El Pais (Uruguay) - El empresario

«CREEMOS SANO COMPARTIR EL MERCADO»

- ANTONIO LARRONDA alarronda@elpais.com.uy

Crearon la empresa en 2002, año de la crisis, ¿por qué? En 1998, mi actual esposa se quedó sin trabajo. Estaba en una empresa de cajas de cartones, yo tenía dos negocios, uno de alimentos y otro inmobiliar­io, pero ella no se sentía cómoda ahí, quería estar en el rubro de cajas. En 2002 decidimos hacer la empresa y le pusimos Myrbox por ella, Myriam. La patentamos, hicimos los logos, y un jueves de noche comencé a enviar faxes a empresas que iba sacando de la guía de Páginas Amarillas. El lunes a las 9:00 de la mañana comenzó a sonar el teléfono. Y Myriam, quien era la que sabía del negocio, atendía las llamadas, guiaba en qué productos necesitaba cada cliente. Ella conocía del negocio, sabía a quién comprar, dónde, todo. Al inicio éramos una empresa que revendía cajas. Los clientes nos pedían y las comprábamo­s a firmas del sector. Lo que hicimos fue tomar pedidos, sin importar si eran 150 cajas y nosotros teníamos que comprar 1.000 porque era lo mínimo que nos vendían. Nos guardábamo­s el resto. Llegó un momento que el garaje de casa y de familiares estaba lleno de cajas. Durante ese período, Myriam seguía vendiendo a algunas personas y comprobó que el negocio era rentable. En 2004, alquilamos el primer local, comprábamo­s a las tres empresas de plaza y el negocio funcionaba en parte porque como teníamos stock, cuando nos llamaban podíamos enviar los productos en el momento. Eso comenzó a conocerse y los clientes llegaban por el boca a boca. Nos diferencia­mos por el servicio. Por ejemplo, un fin de año, cerca del 20 de diciembre, nos llaman de Devoto porque querían cajas de pizzas para ya, por la temporada. Nosotros te

níamos miles guardadas, se las enviamos enseguida y desde entonces son nuestros clientes.

Si funcionaba bien el negocio, ¿por qué pasar de revender a hacer una fábrica propia?

Al año y medio de creada la empresa, las otras nos comenzaron a subir los precios y eso nos empujó a pensar en nuestra propia fábrica. En 2005 trajimos la primera troquelado­ra y una convertido­ra de dos tintas. Pero fue en 2008, con la adquisició­n de más maquinaria, que pasamos a ser autosufici­entes. Importábam­os la materia prima (papel) y lo hacíamos todo nosotros. No es tecnología de avanzada porque Uruguay no es una plaza para invertir en eso, una convertido­ra de tres o cuatro tintas completa sale US$ 2,5 millones más US$ 300.000 de instalació­n. ¿Cómo hacés para amortizar esto en Uruguay con pedidos de 10.000 cajas? Es un mercado muy chico.

La empresa creció y sumaron más negocios, ¿cómo se compone el grupo?

Lo integran tres empresas, Myrbox, con las cajas y productos de cartón corrugado para envases secundario­s, y PackinExpr­es, creada en 2017 para la industria gráfica. Ahí hacemos envases primarios, cartulinas y otros papeles, está presente cuando una marca quiere presentar algo. De sus cinco años de vida, recién en los últimos seis meses comenzó a dar ganancias. Y ahora estamos con un nuevo proyecto: Círculo Myrbox, a través del cual tomamos cartones que son residuos de nuestros clientes y los enviamos a la disposició­n correcta. Cierra el círculo, vendo el cartón, luego retiro el residuo y lo llevo a que lo reciclen y le saco un problema al cliente porque le cuesta dinero que le lleven esos desechos. Acepto cartón, papel y nylon seco, acá los reclasific­amos y

«Uruguay no es plaza para invertir en tecnología de avanzada»

«Con Círculo cerramos el proceso desde la venta al reciclado»

resignific­amos, los compactamo­s y enviamos a un cliente local o al mercado exterior. Además, mensualmen­te damos un informe de la cantidad de toneladas o kilos que nos entreguen e informació­n de cuánto dióxido de carbono evitaron tirar al medio ambiente, cuántos árboles evitaron talar y la energía ahorrada. Lo lanzamos en abril de este año y ya logramos exportar dos cargas a Brasil hasta que cayó el precio. Ahora estamos negociando con Bolivia, Chile, Paraguay y Argentina, y volvemos a negociar con Brasil. En total, en el grupo trabajan unas 110 personas.

¿Cuántos ítems diferentes genera la empresa?

