LO MALO Mucho toque, pero poca profundidad
La transformación que sufrió el mediocampo uruguayo desde la recta final de la Eliminatoria ilusionó a todos. Volantes de buen pie, con otro manejo de pelota y que le agregaban al equipo algo que históricamente la selección nunca tuvo: la posesión del balón.
Sin embargo, en estos dos primeros encuentros, la tenencia de la pelota demostró que no garantiza tener más y mejores situaciones de gol.
Uruguay la tuvo en la mayor parte del encuentro contra Egipto y también ayer frente a Arabia Saudita. Sin embargo, y a pesar de haber cambiado el medio, volvió a carecer de lo mismo: profundidad.
Faltaron futbolistas que cayeran por las bandas o uno que se anime a romper por el centro y buscar conectarse tanto con Luis Suárez como con Edinson Cavani.
Claro que ninguno de esos dos rivales se lo permitió, pero Uruguay tampoco mostró la iniciativa para lastimar por ese sector del campo.
El más parejo, de mejor rendimiento, en lo que va del Mundial fue Rodrigo Bentancur. Incidió poco en el juego ofensivo, pero siempre le dio salida limpia al equipo desde el fondo. Carlos Sánchez, que ayer fue titular, sigue siendo clave por sus asistencias, pero aún no consigue tener la explosión de otros partidos. Uruguay debe lanzarlo más.
El resto de los futbolistas que estuvieron en el mediocampo alternaron buenas y malas. Jugaron para un apenas aceptable.
Lo que está claro es que en los dos juegos el maestro Tabárez optó por reordenar el equipo con Lucas Torreira para ganar consistencia. Pensando en los octavos de final, su ingreso en el equipo titular no sería nada alocado.