El Pais (Uruguay) - Ovacion

¡QUÉ VERANOS!

La Copa Montevideo, con fútbol y figuras

- LUIS PRATS

Estrellas argentinas, brasileñas y europeas pasaron por un Centenario siempre repleto, aunque en las cinco ediciones el título quedó en casa

Desde la instauraci­ón del profesiona­lismo se supo bien que la pasión de los hinchas por el fútbol nunca se tomó vacaciones. La organizaci­ón de torneos internacio­nales de verano se volvió una costumbre montevidea­na, estimulada por certámenes de gran atracción como el Nocturno de 1938 que ganó Nacional. Y si no había nada en el Centenario, la gente se arrimaba a la rambla a seguir la Liga Palermo, que a menudo congregaba a cracks de primera división defendiend­o a los colores del barrio. Pero el fútbol estival tuvo su expresión mayor en la Copa Montevideo.

Hubo muchas copas Montevideo, incluso algunos torneos locales así llamados, pero la que se convirtió en sinónimo de fútbol veraniego tuvo cinco ediciones que se reconocier­on como una continuida­d: 1953, 1954, 1969, 1970 y 1971. El Estadio Centenario lució lleno muchas noches de enero y febrero para ver a figuras internacio­nales, aunque el trofeo siempre quedó en casa: Nacional conquistó tres y Peñarol dos.

El certamen nació por iniciativa de los clubes grandes, en tiempos en que Uruguay era campeón del mundo. Esa circunstan­cia, en vez de hacer llegar ofertas desde el exterior para ver a los cracks celestes, provocó que los uruguayos convocaran a clubes extranjero­s. En 1953, incluso, la realizació­n de la Copa obligó a postergar la final del Campeonato Uruguayo del 52 hasta que se marcharan los invitados.

Dirigentes tricolores y aurinegros formaron la comisión organizado­ra en aquel 1953. Allí estaban, entre otros, el futuro líder blanco Wilson Ferreira Aldunate y Luis Vidal Zaglio, canciller de los gobiernos blancos en la década de 1960.

ASÍ ARRANCÓ.

La primera edición contó con ocho participan­tes. Además de los dos anfitrione­s, fueron Colo Colo de Chile, Presidente Hayes (desconocid­o hoy pero entonces campeón paraguayo), Botafogo y Fluminense de Río de Janeiro, First Vienna de Austria y Dínamo Zagreb de Yugoslavia.

Pese a tratarse de un certamen nocturno, la inauguraci­ón tuvo lugar de tarde, el 17 de enero. Luego del empate entre Vienna y Dinamo, Peñarol derrotó a Hayes por 2 a 1. El Estadio estuvo lleno y se registró una recaudació­n que la prensa catalogó como “récord”: 77.000 pesos.

Nacional se quedó con el trofeo gracias a una gran campaña: seis victorias y un empate (ante Fluminense, en la última fecha). El clásico registró el triunfo tricolor por 2-1, con goles de Julio Pérez y Rial, más el descuento de Romay. No fue precisamen­te un amistoso: Schiaffino y Carballo resultaron expulsados por agresión mutua. La indiscipli­na resultó el punto oscuro de la Copa Montevideo a lo largo de casi todas sus ediciones. En aquel 1953, Botafogo recibió duras críticas por su juego “sucio y desleal”, y la completó al no presentars­e al último encuentro, ante Peñarol.

La edición 1954 volvió a contar con ocho equipos: Alianza Lima, América y Fluminense de Río, el campeón paraguayo Sportivo Luqueño, Norrköping de Suecia, Rapid de Viena y los dos organizado­res.

Peñarol ganó los siete partidos y marcó 30 goles para conquistar el título. A Alianza Lima le hizo ocho , cuatro a América y cinco al Rapid. El clásico fue suyo por 2 a 0, gracias a goles de Borges y Míguez. Nacional quedó a tres puntos. Y los mejores extranjero­s fueron Fluminense y Alianza Lima.

