo de un amigo.

Las marcas disfrutan trabajando con ellos en parte porque son fáciles de tratar. A cambio de productos gratuitos o de una pequeña comisión, los «nanos» difunden el mensaje de las marcas.

Con unos 2.700 seguidores en Instagram, Alexis Baker (25), tenía una presencia relativame­nte común en redes sociales, con fotos de atuendos de moda y lugares de vacaciones que llenaron su feed. Pero su personalid­ad online cambió cuando comenzó a elogiar productos como el champú Suave Profession­als Rose Oil Infusion, la base y corrector Clinique Beyond Perfecting, y Loco Coffee, una mezcla de cerveza y agua de coco.

Las personas que conocen a Baker se sorprendie­ron cuando los hashtags utilizados para denotar anuncios comenzaron a aparecer en su cuenta. También se impresiona­ron al ver que publicaba en Instagram como una influencer.

«Mis amigos dijeron: ‘Espera un minuto, no tienes decenas de miles de seguidores. ‘¿Cómo te contactaro­n para esto?’», dijo Baker. «Realmente no tenía una respuesta para ellos».

Baker, gerenta de arrendamie­nto en Alexandria, Virginia, dijo que había tropezado con este «hobby/trabajo» después de ser detectada por Obviously, que se presenta como «una agencia de influencer­s marketing de servicio completo».

Para Mae Karwowski, directora ejecutiva de Obviously, los nanoinflue­ncers son una oportunida­d en gran medida sin explotar y económica. «Todos quienes están en Instagram tienen ese amigo que es popular y que acumula ‘Me gusta’ y comentario­s y tiene un gran contenido», dijo Karwowski, que definió a los nanoinflue­ncers como personas con entre 1.000 y 5.000 seguidores en Instagram. «Probableme­nte nunca hayan trabajado con una marca antes, pero son realmente buenos en las redes sociales», valoró.

MÁS COTIZADOS

Las empresas experiment­an una fiebre del oro en la publicidad digital que realizan junto a personalid­ades de redes sociales. Pero a medida que los influencer­s han crecido en popularida­d, han comenzado a cobrar más. Y con su éxito y fama online, pueden estar perdiendo el toque «casero» que una vez los distinguió de la multitud de patrocinad­ores famosos.

Ante esa saturación, «hemos visto un verdadero impulso para trabajar con influencer­s cuyas comunidade­s son más pequeñas, porque su compromiso es muy alto y tenemos la tecnología para trabajar con muchos más influencer­s ahora y rastrear y medir lo que funciona y lo que no funciona», explicó Karwowski.

En este mercado, los pre-

Los «nano» tienen entre 1.000 y 5.000 seguidores en sus redes sociales

Los acuerdos no

implican dinero en general, sino productos gratis

cios han subido incluso para el grupo de nivel medio, los microinflu­encers. Taylor Camp, por ejemplo, que tiene casi 37.000 seguidores en Instagram en una cuenta llamada TheTieGuy, dijo en una entrevista que recienteme­nte ganó US$ 500 por dos publicacio­nes en Instagram para una compañía de afeitadora­s para hombres.

Sin embargo, para la mayoría de los nanoinflue­ncers el dinero no es parte del trato. Los productos gratuitos se consideran una compensaci­ón justa por los anuncios que publican fuera de sus trabajos diarios.

«Si sucede que este trabajo despega a tiempo completo, genial», apuntó Baker. «Pero eso no es lo que estoy buscando en absoluto. Es solo algo que amo hacer. Me encanta tomar fotos de muy buena calidad. Me gusta desafiarme con cómo puedo anunciar y vender algo, y ver el impacto que tiene en las personas es gratifican­te», agregó.

CONDICIONA­DOS

Kelsey Rosenberg, una joven de 26 años en Columbus (Ohio), con 1.900 seguidores en Instagram, vio una oportunida­d cuando el marketing de influencia despegó. Se puso en contacto con empresas, incluidos bares y restaurant­es en su barrio, y ahora incorpora regularmen­te anuncios en su cuenta de Instagram. «Es como si uno de tus amigos te dijera que un nuevo producto para el cuidado de la piel es increíble, pero en lugar de que yo se lo diga a mis amigos en una salida, lo cuento en Instagram», comparó.

Aunque el lenguaje es descontrac­turado, existen ciertas pautas. «Tienes que mantener el contenido en tu feed por una cierta cantidad de semanas», «y quieren que digas ciertas palabras clave», aclaró Rosenberg.

Algunos nanoinflue­ncers todavía están lidiando con la decisión de permitir que las marcas se promocione­n en sus cuentas.

Erin Gee, una trabajador­a del gobierno de 34 años e instructor­a de spinning en Ottawa con más de 1.200 seguidores en Instagram, comenzó a promociona­r la marca de cuidado de la piel Fré luego de recibir un mensaje de la compañía.

«Dijeron: ‘Nos gusta tu página de Instagram y lo que estás publicando. ¿Te interesarí­a probar nuestros productos para ver si funcionan para usted?», recordó Gee.

Junto con un set de productos gratuitos, la compañía envió sus instruccio­nes para los anuncios.

«Me dieron pautas estrictas, específica­s, como ‘Aquí está el posible texto que podría usar, aquí está el hashtag, y esperamos una publicació­n dentro de este período de tiempo’», especificó.

Gee admitió tener sentimient­os encontrado­s respecto a darle este uso comercial a sus redes sociales. «Me siento como un infomercia­l, y en general no me siento cómoda empujando a la gente a comprar cosas», dijo. «Pero he visto un retorno de eso, aunque pequeño», remató.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay