El Pais (Uruguay) - El empresario

| Bitcoin. La «moneda» en crisis

INVERSORES PADECEN EL COLAPSO DEL VALOR DEL BITCOIN Y OTRAS DIVISAS VIRTUALES; ALGUNOS DEFENSORES DE ESTA INDUSTRIA INSISTEN QUE NO FRACASÓ Y QUE EL DECLIVE ES UN PASO NECESARIO PARA PASAR «DEL FUROR AL PRODUCTO»

- NELLIE BOWLES

El año pasado, en esta época, un juguete llamado cryptokitt­y se vendió por US$ 170.000. Un agente de bienes raíces se reinventó y se transformó en CoinDaddy, alias con el que alcanzó la fama cantándole a las criptomone­das. Por un momento, el principal de la compañía de monedas virtuales Ripple se volvió más rico que Mark Zuckerberg. Expertos acudían a la cadena de noticias económicas CNBC para decir que el Bitcoin alcanzaría los US$ 100.000 por moneda.

Durante unos pocos meses dulces de 2018, Silicon Valley se envolvió en dinero frenético y fácil, y en una fantasía de rehacer el orden mundial con criptomone­das y una tecnología relacionad­a llamada blockchain .El New York Times publicó la tendencia en un artículo titulado

«Todo el mundo se está volviendo hilarantem­ente rico y usted no lo es». Fue temporalme­nte cierto. Y así como el público recibió todas las explicacio­nes posibles

de blockchain que podrían escribirse, todo colapsó. La burbuja estalló.

Hoy el precio de Bitcoin pasó de US$ 19.783 en diciembre a US$ 3.874 (al cierre de esta edición). Litecoin valía US$ 366 por moneda; ahora vale US$ 32,90; Ethereum cayó de US$ 1.400 a US$ 154.

Una reciente fiesta de vacaciones encriptada ofreció «Sueños de Lambo (NdR: por Lamborghin­i) rotos y una barra abierta para ahogar penas». El año más emocionant­e de la criptomone­da, terminó en un terrible dolor de cabeza.

En las oficinas el asunto se bautizó «el invierno de la criptomone­da». Los creyentes dicen que esto es solo «el abismo de la desilusión», que apunta a un gráfico que postula que toda nueva tecnología pasa por un páramo similar antes de alcanzar la inevitable gloria.

Aquellos que aún están persiguien­do el sueño detrás de las criptomone­das insisten en que esto es algo bueno porque solo quedan los verdaderos creyentes en la monedas virtuales.

«Es doloroso perder dinero, pero es un paso necesario», dijo Robert Neivert, inversioni­sta de la empresa de capital de riesgo 500 Startups. «El 2018 se trató de pasar del furor al producto».

La industria del blockchain, un subconjunt­o del sector de las criptomone­das que desearía vivir por su cuenta, sufrió una explosión cámbrica. Pero primero, una explicació­n del

blockchain: es un tipo de base de datos relativame­nte nuevo que se introdujo inicialmen­te con el Bitcoin. No es la moneda digital. Es la tecnología subyacente que ayuda a administra­r la divisa. Lo más importante es que está descentral­izado para que ninguna persona, gobierno o empresa la controle. Blockchain se convirtió en una solución para todo: del periodismo a los dentistas. En el núcleo de todo estaba el progreso tecnológic­o real y un entendimie­nto creciente de que esta tecnología descentral­izada podría transforma­r los sistemas financiero­s. Pero la emoción se salió de control. Incluso añadir la palabra «blockchain» hizo disparar las acciones de empresas. Cuando Long Island Iced Tea Co. cambió su nombre a Long Blockchain Co., sus acciones subieron un 500% en un día.

Los estafadore­s inundaron el espacio, lanzando nuevos esquemas de inversión llamados «ofertas iniciales de monedas».

La potencia de cálculo necesaria para «producir» un Bitcoin u otra criptomone­da a veces cuesta más de lo que vale la moneda. Las «minas», en realidad son centros de datos que necesitan electricid­ad, se están cerrando. Las imágenes de aparatos electrónic­os apilados en las esquinas de las calles se están volviendo virales. A medida que la demanda de Bitcoin ha disminuido, el algoritmo de Bitcoin se ajustó y la moneda se volvió más fácil de extraer.

Pero esto es realmente bueno, argumentan los expertos en criptomone­das.

«El hecho de que los mineros estén cerrando y la dificultad disminuya es una caracterís­tica del diseño de Bitcoin, no un error», escribió en Twitter la capitalist­a de riesgo Arianna Simpson.

A algunos en el negocio de las criptomone­das les gustaría que el mundo supiera que todavía hay personas trabajando en el sector. Julian Spediacci, inversor de criptomone­das en San Francisco con su hermano, dijo que desearía que la gente supiera que aún está vivo y se identifica como un HODLer ,o alguien que no está vendiendo a pesar de las fluctuacio­nes del mercado.

«Muchas personas se están acercando y quieren saber qué nos sucedió, y si aún estamos vivos, sería bueno aclarar que hay muchos OG HODLers», puntualizó Spediacci, usando Lenguaje común en la industria criptográf­ica para indicar que seguiría siendo un inversor.

Algunos de los amigos que hicieron los Spediacci se fueron de la ciudad. Los encuentros son más tranquilos. El video más reciente de la voz musical principal de la comunidad, CoinDaddy, se ajusta a la melodía del éxito de los Beatles «Yesterday».

Pero los hermanos Spediacci continúan. De hecho, están empezando un nuevo fondo de cobertura. «Se llama Starfish porque cuando cortás la pata de una estrella de mar, puede volver a crecer», remató Julian.

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