LA SEGUNDA ERA.

Después de 15 años de pausa, la Copa Montevideo se reanudó en enero de 1969, ya bajo la organizaci­ón del empresario argentino Samuel Ratinoff, responsabl­e de certámenes similares en Santiago de Chile y Mar del Plata. Los grandes uruguayos se midieron entonces con Independie­nte y Vélez (flamante campeón nacional) de Argentina, Sparta de Praga y Torpedo de Moscú. Los participan­tes pasaron a ser seis, lo cual se repetiría en las dos ediciones siguientes. La presencia de clubes argentinos permitió la emisión en directo por televisión hacia Buenos Aires por Canal 11, con los relatos de Juan Carlos Rousselot y la participac­ión de un joven Jorge Da Silveira.

Acaso en aquel torneo Nacional dio los primeros pasos hacia su gran equipo de 1971. Por ejemplo, frente a Vélez debutó Luis Cubilla, recién llegado de River argentino. Y el clásico le dio un triunfo por 3 a 1, tan claro como hacía mucho no se daba tras una década de predominio aurinegro. El primer tiempo terminó 3-0, con goles de Mugica de penal, Prieto y Maneiro. Sobre el final descontó El Tanque Rojas, goleador argentino recién llegado a Peñarol.

Ese partido tuvo un episodio insólito. Cuando faltaban 10 minutos, un pelotazo del lateral mirasol Omar Caetano dio de lleno en la cabeza del árbitro Alejandro Otero y lo desmayó. Otero se repuso, dirigió los minutos que faltaban y tras dar el pitazo final, volvió a caer desvanecid­o. Otero era además un alto jefe policial, encargado por esos días del combate al movimiento tupamaro.

La presencia de los soviéticos del Torpedo despertó expectativ­a, pero el mejor equipo de los extranjero­s fue Sparta, que derrotó a

Peñarol y quedó a un punto de Nacional en la tabla.

En 1970, los invitados fueron River y San Lorenzo argentinos, Estrella Roja de Belgrado y Corinthian­s de San Pablo. En el equipo yugoslavo jugaba el puntero zurdo Dragan Djazic, considerad­o uno de los mejores futbolista­s de origen serbio de la historia, en tanto Corinthian­s llegó con Roberto Rivelino, campeón mundial con Brasil pocos meses más tarde.

Nacional repitió el título, ya con Luis Artime en sus filas. El poder goleador de aquel tricolor quedó reflejado en dos resultados: le ganó 6-1 a River y 7-2 a San Lorenzo (con cinco de Artime).

El clásico terminó en un 2-2 que le dio la copa a Nacional, con cuatro goles de cabeza: dos de Pedro Rocha, uno de Atilio Ancheta y otro de Cascarilla Morales.

La edición 1971 enfrentó a Peñarol y Nacional con San Lorenzo y Vélez, Cruzeiro de Belo Horizonte (con tres campeones mundiales: Tostão, Piazza y Brito) e Internacio­nal de Bratislava (una ciudad de la entonces Checoslova­quia, hoy capital de Eslovaquia).

Peñarol fue campeón mostrando dos novedades en el ataque: el diminuto pero efectivo centrodela­ntero argentino Raúl Castronovo, llegado a préstamo de Rosario Central, y el habilidoso puntero yugoslavo Ilija Petkovic. Por otro lado, aquella copa marcó la despedida de Alberto Spencer de la camiseta aurinegra.

Este certamen resultó accidentad­o por la mala conducta de algunos protagonis­tas. Hubo un total de 14 expulsados en los 15 partidos, casi uno cada noventa minutos. Cruzeiro perdió su partido ante Peñarol al negarse a sacar del medio tras un gol de Castronovo, pues reclamaba posición adelantada. Y el clásico decisivo terminó 35 minutos antes, al quedar Nacional con solo seis jugadores cuando perdía 2 a 0 (goles de Ermindo Onega y Castronovo), debido a cinco expulsione­s.

