El Pais (Uruguay) - El empresario
Marca y presión: los «Pieles rojas» se rebautizan
POR EFECTO DE PATROCINADORES Y ACTIVISTAS, LA FRANQUICIA DE LA NFL ABANDONARÁ NOMBRE «OFENSIVO»
Pieles rojas» es un término genérico que se usa en Norteamérica para referirse a los pueblos indígenas, aunque su uso es controversial ya que es considerado una ofensa por esos mismos grupos a los que define. «Pieles rojas» o «Redskins» también es el nombre de una popular franquicia de Washington que juega en la liga de fútbol americano de EE.UU. (NFL). El profundo escrutinio de la sociedad —y por añadidura de los patrocinadores— sobre el tratamiento que reciben las minorías raciales en ese país, como resultado de la muerte de George Floyd, forzó a la franquicia a buscarse un nuevo nombre.
El viernes 3, los Redskins emitieron un comunicado en el que anunciaban el inicio de una «revisión exhaustiva» de su nombre. El dueño del equipo, Dan Snyder, dijo que se tomaría en cuenta su «orgullosa tradición» y el «aporte de nuestros exalumnos, la organización, los sponsors, la NFL y la comunidad local». El lunes pasado, el equipo ratificó que cambiaría su nombre. «Confirmamos que vamos a retirar el nombre Redskins y el logo», informó en un comunicado, y precisó que todavía está trabajando en el nuevo apelativo, en un mensaje que incluyó el actual logo que muestra un indígena de perfil adornado con plumas.
El empresario compró la franquicia en 1999 y desde entonces ha recibido el pedido expreso de activistas para que renombrara al equipo. Snyder hizo caso omiso, pero la presión reciente de accionistas y empresas pudo más.
Entre los promotores de rebautizar a los Redskins está la empresa de logística FedEx, que en 1999 pagó US$ 205 millones para firmar con su marca el nombre el estadio donde juega de local el equipo.
La marca deportiva Nike, los supermercados Walmart y Target y la cadena de tiendas de indumentaria deportiva Dick’s Sporting Goods decidieron eliminar los productos de los Redskins de sus canales de venta online mientras el equipo revisa su nombre. Una de las últimas empresas en sumarse fue el gigante de e-commerce Amazon. «Estamos eliminando productos con el nombre y el logotipo del equipo de nuestras tiendas», dijo un vocero de Amazon a CNBC.
Con un valor de US$ 3.400 millones e ingresos anuales por casi US$ 500 millones, los Redskins figuran entre las 10 franquicias más valiosas de la NFL, según Forbes.
Por estos días, la franquicia —campeona del Super Bowl en 1982, 1987 y 1992— transitó un histórico examen de su polémico nombre. La modificación solo abarcaría ese detalle, ya que se mantendrían los colores bordeaux y dorado que distinguen a la franquicia.
MÁS CAMBIOS
No es la primera vez que una franquicia de Washington se ve obligada a cambiarse el nombre. En 1995, los Bullets («balas»), el equipo de la ciudad que juega en la NBA, se pasó a denominar Wizards («magos»), en un intento por despegarse de la mala publicidad asociada a un símbolo de la violencia y a cuestiones polémicas como el porte de armas en EE.UU.
La NFL vería algún cambio más entre sus equipos. Los Indians de Cleveland también reflexionarán con la idea de renovarse. «Estamos comprometidos con tener una repercusión positiva en nuestra comunidad y asumir nuestra responsabilidad para el avance de la justicia y la igualdad social», dijo la franquicia en un comunicado publicado en sus redes sociales.
En cambio, equipos como los Chicago Blackhawks no se sienten señalados por sus símbolo. Su directiva comunicó que mantendrán el nombre y logo de la franquicia (la cabeza de un nativo americano), argumentando que en realidad homenajean a un personaje «relevante e histórico, Black Hawk de la nación Sac y Fox de Illinois». «Su capacidad de liderazgo y vida han inspirado a generaciones de nativos americanos, veteranos y gente en general», indicaron en una nota.
Mientras el rebranding promete apaciguar enojos adecuando estas marcas deportivas a la sensibilidad actual de la sociedad, hay quienes como el presidente de EE.UU., Donald Trump, no celebran los cambios. «Los equipos reciben nombres por FORTALEZA, no por debilidad, pero ahora los Washington Redskins y Cleveland Indians, dos míticas franquicias, parece que cambiarán sus nombres para ser políticamente correctos», escribió con su estilo tajante en Twitter.
