CON LO JUSTO EN OCTAVOS
Hinchas vibraron y sufrieron en el Mercado del Puerto
Tres hombres de gabardina toman un cortado en una barra del Mercado del Puerto y charlan sobre temas familiares. Faltan 55 minutos para que arranque Uruguay - Arabia y en el quiosco de Pérez Castellano un tipo le cuenta a otro que fue testigo de un robo a media cuadra del lugar y que llamó al 911.
El olor a asado que invade la inmediaciones del Mercado invita a ingresar y ver el partido con chimichurri, pan y brasero frente a alguno de los quince televisores disponibles. Los encargados de los bares se disputan los clientes y los tientan con ofertas diversas.
Un camión que descarga leña lleva una bandera a cada lado. El maniquí de la tienda de souvenirs tiene un body painting celeste y una pelota Telstar oficial en mano.
“Ay, no jugué al Súper Match”, se percata una moza a a diez minutos del arranque, pero ya es tarde.
Sobra lugar en los restaurantes, pero en Empanadas Carolina la gente no se mueve ni siquiera con el himno de Uruguay porque el precio es tentador: $60 cada empanada. Los más inteligentes reservaron el pedido la noche antes.
El primer disparo de Suárez a los dos minutos despierta pocos suspiros y un hombre comenta que el mejor equipo que vio hasta ahora fue Bélgica. Luego hablan de sus hijos.
Una familia brasileña quiere saber detalles del menú y hacen que el mozo se pierda el primer tiro libre de Arabia a los cinco minutos.
“Antes no existía el VAR, era lo que decía el juez y a llorar al cuartito”, gritan desde Cabaña Verónica.
“Dios mío, ese centro”, le reprochan al Pato Sánchez en el minuto 20. “Déjalos que se cansen y vas a ver”, dice otro. “Se define en cualquier momento”, pronostican los veteranos de la barra de Don García en el minuto 22. Y aciertan “¡Qué mal el golero, salió a cazar moscas!”, comenta uno. “A los pies le vino, a los pies”, gritan mientras ven la repetición del gol de Suárez. Afuera se oyen bombas y adentro se quejan de que un televisor adelantado les anticipó el gol.
En eso llega Carlitos que no se perdió la apertura porque lo vio a la pasada. Y un amigo le manda la vuelta de whisky para que se ponga a tiro. “Richard, cinco goles”, grita la chef desde la cocina mientras corta ajo.
Llega el Colo con termo y mate y se completa el equipo.
Debe mejorar
Uruguay ganó pero el juego no convenció a los hinchas.