El Pais (Uruguay) - El empresario
Cines 4D: la compañía argentina que exporta experiencias inmersivas
CUENTA CON LA APROBACIÓN DE ESTUDIOS DE HOLLYWOOD
Imagine que está en el cine. Fue a ver una película de Jason Statham, la estrella de films de acción. Y en medio de una escena de tiros, usted siente cómo el viento de una bala le pasa por al lado de la cabeza y le vuela el pelo. O fue a ver una nueva de Rápido y Furioso y, durante una escena de persecución de autos, experimenta sacudones en su asiento como si estuviera en el lugar del acompañante. A diseñar este tipo de experiencias se dedica la empresa argentina Lumma.
Creada en 2004 como productora de contenidos audiovisuales, la compañía, radicada en el barrio La Paternal, es una de las únicas tres empresas en el mundo que produce y exporta los cines 4D, que combinan asientos con movimiento y efectos especiales para generar lo que denominan «una experiencia inmersiva de alto impacto sensorial».
Los cines de Lumma funcionan ya en varios países de América Latina, como Uruguay, Paraguay y Brasil, además de Argentina y ya son 14 los establecimientos que cuentan con sus productos. «Hace cuatro años y medio arrancamos con lo que es vincular lo audiovisual con movimientos y agregar efectos especiales. En Argentina no había nada parecido. Y en ese momento surgía una movida 4D en el mundo. Entonces un cliente nos contactó porque quería una experiencia distinta, hicimos el producto y se lo mostramos. Y les gustó», contó Marcos Franco, ingeniero electrónico y director regional de Lumma.
A partir de ese momento, la empresa comenzó a sumergirse en el mundo del 4D. Pero se encontró con un inconveniente. «Necesitábamos primero la aprobación de contenidos de las películas de Hollywood. Entonces nos fuimos a Los Ángeles y trabajamos dos años con los estudios. Montamos una oficina allá, con un microcine, para mostrar la experiencia que diseñamos. Y los convencimos a todos. A partir de ahí, estábamos habilitados para instalar la experiencia en salas comerciales», dijo Franco.
Hoy, en Lumma trabajan ingenieros, un equipo de instalación, un equipo de arte que se ocupa de pensar y «sincronizar» los efectos para las películas, y otro de desarrollo de contenidos 3D. La compañía cuenta con una fábrica de ensamble y produce sus propias butacas, ya que es dentro de ellas donde se instalan los efectos. «Todo está hecho a medida. Tenemos 42 personas en la empresa. Pero también tomamos mucho trabajo en talleres periféricos. Esto está creciendo rápido».
La primera película que sincronizaron y exhibieron fue Kung Fu Panda, en marzo de 2016. En promedio, ahora sincronizan 40 películas por año. Trabajan alrededor de tres semanas por película para completar el trabajo de sincronización. Este año, por ejemplo, realizaron sincronizaciones para películas como Jumanji, Coco, Tomb Raider, Ready Player One, Solo: A Star Wars Story, Misión Imposible y Venom. La experiencia pensada para cada una de ellas debe ser aprobada por el estudio que la produjo.
«Lo que hicimos desde el origen es que sea una experiencia cinematográfica. Y no que sea como un parque de atracciones que acompañe a la película. Queremos ofrecer un plus. Acá, a la gente de cine se le sumó la de tecno, en otras empresas eso no sucede así. Entonces logramos un diseño distinto y una experiencia realmente inmersiva, cinematográfica», explicó Antonela Salvador, una de las socias fundadoras de Lumma y realizadora audiovisual.
La empresa creció de manera vertiginosa desde que se metió en el desarrollo de cines 4D. ¿Pero cómo acompaña a la iniciativa la actualidad económica en Argentina? «Nosotros reinvertimos todo. Estamos apostando todo a esta empresa. Pero bueno, es muy cambiante la situación general, es un poco preocupante», dijo Sebastián Franco, otro de los socios. «Entonces tratamos de poner una pata afuera para exportar. Pero es importante que no te cambien las reglas, si no uno no puede planificar», finalizó.
En promedio, la
empresa sincroniza cerca de 40 películas por año