Empresas como FedEx, Nike y Walmart apoyan el rebranding
La franquicia de la NFL factura al año US$ 3.400 millones
Cuando Charles E. Jones, el CEO de una gran empresa de servicios con sede en Ohio, se dio cuenta de que sus altos ejecutivos no estaban totalmente detrás de su impulso para contratar y promover a personas de color y mujeres, decidió hacer algo para llamar su atención.
En 2018, Jones vinculó el 10% de las bonificaciones anuales para él y otros altos ejecutivos de su empresa, FirstEnergy, con metas de diversidad, y elevó el número al 15% el siguiente año. «Tengo experiencia que sugiere que si unes la compensación a las cosas que quieres lograr, tienes mucho más éxito», dijo.
El enfoque de Jones es sorprendente porque es extremadamente raro en las empresas estadounidenses. Pero él y otros expertos en gestión dicen que no debería ser así. Durante décadas, las empresas y las principales escuelas de negocios han evangelizado sobre vincular el pago a diversas metas comerciales, como el precio de las acciones y las ganancias.
Sin embargo, solo 78 de unas 3.000 compañías dijeron que el cumplimiento de los objetivos de diversidad determinó una parte del salario de los directores ejecutivos, según un análisis de la consultora Pearl Meyer. De ellos, solo 11 revelaron la proporción de pago condicionada al cumplimiento de los objetivos de diversidad, y 21 dieron algunos detalles de sus objetivos de diversidad.
El tema ganó peso en las últimas semanas a medida que empresas en EE.UU. declararon su apoyo a Black Lives Matter, se comprometieron a contratar a más personas negras y abandonaron marcas de décadas como Aunt Jemima construidas sobre imágenes racistas.
Charles A. Tribbett III, un consultor que asesora a grandes corporaciones sobre contratación y compensación, dijo que muchos ejecutivos y directores estaban discutiendo si vincular el pago con los objetivos de diversidad, un cambio que él aprobó. «Creo que ahora
tor de Zevin. «Nada mejor que tener una parte de su compensación en riesgo en una iniciativa empresarial clave», acotó.
Los altos ejecutivos de tecnología están acostumbrados a tener metas formales que condicionan su salario. El año pasado, el CEO de Google, Sundar Pichai, tuvo un bono valorado en US$ 280,6 millones. Un poco más de US$ 121 millones fueron vinculados al rendimiento de las acciones de la empresa matriz de Google, Alphabet.
Los fundadores como Mark Zuckerberg (Facebook) y Sergey Brin y Larry Page (Alphabet) no reciben bonos en efectivo ni compensaciones basadas en acciones. Pero controlan gran parte de las acciones con derecho a voto de sus empresas que casi podrían aprobar por sí solos la inclusión de objetivos de diversidad en la compensación de ejecutivos. Facebook, por ejemplo, valoró la compensación de 2019 de su directora de operaciones, Sheryl Sandberg, en US$ 27 millones.
Facebook dijo que logró «objetivos audaces para construir un lugar de trabajo más diverso e inclusivo» y se tomó en cuenta la inclusión y reclutamiento en las evaluaciones de desempeño de los líderes. Google declinó hacer comentarios.
Dicho esto, algunas empresas tecnológicas han vinculado el pago y la diversidad. En Microsoft, alcanzar los objetivos de diversidad ayuda a determinar una sexta parte de la bonificación en efectivo del CEO,
Satya Nadella, una bonificación que en 2019 sumó US$ 10,8 millones. «Esta es una demostración importante del compromiso para crear un lugar de trabajo inclusivo, y descubrimos que esto ayuda a garantizar que exista una responsabilidad compartida para avanzar», dijo la empresa en un comunicado.
Pero los objetivos relacionados con la diversidad pueden terminar teniendo menos efecto de lo anunciado porque pueden ser relativamente fáciles de lograr, lo que puede ser difícil de evaluar cuando las empresas no revelan detalles sobre sus objetivos. Además, incluso las empresas que utilizan este enfoque no le permiten determinar una parte considerable del salario total.