El Pais (Uruguay) - El empresario
Rodelú apuesta a crecer con nueva planta y más productos
LA MARCA URUGUAYA DE PIZZAS INVIRTIÓ UNOS US$ 300.000 EN SU FÁBRICA
El negocio de la pizzería en Uruguay vive un momento de auge, no solo con la llegada de jugadores internacionales al mercado local, sino también con las apuestas de las marcas uruguayas. Entre ellas, destaca la reconocida Rodelú —fundada en 1916—, que acaba de estrenar una nueva planta, un engranaje elemental para sus planes de expansión en volumen y línea de productos. Esto se complementa con el plan de crecimiento a nivel de los locales de la marca, especialmente en el interior (ver recuadro).
La fábrica se emplaza en un espacio de 750 metros cuadrados, donde antes funcionaba un taller mecánico, en Martín C. Martínez entre Domingo Aramburú y Cagancha. Las dimensiones del polo productivo duplican las de la fábrica anterior, destacó Marcel Burgos, socio de la pizzería. Como ventaja adicional, la nueva planta facilita el trabajo porque se concentra toda la elaboración en un único lugar mientras que antes ésta se repartía en dos locales, agregó.
«La inversión es de unos US$ 300.000 y la sumamos en la apuesta de crecimiento de la marca dentro de la unidad de retail», explicó Burgos a El Empresario.
Precisamente, la empresa ya inició una nueva línea de productos —pizzas congeladas—, que comenzó a comercializar en tiendas minoristas desde hace alrededor de un mes.
Como parte de la inversión en la planta «se sumó una cámara de congelados, lo cual nos habilita a hacer ese tipo de pizza, un producto que hasta ahora no teníamos», comentó el socio de Rodelú.
La apuesta a la nueva planta remarca la intención de la compañía de crecer.
«La realidad es que queremos incrementar la producción. Hoy estamos elaborando 20.000 unidades mensuales, pero la meta para el cierre del año que viene es llegar a las 30.000», a través de las marcas propias Rodelú y La Heredera, comentó Burgos.
La idea en la empresa es ir incluso más allá de ese número mensual de producción al abordar el segmento de marcas blancas, una categoría hasta ahora poco explotada por Rodelú.
«Es un negocio en el que no nos hemos desarrollado mucho, un poco por falta de interés, pero ahora la capacidad productiva va a permitir que eso sea parte del foco», aseguró el empresario.
DISEÑO Y RR.HH.
El proyecto en torno a la nueva planta demandó a la empresa un año de trabajo, tanto para la búsqueda del local más adecuado como para lograr un diseño que asegurara su mejor funcionamiento.
«Pensamos en el layout de la planta para que tenga un andamiaje lo más práctico posible y así poder aceitar el proceso productivo», argumentó Burgos.
La fábrica tiene un área de producción claramente delimitado y «totalmente cerrado» de forma de evitar la contaminación de los alimentos. A su vez, se definió un corredor logístico que facilita la llegada y salida de camiones.
Burgos dijo que en esta nueva etapa la empresa mantiene la plantilla de 12 personas que ya trabajaba en la fábrica de Rodelú. Sin embargo, como el objetivo de la pizzería es crecer su producción, «es probable que aumente» el personal.
«La pizza que hacemos es muy artesanal así que seguramente va a llevar más mano de obra porque el producto así lo requiere», concluyó el empresario.
El plan es pasar de 20.000 a 30.000 unidades mensuales