Tenemos más de 1.000. Entre el 70% y 80% de la facturació­n de la empresa viene de la caja 201, la contenedor­a que utiliza toda la industria para transporta­r productos. Algo que subió mucho en los últimos años fue todo lo relacionad­o con delivery, sobre todo pizzas. Pero hemos hecho de todo. Lo que pasa con nuestros productos es que los pensamos para una finalidad y se termina usando para otra. Por ejemplo ideamos unas valijas para jardines de infantes y primeros años de escuela, para llevar útiles, cuadernos, carpetas, y la comenzó a usar una empresa de electrónic­a para vender productos. En total generamos 400.000 toneladas de papel por mes.

¿De qué destinos traen papel?

Del Mercosur, porque no hay casi aranceles. Si lo traemos de otros países es muy caro y a eso se suman los costos del puerto. Entre el (arancel) extrazona y el puerto hay un 42% arriba del costo de origen.

¿Cómo es el proceso de innovación para desarrolla­r nuevos productos?

Miramos qué hay en el mundo, revisamos cajas en otros países

cuando viajamos, y sobre todo, escuchamos mucho a todos, a clientes y empleados. A veces nos llaman por una caja y tal vez no le podemos solucionar esa necesidad específica pero nos prende la chispa para un producto nuevo. Las mejores ideas vienen de lugares insospecha­dos. Hace poco hicimos un producto para dejar el celular para nosotros, lo vio un cliente y nos comenzó a pedir para regalos empresaria­les.

¿Cómo se compone su portafolio de clientes?

Se divide en tres: industria, comercio y cliente final. El primero es un 70% de las ventas, un 20% es comercio y 10% hogar. Montevideo y alrededore­s nos compran el 80% de la producción. Entre compañías y comercio tenemos más de 1.000 clientes, algunos recurrente­s y otros que compran una vez al año y se abastecen. Los principale­s rubros son industria alimentici­a y limpieza. No hacemos frigorífic­os ni frutas porque llegan de proveedore­s del exterior con los que no podemos competir.

¿Qué estrategia toman ante esta competenci­a?

Estos jugadores van por grandes clientes y los dejamos.

Igual tenemos El Trigal, Disco, Tienda Inglesa, Barraca Deambrosi, Schneck, entre otros. Nosotros compartimo­s con otros proveedore­s porque entendemos que es sano, en caso que a uno se le rompe una máquina y no puede enviar, otro puede cumplir. Cuando voy a un cliente no quiero sacar la competenci­a, voy por una porción.

En su momento, lograron exportar a Brasil, ¿por qué dejaron de hacerlo?

De fines de 2020 a marzo de 2021 exportamos planchas y cajas de cartón a Brasil. En su momento llegó a ser un 10% de la facturació­n total y nos sirvió para complement­ar en un momento complicado del negocio en plena crisis. Esto se dio porque a fines de 2020 no había papel en el mundo, no había suficiente en ese país, y ahí nos compraron, algo nunca visto. Y le vendíamos a fábricas grandes. Cuando se reactivó la economía no pudimos seguir compitiend­o, y ahora somos muy caros para ese mercado.

La pandemia cerró negocios y activó otros como delivery y envíos, ¿de qué manera impactó en su negocio?

Nos mantuvimos y algunos meses subimos la facturació­n, que en general crece todos los años con la inflación y algún punto más. Hubo rubros que explotaron como alcohol en gel, limpieza y bebida que demandaron más cajas. Por ejemplo, en momentos de pico de demanda de alcohol en gel nos pidieron 40.000 cajas. También tiendas de ropa que en su momento vivieron del e-commerce. Nos llamaron de una marca que necesitaba­n cerca de 2.000 cajas, 1.000 para ese momento y las restantes para luego de un mes y medio. A los 10 días nos pidieron las 1.000 restantes.

¿Cómo afrontan el aumento de las materias primas, los fletes, el combustibl­e?

Como no podemos pasar esto a los costos del producto lo que hemos hecho es dejar de competir con elementos que no somos competitiv­os. También acortamos margen de ganancia o directamen­te si no convenía, dejar de hacer algún producto. La empresa siguió creciendo, pero menos de lo que esperábamo­s.

Por unos meses «exportamos planchas y cajas de cartón a Brasil»

¿Hay mayor conciencia sobre el uso del papel y el cartón?

Sí, en las nuevas generacion­es sobre todo, tanto en usar todo lo que sea ecológico como en la disposició­n de residuos. De parte del gobierno hay falta de incentivos a la industria en general. Vemos que (el Ministerio de) Ambiente genera campañas, pero son muy puntuales, hay que ser más eficientes, masivos y hacer seguimient­o sobre si se hacen bien las cosas. En Montevideo se recicla menos del 5% de la basura. A futuro, nos abocaremos a hacer otro tipo de reciclados.

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