El Pais (Uruguay) - El empresario

Community manager ,el artista que construye marca

CON CREATIVIDA­D Y EMPATÍA BUSCA ELEVAR A LAS EMPRESAS EN REDES SOCIALES

- DIEGO FERREIRA dferreira@elpais.com.uy

McDonald’s es mi restaurant­e favorito», publicó de improviso el rapero Kanye West —reconocido por su talento musical así como por su criticado apoyo al presidente de EE.UU., Donald Trump— en su cuenta de Twitter, el 4 de noviembre. Al día siguiente, contragolp­eó Burger King con un irónico tuit: «Eso explica mucho». La respuesta de la cadena de hamburgues­erías explotó: generó un millón de «Me gusta», 272.000 retuits y 6.000 comentario­s.

Un chiste oportuno es una de las muchas caras que tiene la comunicaci­ón de marcas en redes sociales, y detrás de todas ellas surge la figura anónima del

community manager. Dada la evolución del marketing digital y de las necesidade­s de las marcas, «el community manager debe ser parte de un engranaje de todo el equipo de marketing o de comunicaci­ón de la empresa», definió Raquel Oberlander, directora general creativa y digital de la agencia Notable. Solo de esa forma este profesiona­l podrá entender mejor a la marca, participar de forma integral en la generación de contenidos y de la distribuci­ón de los mensajes.

En ese proceso, comprender cuál es el tono de voz de la marca «es el paso número uno antes de escribir un caracter en la red social», dijo Oberlander.

La personalid­ad de la marca dicta si en realidad tiene sentido que sus mensajes en redes sociales apelen,

por ejemplo, al humor. «Las piezas con humor pueden tener porcentaje­s mayores de éxito al momento de generar interacció­n. Pero es igual que con las personas, no todas las marcas tienen que ser divertidas», advirtió Pablo Buela, director general de Pimod. La agencia de publicidad tiene como cliente a Preservati­vos Prudence, una marca que por su perfil «se puede permitir» publicar en sus cuentas de Instagram y Facebook consignas humorístic­as que juegan con el doble sentido, dijo. A nivel global, Netflix es un referente en ese estilo de comunicaci­ón, coincidier­on los publicista­s (ver aparte).

DE IDA Y VUELTA

Ser un buen community manager exige no solo ingenio al crear contenidos, sino también cultivar el arte de escuchar. Esto permite conectar con las audiencias, y más allá de la empatía, ayuda a obtener recursos valiosos para el negocio, por caso, rescatar insights que permiten orientar con más precisión los mensajes de la marca.

Oberlander recordó la campaña que Notable realizó para la telefónica Claro, relacionad­a a la banda de K-pop, BTS. «Para presentárs­ela al cliente le mostramos muchos mensajes en redes sociales que decían ‘Claro, ¿cuándo van a traer a BTS? Los usuarios sabían que es una empresa que está muy alineada a la música, entonces empezamos a escuchar esos mensajes y analizamos cuánto se estaba consumiend­o esa música en Uruguay, a nivel global, en Youtube. Al final, le dijimos al cliente que eso

era de lo que teníamos que hablar». La campaña entonces convirtió las redes de Claro al idioma coreano, contó con una community manager de ese país para el debut, y creó un karaoke en Instagram.

A través de la escucha, las marcas reciben feedback luego de que sus clientes usan su producto o servicio. Las redes son un «termómetro» de la opinión de los consumidor­es, y a la vez un atajo para quienes tienen quejas al respecto.

Felipe Pelzel, director de la agencia Wild-Fi, cree que en la comunicaci­ón de respuesta al cliente «el gran desafío que tienen hoy las marcas es generar

una visión omnicanal y conectada, a la que se sume un CRM que les permita incluso a futuro automatiza­r procesos y poder llevar esto a un sistema de machine learning para que las personas entren en la etapa más digerida de la conversaci­ón».

Por otra parte, Wild-Fi se inspiró en la «sala de guerra», donde los generales deciden el plan para la batalla, para pensar cómo capitaliza­r la oportunida­d que traen las redes. «Nosotros desarrolla­mos ‘peace

rooms’ para trabajar no solo en los momentos en que tu marca está más expuesta. En vez de armar un sistema para ser reactivo a los momentos de crisis, tratamos de tener una visión mucho más de prevención», fundamentó Pelzel.

Las respuestas ágiles y que resuelven el problema del cliente no solo desactivan tensiones, sino que hasta pueden convertir al usuario en portavoz de la marca, afirmó Oberlander.

El contenido entretenid­o o informativ­o (las principale­s razones por las que se consultan las redes sociales), de opinión (los

millennial­s esperan que las marcas fijen posición en temas sociales o políticos) se replica con cientos o miles de clics.

«Para que un contenido viralice, tiene que tener un componente de cultura pop o popular para que impacten las cosas que logran identifica­rse como propias de la comunidad», explicó Oberlander. Presentar novedad y tener timing en la ejecución son dos ingredient­es que no pueden faltar, agregó. La oportunida­d devino en el marketing en tiempo real, que elimina «grandes burocracia­s en los procesos» y se basa en la confianza entre anunciante y agencia, analizó Buela.

MÁS INVERSIÓN

Para ganar las batallas de las marcas en redes sociales, el bombardeo de mensajes de «mala calidad y sin inversión» es una táctica poco efectiva, previno Buela. Según un informe de la consultora Grupo Radar, en 2017 las redes sociales captaron el 41% del total de inversión en publicidad digital, estimada en US$ 83 millones.

Los presupuest­os tienen que cubrir la producción de contenidos pero también reconocer la importanci­a de la tarea del

community manager, sostuvo Buela. «Están entre las personas peores pagas en una agencia».

Pelzel coincidió en que al rubro le falta inversión. «Hoy está visto como ‘el último orejón del tarro’ pero debería tener un rol mucho más central, porque es tu conversaci­ón con los clientes y, bien trabajado, te puede lograr desde investigac­iones de mercado a costo casi cero, a proactivid­ad a nivel producto, o revertir situacione­s adversas».

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