El encuentro fue violento. Primero se fueron a bañar Ancheta y Alfredo Lamas por un encontrona­zo. Y los siguieron Maneiro, Montero Castillo, Mugica y Blanco. Además, Petkovic resultó fracturado y, al final, el técnico tricolor Washington Etchamendi provocó una pelea a golpes de puño con su colega aurinegro Roque Máspoli.

Petkovic, definido como “estrella fulgurante” por la revista Deportes debido a su rendimient­o, prometió regresar tan pronto le quitaran el yeso. Pero no volvió. Hizo carrera en Francia y en 1974 jugó el Mundial de Alemania por Yugoslavia.

Los años siguientes, los grandes pasaron a disputar la Copa del Atlántico, que dio espacio a clubes del sur de Brasil, junto a los habituales argentinos.

En enero de 1975, la actividad cambió radicalmen­te: comenzó a disputarse la Liguilla Pre Libertador­es entre los mejores seis de la temporada. Era un torneo doméstico, aunque durante algunos años despertó gran atracción: estaba escrito que el fútbol veraniego tiene buen público.

 ??  ?? 1971. Primer gol aurinegro frente a Internacio­nal de Bratislava: Losada. La foto, publicada en la portada de El País, muestra la trayectori­a de la pelota, según estilaba la prensa en esos días. Como el equipo checoeslov­aco jugó de amarillo, Peñarol utilizó una camiseta inusual: verde con vivos aurinegros al estilo de la divisa del CURCC.Esa noche, debutó el argentino Castronovo: con dos goles en pocos minutos comenzó pronto a conquistar a la tribuna.
1971. Primer gol aurinegro frente a Internacio­nal de Bratislava: Losada. La foto, publicada en la portada de El País, muestra la trayectori­a de la pelota, según estilaba la prensa en esos días. Como el equipo checoeslov­aco jugó de amarillo, Peñarol utilizó una camiseta inusual: verde con vivos aurinegros al estilo de la divisa del CURCC.Esa noche, debutó el argentino Castronovo: con dos goles en pocos minutos comenzó pronto a conquistar a la tribuna.
 ??  ?? 1970. El saludo de dos grandes figuras antes de Nacionalco­rinthians: Luis Artime, con la camiseta roja de alternativ­a, y Roberto Rivelino, futuro campeón mundial con Brasil. Las copas Montevideo de aquellos años congregaba­n a numerosas figuras extranjera­s, pero el título quedaba invariable­mente en casa. Nacional, por ejemplo, ganó las ediciones de 1968 y 1970 con gran autoridad.
1970. El saludo de dos grandes figuras antes de Nacionalco­rinthians: Luis Artime, con la camiseta roja de alternativ­a, y Roberto Rivelino, futuro campeón mundial con Brasil. Las copas Montevideo de aquellos años congregaba­n a numerosas figuras extranjera­s, pero el título quedaba invariable­mente en casa. Nacional, por ejemplo, ganó las ediciones de 1968 y 1970 con gran autoridad.
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 ??  ?? Recuerdos. Desde arriba, los once de Nacional que ganaron el clásico para lograr el título en 1969, José Emilio Santamaría con el capitán de Presidente Hayes (1953) y el delantero yugoslavo de Peñarol Ilija Petkovic (1971).
Recuerdos. Desde arriba, los once de Nacional que ganaron el clásico para lograr el título en 1969, José Emilio Santamaría con el capitán de Presidente Hayes (1953) y el delantero yugoslavo de Peñarol Ilija Petkovic (1971).
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Más recuerdos. El aurinegro Romay al ataque frente a Colo Colo de Chile en 1953 (izquierda). El tricolor Ildo Maneiro se frena ante la atajada del arquero del Torpedo de Moscú en 1969.

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