El Pais (Uruguay) - El empresario
El contador del futuro: ¿cómo adaptarse a nuevas necesidades empresariales?
EL NUEVO PROFESIONAL RESUELVE PROBLEMAS Y ES FLEXIBLE
El avance tecnológico que hemos transitado en la última década, acentuado por la pandemia, ha dejado bien claro que todas las profesiones deben contar con la capacidad de adaptarse a un ritmo vertiginoso de constantes cambios, a una «nueva normalidad».
Esto implica que carreras tradicionales, como la de Contador Público, hayan dejado de ser la imagen de una persona con visera en una cabeza «cuadrada» —adjetivo anclado al contador del pasado— y esté recorriendo un camino que acompañe las nuevas necesidades del mundo empresarial.
Antes, la mayoría de los contadores no concebíamos trabajar en otra área de una empresa que no fuese la contaduría. En la actualidad, las empresas —sobre todo las nuevas— demandan profesionales que cuenten con una plasticidad que les permita la plena transversalidad, que puedan moverse de una punta de la empresa hacia la otra.
¿Los contadores tienen ese perfil?
Podríamos afirmar que existen tantas empresas como contadores; sin embargo, muchas veces escuchamos en el radiopasillo que los contadores públicos van a ser suplantados por el avance de la tecnología. Entonces, podríamos preguntarnos: ¿Y si no existieran los contadores?
¿Quién podría contar con la rigurosidad de los conocimientos en áreas como la contabilidad, auditoria, finanzas, impuestos, costos, pero, a su vez, poseer una visión amplia que le permite identificar oportunidades o analizar y cuantificar la información necesaria en el ámbito empresarial?
¿Qué sistema informático podría desarrollar competencias como las habilidades para la toma de decisiones, negociación, creatividad, innovación y trabajo en equipo? Más aún, cuando a esto se le agrega la necesidad de contemplar los objetivos empresariales para un desarrollo sostenible.
El rol del contador ha cambiado. Lo que se ha suplantado por la tecnología es el trabajo del aquel contador de visera que mencionábamos anteriormente, para darle paso a un profesional con las herramientas necesarias que le permitan una plena versatilidad, hacer uso de esas nuevas tecnologías de la información para el análisis de los datos, la digitalización y la automatización, generando trabajo de calidad, agregando valor y contribuyendo al cumplimiento de los objetivos empresariales.
El contador es un profesional técnico, que se adapta a los cambios, resuelve problemas y cuenta con la flexibilidad necesaria para ocupar diversos puestos de trabajo en una misma empresa, con un fuerte respaldo cuantitativo que da solidez a su formación. Por esto, nos despedimos de ese concepto tradicional de la profesión, y le damos la bienvenida al Contador del Futuro, que no sólo está vigente, sino que se vuelve cada vez más necesario.
En el radiopasillo se dice que serán suplantados por tecnología, ¿es así?
En el otoño de 2019, Google le dijo al mundo que había alcanzado la «supremacía cuántica». Fue un hito científico que algunos compararon con el primer vuelo en Kitty Hawk. Con los misteriosos poderes de la mecánica cuántica, Google había construido una computadora que tan solo necesitaba 3 minutos con 20 segundos para realizar un cálculo que las computadoras normales no podían completar ni en 10.000 años.
Sin embargo, más de dos años después del anuncio, el mundo sigue esperando una computadora cuántica que haga algo útil. Y lo más probable es que siga así mucho tiempo más. También está a la espera de vehículos autónomos, autos voladores, inteligencia artificial avanzada y de implantes cerebrales que permitirán controlar dispositivos computarizados solo con el pensamiento.
MÁQUINA PUBLICITARIA
Desde hace tiempo, la maquinaria publicitaria de Silicon Valley es acusada de adelantarse a la realidad. No obstante, en años recientes, los críticos de la industria tecnológica se han percatado de que sus promesas más grandes —ideas que realmente podrían cambiar el mundo— parecen cada vez más lejanas. La gran riqueza que generó la industria en años recientes por lo general provino de ideas de hace años, como el iPhone y las apps. ¿Los grandes pensadores del sector tecnológico han perdido el «toque»?
Ellos no tardan en responder: «claro que no». Pero los proyectos en que trabajan son mucho más difíciles que crear una nueva app. A su vez, las herramientas que ayudaron a superar casi dos años de pandemia —computadoras en casa, servicios de videoconferencia y wifi o la tecnología que ayudó a desarrollar vacunas— muestran que la industria no perdió sus capacidades del todo.
«Imagina el impacto económico de la pandemia si no hubiera estado la infraestructura — el equipo y el software— que
cadas —el microchip, el internet, la computadora operada con mouse, el teléfono inteligente— no desafiaban a la física. Y se les permitió gestarse durante años, incluso décadas, dentro de agencias gubernamentales y laboratorios de investigación corporativos antes de lograr una adopción masiva.
«La era de la computación móvil y en la nube ha creado muchas oportunidades comerciales», dijo O’Mara. «Pero ahora los problemas son más complejos». Sin embargo, las voces que más resuenan en Silicon Valley a menudo hablan de ellos como si fueran tan solo otra app de smartphone.
Eso puede inflar las expectativas.
La gente inexperta «podría ser engañada por la pompa publicitaria», opinó Raquel Urtasun, profesora de la Universidad de Toronto que ayudó a supervisar el desarrollo de vehículos autónomos en Uber y ahora es directora ejecutiva de la startup de vehículos autónomos Waabi.
Las tecnologías como las de los vehículos autónomos y la inteligencia artificial no enfrentan iguales obstáculos físicos que la computación cuántica. Pero todavía no saben cómo diseñar un auto que pueda manejar por sí solo con seguridad en cualquier situación o una máquina que pueda hacer lo mismo que el cerebro humano.
Incluso una tecnología como la realidad aumentada —lentes que ponen imágenes digitales encima del mundo real— necesitará años de investigación e ingeniería antes de ser perfeccionada (ver recuadro).
¿IMÁN DE DINERO?
Muchos en Silicon Valley creen que las falsas promesas son importantes para llevar las tecnologías al público en general. La publicidad ayuda a atraer el dinero, talento y creencia necesarios para crear la tecnología.
«Si el resultado es deseable (y técnicamente posible); entonces, está bien que nos equivoquemos por tres, cinco o los años que sean», opinó Aaron Levie, director ejecutivo de Box, una empresa de Silicon Valley. «Los empresarios deben ser optimistas, deben crear algo parecido a ese campo de realidad distorsionada de Steve Jobs», que le sirvió para persuadir a la gente de creer en sus grandes ideas.