HÉROES AYER, AFUERA HOY
El 13 de julio de 2014 tocaron juntos el cielo con las manos. El mundo se preparaba para ver una definición por penales, pero Andre Schürrle metió un buen centro desde la izquierda y Mario Götze lo controló con pecho para luego, sin dejar caer el balón, sacar el zurdazo que superó la resistencia de Sergio Romero. Alemania consiguió allí, a los 113 minutos de juego, el gol que le permitió dar un vuelco grande en la historia: por primera vez un seleccionado europeo se consagró campeón del Mundo en Sudamérica.
Schürrle y Götze fueron los héroes. Escribieron su nombre para siempre en la historia de la “Die Mannschaft”, pero eso no los perpetuó de por vida para jugar en el combinado. Así son las cosas, la realidad actual de ambos jugadores es lo que terminó alejándolo de las preferencias del técnico Joachim Löw, que armó una nómina de 26 futbolistas preconvocados sin estos dos grandes protagonistas del título de Brasil 2014.
A Götze y Schürrle los afectaron los problemas físicos y la inactividad. Ambos acusaron serios problemas para tener el impacto deportivo que entregaron en el pasado. Si bien lucharon para tener mayor cantidad de minutos en el Dortmund su nivel de juego siempre estuvo lejos del conocido y eso terminó contribuyendo para que el entrenador Peter Stöger se inclinara por otros futbolistas para encender la carrera del equipo en la búsqueda de la Bundesliga.
Los números finales de la campaña, entonces, muestran que Götze apenas consiguió convertir dos goles y realizar tres asistencias en 23 actuaciones para el Dortmund. Lo de Schürrle fue peor aún. Apenas logró solo un gol y cuatro asistencias en 18 apariciones. Como titular, además, comenzó jugando nada más que once cotejos.
Para Götze, igualmente, la frustración de no estar en la lista de los jugadores que irán con Alemania al Mundial de Rusia no puede ocultar la mejor noticia de todas que hace poco tuvo el jugador: consiguió recuperarse de una enfermedad metabólica que lo tuvo una temporada entera alejado de las canchas.
Para Alemania, la decisión no deja de ser la confirmación plena que el DT no se mueve por sentimientos, sino pensando exclusivamente en lo mejor para el equipo.