DOMÍNGUEZ
No fueron posibles los homenajes presenciales, ni siquiera un minuto de silencio antes de un partido de su club: la actual situación sanitaria hizo que las despedidas a José Carlos Domínguez se limitaran en buena medida a las redes sociales, que no son poco, pero tampoco lograron abarcar a todos quienes se conmovieron por la partida de un símbolo de Peñarol, que el viernes en su Consejo Directivo resolvió que la sala principal del Museo llevará su nombre.
La noticia sorprendió a muchos hace una semana, porque este historiador, ex dirigente y promotor infatigable de la causa aurinegra estuvo trabajando hasta último momento en temas partidarios. En todas esas facetas, Domínguezmínguez nunca eludió la popolémica,lémica, incluso la promovió con picante, aunque siempre su posición estuvo revestida de la elegancia imprescindible en todo debate civilizado. Y pese a esa personalidad frontal, Domínguez supo ganarse el aprecio hasta de los adversarios, que lo eran solo en los temas deportivos. Muchos historiadores vinculados a Nacional tuvieron palabras muy sentidas al despedirlo, lo cual habla bien de ellos y también de José Carlos.
Cuando regrese el fútbol, pero el fútbol con hinchas en las tribunas, Domínguez podrá tener el homenaje que él seguramente apreciará más, que es el aplauso de su hinchada en el momento en el que se anuncie su nombre.
Un hombre estrechamente ligado a su club que supo ganarse el aprecio de los adversarios